El Chófer De Mi Padre®

Un corazón partido, un chico pensativo.

Gio estaba sudando frió «Soy un grandisimo idiota, al fin y al cabo soy un hombre, igual a ellos, soy un patán rompe-corazones. Yo no la merezco ¿Porque la bese? ¿En que carajos estaba pensando? Es que yo nunca pienso, yo meto una y otra vez la jodida pata, y luego vienen las consecuencias».

—¿En que piensas bobito? —pregunto con ternura Carolina quien sonreía esperando una respuesta —. Levanta la cara... ¡Di algo! —la chica empezaba a desesperarse.

—Eh... Yo... Eh.. Mira lo siento, yo te quiero... pero no asi, te veo como a la hermana que nunca tuve.. Yo no te deseo.. lo siento —dijo mirando el barnizado de la mesa.

—Da la cara como un hombre, mira me.. mira tu creación, ¿Sabes como tengo el corazón? Tu jodida hermana, santos cielos. ¿Besarías a tu puta hermana? —grito un poco histérica, llamando la atención de todos.

«Y aquí estoy yo otra vez sin saber que hacer, si digo algo mas... se que lo empeorara ¡Demonios! mis padres, debieron llamarme Desastre, así haría honor a mi nombre».

Gio se levanto y la miro a la cara, pequeñas gotas de lagrimas se escapaban de la cuenca de esos tristes ojos, Damian desvió la mirada, el sabia que tenia que pagar por cada lagrima derramada de ella. Era muy incomodo hasta para Louis que se encontraba en el lugar y momento equivocado.

—Lo siento... 

—Mírame a los ojos cobarde ¿Porque me besaste? ¿probabas? —dijo con la voz entrecortada, ella miro a su amiga y supo que esto fue una muerte anunciada —. Coño dime, porque me matas de esta forma.

—Tu te suicidase de la forma mas lenta... Te enamoraste de una persona que no te iba a corresponder, lo siento —añadio Louis, Mientras Damian aun seguía con la mirada puesta en otro lugar, trago saliva y la miro a los ojos —. Se que duele, eso lo se, El te beso como querías, quizás para que no murieras o por pena.

—¿Es eso cierto Damian, lo hiciste por lastima? —pregunto desconcertada. 

El la miro muy avergonzado, sus ojos tenían un borde rojizo pues sus ojos estaban bordeados de lagrimas, su rostro estaba fruncido, el no sabia que responder, tenia miedo de volver a cometer un error, solo se encogió de hombros. 

Ella tomo aire y le miro con una sonrisa, acto seguido alzo su mano, y le abofeteo el rostro delante de los presentes, tal humillación se vino con risas de los alumnos en el recinto.

—"Gio eso debió doler..."  —fue una de las primeras burlas que el joven escucho.

«Me lo merecía, quizás esta y muchas mas. Como siempre hago el ridículo, como siempre me dejan en mal, esta bien, no hay problema, de esta también me levanto».

—¡Solo piensas en ti¡ Di la verdad; ¡Me querías usar para tapar lo que eres! ¡para ocultar que te entiendes mucho mejor con un chófer, ¡oops!...digo con los hombres.. 

«Tus palabras cortan mas profundo que un cuchillo, pensé que eras mi amiga»