Ryan.
Juro que no confío ni un poco en ese tal Jayden Canela. Se que es uno de los mejores boxeadores que hay en el momento pero eso no impide que no desconfíe de el, he visto como ve a Madisson, como la desea con la mirada.
Es un idiota.
Al menos el no estará en la pelea de Madi, es lo que menos quiero, solo yo y nadie más.
Ibamos en el Lamborghini de Madisson a su departamento, quería pasar rato con mi chica, hace mucho no compartimos solos los dos, nos hemos centrado mucho en entrenar para las peleas que tendremos.
Ella en cuatro días peleara y quince días después tendré yo la mía.
No negaré que estoy muy nervioso es solo que trato de no demostrarlo para no poner nerviosa a Madisson, ella ahora mismo debe preocuparse por ganar esa pelea, si o si.
-¿En que piensas? -Interrumpió mis pensamientos Madisson.
-Nada, es solo que... Olvidalo.
-Black, dime, ¿esta todo bien?.
-Mas que bien. -Le dí un beso en la mejilla para tranquilizarla.
-Bien, ¿comeremos en el depa o iremos a comer a otro lado?.
-Pasemos comprando algunas cosas para hacer la comida en tu casa ¿esta bien?.
-Bien.
Entramos al Super tomados de la mano y tomamos algunas cosas para cocinarnos.
Estabamos haciendo la fila para pagar y Madisson se fue a traer un refresco que habíamos olvidado hechar.
Tardó un poco y pasé las cosas.
La cajera no me quitaba los ojos de encima y me sentía un tanto incómodo.
-¿Es todo?. -Pregunto la chica mirándome fijamente a los ojos.
-No, falta un refresco que andan trayendo, espera un momento.
-No hay problema, por verte aún más espero lo que sea. -Dijo y en ese momento llegó a mi lado Madisson quien supuse había escuchado lo que la chica había dicho ya que hizo mala cara y no le quitaba la mirada de encima. Quería matarla con solo mirarla.
-Listo, es todo. -Dije serio.
-¿Me das mi cartera por favor amor? -Habló Madisson mirándome fijamente.
-Ni jugando te la daría, pagaré yo cariño.
Le dí mi tarjeta de crédito a la cajera, le mostré mi cédula y la chica no estaba mas feliz por que en serio no podía, sabía mi nombre y supongo era lo que más quería saber de mi en ese momento.
Solo ojalá no diga ningúna estupidez. Mucho menos delante de Madisson.
Me dió la factura y antes de retirarnos ella habló.
-Tienes mi tarjeta, soy psicóloga y estoy disponible a tu servicio cuando sea y donde sea. -Dijo en doble sentido.
Esta claro que no era ningúna psicóloga y en este momento Madisson esta ardiendo en celos.
ESTÁS LEYENDO
¡Oye! ¡Eres hermosa, mí hermosa!.
Novela JuvenilAmbos practican un mismo deporte, los une una misma pasión. Son tan diferentes el uno del otro. . ¡Oye! ¡Eres hermosa, mí hermosa!.