Madisson.
Eran las 4 de la madrugada y yo me estaba alistando para salir a entrenar.
No se como demonios estoy despierta a estas horas.
Salí de mi casa, escribí a Ryan que ya iba a ir a entrenar. Este se había empeñado en ir conmigo por que según el es mejor para ambos comenzar primero que todos.
Celos a kilómetros.
Al llegar al gimnasio escuché como alguien golpeaba un saco de boxeo por como se escuchaba daba golpes perfectos y muy fuerte.
Me asomé para encontrarme a un Jayden completamente concentrado golpeando el saco con muchísima fuerza. Su camisa sudaba muchísimo y... ¿eso eran lágrimas?, no sabía exactamente si de su rostro se deslizaban lágrimas o sudor.
¿Debería hacer algo por ayudarle o que?
Se podía notar su rabia y en un determinado momento dejo de golpear el saco y se tiro al suelo, enrollo sus piernas pegandolas a su pecho y escondiendo su rostro entre ellas.
Efectivamente, estaba llorando por alguna razón.
No sabía que hacer, si hablarle y preguntar que le sucedía o solo hacer que el se diera cuenta de mi presencia y hacer como si nada.
Rayos Madisson, haz algo que este chico no esta bien, necesita desahogarse con alguién.
-Ehmm... Jayden... ¿estas bien? -Hablé acercándome a el.
El se levantó del piso muy rápido y se limpió sus lágrimas.
-Estoy bien, no te esperaba tan temprano, digo, no antes de la hora que te indique. -Trataba de esconder su rostro para que lo viera llorando.
-¿Por que estas llorando? ¿Estas bien?
-Estoy bien, ve a cambiarte y... Y luego... Vuelves para comenzar.
No voy a insistir. Trate de ayudarle pero el no quiso.
-Bien, ya casi vuelvo.
Me cambié, me puse las vendas y lo vi arriba del ring. Antes de que pudiera subir Ryan apareció en la puerta y me llamo.
-Hey nena. -Saludo mientras rodeaba mi cintura con sus manos.
-No debiste molestarte en venir tan temprano cariño, debes estar agotado.
-Madi, no es molestia, vengo a cuidarte de ese ldiota que te entrena, no me inspira confianza para nada.
-Tranquilo Ryan, iré a entrenar, hablamos luego, te amo amor. -Le di un beso en los labios y subí al ring.
Comenzamos practicando algunas combinaciones con péndulo.
(...)
Eran las siete de la mañana, estaba agotada y lo único que quería era ir a mi departamento y dormir el resto del día.
-Saldremos a correr. -Dijo Jayden mientras ataba una soga a su cintura.
¿Que demonios piensa hacer?
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¡Oye! ¡Eres hermosa, mí hermosa!.
Teen FictionAmbos practican un mismo deporte, los une una misma pasión. Son tan diferentes el uno del otro. . ¡Oye! ¡Eres hermosa, mí hermosa!.