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Blard usó las energías que le quedaban para transportar a Geno y a los recién nacidos hasta la tienda; habían pasado varias horas para que el menor descansara mientras Alphys revisaba el estado de los mellizos.

Estaban sanos y llenos de energía.

Fue una buena noticia, grata para el post-genocida que no paraba de pensar que por su culpa sus retoños tendrían problemas de salud. Ahora solo le faltaba descansar un par de días, su cuerpo lo requería por la energía que utilizó para dar a luz; Blard haría lo posible para atender a la familia recién agrandada.

— ¿Estás cómodo? —Preguntó él acomodando la almohada de su prometido, Geno sonrió débil pero contento.

— Falta algo...

— ¿Qué cosa?

— Tú...

Los recién nacidos ya tenían la ropita de bebé puesta, y dormían tranquilos al lado de Geno, en la cabecera. Fue buena idea haber cambiado la cama por una más grande, así el trabajador del desierto podía entrar sin tener que aplastar a nadie.

— Primera vez que dormimos con ellos...

— Pero no será la última vez. —Agregó el mayor, acariciando su mejilla con su mano, a la par que arreglaba la manga extra para los bebés— Te amo, Geno.

— Y yo A ti, a Moka y Rai.

Sonrieron con cariño, para posteriormente dormirse, estaban agotados y necesitaban esa tranquilidad. Mucha más especial por la presencia de sus queridos hijos.

Tiempo | BlenoWhere stories live. Discover now