Ryan.
-¿Por qué de nuevo estamos aquí?- Pregunta ella dando una vuelta en el mismo lugar mientras observa fascinada la casa completamente decorada.
-Aquí es técnicamente donde nuestra historia comenzó ¿no?- Respondo sonriendo y me acerco a ella para luego rodear su cintura con mis manos.
Nuevamente la tengo a centímetros de mi rostro, observando mi reflejo en sus ojos, viendo cada centímetro de su rostro y pensando en lo jodidamente loco de amor que me tiene.
-Pues... Fue en la universidad donde nos conocimos. -Rodea mi cuello con sus brazos y sonríe.
Jodida sonrisa que me vuelve loco y altera mi pulso con solo verla.
-¿Soy yo o estás diciendo que cuando estábamos en la U, yo ya te gustaba?. -Digo riendo levemente y ella rueda los ojos.
-Quería desaparecerte de este planeta, te odiaba Ryan, hacías mis días en la U de cuadritos.
-Bien dicen que del amor al odio hay solo un paso... En nuestro caso fue al revés nena. -Beso su frente.
Y sí, del amor al odio solo hay un paso, o viceversa.
El amor puede destruir o reconstruir, todo depende de cómo te ames a ti mismo pues... Si no te amas a ti, no te respetas a ti, no te cuidas a ti... Mucho menos lo podrás hacer hacía otra persona. Es ahí donde destruyes, donde dañas a otra persona, esa persona que te dio su confianza, su amor y lealtad, esa persona que te confío su corazón y sentimientos.
Por eso creo que si no estas verdaderamente preparado para proteger y hacer todas las cursilerias que conllevan el estar con otra persona en una relación... Es mejor que te quedes solo.
En mi etapa como adolescente jugaba con las chicas, solo buscaba sexo casual sin sentimientos de por medio, me fijaba solo en físicos perfectos... Dañé a muchas chicas buenas, fuí un auténtico imbécil con todas ellas e incluso con Madisson también he sido un completo idiota.
Solo un tonto provoca lágrimas en los ojos que lo han visto tantas veces con ilusión y confianza.
Esta vez estoy preparado para formalizar aún más con la preciosisima chica que tengo a centímetros de mi rostro.
-Así es amor, solo un paso y ¿sabes?... Me hace muy feliz que hayamos dado ese paso los dos juntos. -Dice sonriendo y antes de que pudiera besarme...
Saque el anillo de compromiso que había comprado hace meses y me puse de rodillas frente a ella.
-¿Quisieras ser mi esposa, Madisson Jones?, no sé si sea el momento indicado para pedírtelo pero nena, ya quiero llamarte mi esposa, no quiero que nunca demos un paso atrás, hemos luchado muchísimo por estar juntos y ya quiero que nada ni nadie nos separe, que ese padre que nos vaya a casar nos diga que solo la muerte nos podrá separar. -Digo con mi voz quebrada y lágrimas deslizándose por mis mejillas.
Lágrimas de alegría.
Ella está estática, sus lágrimas empiezan a deslizarse por sus mejillas, me mira fijamente a los ojos y puedo jurar que esos momentos me parecieron eternos, mi corazón estaba desbocado, tenía muchísimo miedo de su respuesta y creo que nunca había deseado que alguien dijera aunque sea una vocal. Normalmente me gusta que las personas estén calladas pero esta vez no es así, pensé que ese día nunca llegaría.
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¡Oye! ¡Eres hermosa, mí hermosa!.
Teen FictionAmbos practican un mismo deporte, los une una misma pasión. Son tan diferentes el uno del otro. . ¡Oye! ¡Eres hermosa, mí hermosa!.