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— ¿Crees que tengamos una niña? 

— O pueden que las dos lo sean.

— Eso sería muy difícil, Blard. 

— ¿Por qué lo dices?

Geno tejía en la cama mientras que Blard usando un cojín bajo él, se sentaba en el suelo también hilando una tela, ambos estaban haciéndole ropa a sus hijos, el menor estaba sorprendido de cómo su pareja hacía las prendas, era todo un proceso cuando tocaba la hora de teñir la tela, aunque ya tenía bastantes hilos con los colores ya hechos.

— Fue  una vez cuando hablaba con mis hermanos, al comentarme sobre toda la infinidad de versiones alternativas que tenemos, hay más de uno que también pasó por el embarazo y... Es muy difícil que sea hembra, los machos pueden ya distinguirse como la mayoría de los monstruos, pero las hembras siempre tomarán ese rol de Madre. 

— Oh... Son únicamente receptivas. 

— Sí, pero también tendrían su belleza, no lo sé, sería bueno saber el sexo de nuestros hijos pero con mi alma...

Hace poco habían tenido un control con Alphys, todo estaba bien en tanto salud pero por la condición de Geno no podían manipular mucho para distinguir bien, debían esperar hasta el parto para conocer a sus hijos. Blard estaba triste, pero sabía bien que el adverso lo estaría más, por lo que se levantó para gatear hasta él y posar una mano en su vientre, acariciando además de sentir aquellas pataditas que le hacían brincar todo su ser. Le sonrió.

— No te desanimes, sean niño o niña, lo amaremos de la misma forma, ¿Verdad? Tendremos cuatro nombres si es el caso. La ropa no es un problema.

— Gracias, Blard.

Juntaron sus cabezas como un gesto de cariño y volvieron con lo suyo, aunque Blard notó que la bufanda que estaba haciendo ya era más grande que para un niño de un año, supuso que quería que lo usara por más tiempo así que no preguntó. 

Tiempo | BlenoWhere stories live. Discover now