Mia Jones.
Daniel está frente a mi, su rostro esta a centímetros de él mío, puedo sentir su respiración mezclarse con la mía, mi pulso se dispara, mi corazón quiere salir de mi caja torácica. Si no estuviera sentada ya me abría caído por que siento mis piernas temblar. No puedo parar de mirarlo a los labios y luego a los ojos y viceversa.
Dos horas antes...
-Juiciosa Mia Jones, te aviso cuando ya venimos de camino. Por si están haciendo cosas indecentes, ni quiero vivir con esa imagen en mi cabeza. -Dice mi hermana rodando los ojos y recibe un golpe de mi parte en su brazo izquierdo.
Ella va vestida muy hermosa, un vestido negro brillante pegado a su cuerpo, cuerpo muy bien trabajado por cierto, tacones rojos, lleva su cabello suelto, labios pintados de rojo mate y bisutería de color plateado.
Ryan por su parte estaba de infarto también, es mi cuñado y todo pero... Patrick ha trabajado muy bien en el cuerpo de él, es sumamente guapo. Lleva un smoking gris con camisa blanca y zapatillas de vestir color negro, su cabellera está levemente desordenada. Como normalmente lleva su cabello.
Daniel... Rayos, cuando entro a la casa estaba también muy pero muy guapo. No iba vestido formalmente pero de igual manera lucia muy bien. Tenis blancas con negro, pantalón negro rasgado en las rodillas, camisa de botones color blanca con puntitos diminutos color negro, un suéter gris y su cabello también levemente desordenado.
-Sin sombrero no hay vaquero, no quiero ser tío aún, Daniel. -Habla esta vez Ryan riendo y Daniel le lanza una mirada de advertencia y de inmediato el las mejillas del chico se pusieron rosadas. A los de tez blanca siempre se nos nota la vergüenza, las jodidas mejillas nos delatan.
Mi hermana y Ryan salieron y quedamos Daniel y yo completamente solos. La vergüenza y la sangre en mis mejillas se hicieron presentes. Ni siquiera sabía que rayos decir o hacer.
-¿Quieres agua o algo? -Pregunté y el rió de inmediato.
¿En serio Mia, de todo lo que podías preguntar o decir, dices esa estupidez? Eres increíble para ligar chica. Y nótese el sarcasmo.
-No, gracias, preferiría sentarme. -Dice él aún riendo y no pude evitar quedarme como una boba observado su sonrisa y escuchando la melodía de su risa.
-Lo siento, siéntate, lo que pasa es que... Estoy un tanto nerviosa. -Digo sincera y sentandome en el mismo sillón que esta él pero del otro lado. Estamos en el sillón largo.
-Tranquila, yo también estoy algo nervioso -se rasca la nuca, voltea a verme y mi pulso se vuelve a disparar lo que me obliga a respirar profundo para tranquilizarme- Solo... ¿Qué vamos a hacer? -Pregunta sonriendo.
Repito, la sonrisa de este chico es hermosisima.
-No lo sé, podemos ver películas, series, hacer comida, ir a el super por golosinas y luego venir a ver películas...-Iba a seguir hablando y el me interrumpió.
-Hagamos un pastel.
-¿Un pastel?... Pues, si. -Digo dudosa.
-¿Sabes hacer repostería? -Pregunta curioso.
-Pues... He visto Cake Boss, un programa de H&H o máster chef. -Digo riendo levemente y el se ríe muy fuerte de mi- ¿Tú si sabes?.
-Si, mi madre nos enseñó a mis hermanos y a mi. -Dice parando de reír y sonriendo esta vez.
ESTÁS LEYENDO
¡Oye! ¡Eres hermosa, mí hermosa!.
Teen FictionAmbos practican un mismo deporte, los une una misma pasión. Son tan diferentes el uno del otro. . ¡Oye! ¡Eres hermosa, mí hermosa!.