Capitulo 25: Su talón de Aquiles. (Parte 1)

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Madisson.

Cuatro días después.

Eran las doce medio día estaba terminando de desempacar mis cosas y acomodarlas en los estantes de mi nueva habitación.o9

Ahora mismo vivo en Barrio Cuba, en un departamento que estoy alquilando.

Volví a entrenar pero en otro lugar, Patrick sigue siendo mi entrenador, me entrena tres veces a la semana y los otros cuatro días me entrena un amigo de Patrick llamado Luis Córdoba.

Estoy trabajando de día en un restaurante como mesera, luego de que salgo de trabajar voy a entrenar. Entreno de noche y trabajo de día.

Lo que gano en ese trabajo me da para vivir sola y alquilar algo sola, sin ese chico que no sale de mi jodida cabeza.

Hace dos días que vivo acá sola, Jayden, Lenin y Leslie me ayudaron a traer las cosas que había sacado de la casa de Ryan que yo había comprado (casi todo).

Lo verán injusto pero son mis cosas, las compré yo y ahora mismo las necesito, el tendrá que arreglárselas solo.

Jayden y yo somos muy buenos amigos, se ha llevado muy bien con mis mejores amigos, sobre todo con Leslie.

Me recoste en la cama dispuesta a dormir hasta las cinco y treinta de la tarde que me levantaría para alistarme e irme trotando hasta el gimnasio donde entreno.

Pero no pude.

Tocaron la puerta de mi departamento e imagine que sería Jayden... Pero no. Una chica apareció frente a mis ojos en cuanto abrí la puerta.

La chica es un poco más baja de estatura que yo, piel morena, ojos verdes y pelo muy rizado.

-Ehmmm... Hola, nueva vecina, mi nombre es Octavia Blass, un gusto.

-Hola vecina - esto era realmente extraño pero sería educada- El gusto es mío, me llamo... - la chica me interrumpió.

-¡Madisson Jones! En el cuadrilátero conocida como ¡Sunshine! -Gritó y su felicidad se desbordaba por todos lados.

Rayos... Una fan.

-Veo que me conoces chica. - Reí levemente y me cruce de brazos.

-Soy una fan tuya, me encanta el boxeo pero no lo práctico aunque admito que me encantaría horrible... Ese no es el punto... Disculpa si te molestó que viniera hasta tu casa pero no me pude resistir, ayer vi cuando saliste trotando fuera de aquí y me volví loca de saber que Sunshine, mi boxeadora favorita vive justo a dos casas de la mía, juro que no podía con tanta felicidad.

-No te disculpes, creo que yo hubiese hecho lo mismo que tu si viera a mi atleta favorito, aunque ya lo hice y es mi amigo... Pero bueno.

-Me despido, fue todo un placer conocerte, ya sabes... Si un día necesitas compañía o solo alguien que te venga a hacer comida, vivo a dos casas de la tuya, no dudes en llamarme, me encantaría ser útil para ti en algún momento, Sunshine.

-Muchas gracias chica, lo tendré en cuenta.

Ella se despidió y yo me fui a acostar nuevamente.

¡Oye! ¡Eres hermosa, mí hermosa!.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora