Parte 13

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Esperaba impaciente a que llegara mi turno para la audición, era peor que la primera vez, ahora era el papel principal lo que se jugaba y todos estaban impacientes al igual que yo.

Todos habíamos estado preparándonos para este día. Había practicado con varias actrices para mi papel, incluso Albert me había ayudado en las noches.

Qué gran tipo, no le importó para nada leer las líneas de Julieta, ni si quiera yo, hubiera hecho eso por nadie, pero Albert era un gran amigo sin duda.

"...

-¿Seguro Albert que no te molesta leer las líneas de Julieta? – pregunté poniéndome en su lugar

-Para nada hombre, solo son unas líneas, no quiere decir que yo sea Julieta jajajaja

-Tienes razón, te falta un poco de carmín en los labios jajajaja

-Jajajaa, mejor deja de bromear y ensayemos de una buena vez. Recuerda que mañana es el gran día.

..."

Los murmullos me regresaron al teatro, enfoqué los ojos en el guión que sostenía en las manos, tratando de no distraerme, necesitaba concentrarme para hacer bien mi papel. Sabía al revés y al derecho mis líneas, pero igual me sentía nervioso.

Cerré nuevamente el guion y fijé la vista en la ventana. Afuera las hojas caídas de los árboles eran transportadas por el viento de izquierda a derecha, entonces recordé a mi atolondrada Julieta, que también estaba en exámenes, el día de hoy era el más difícil para ella, que coincidencia.

-Te va a ir bien pecosa – dije para mis adentros

Los dos estábamos decidiendo nuestro futuro, ella de enfermera y yo para mi primer protagónico, respiré profundamente sintiendo como mi corazón estaba lleno de amor para aquella enfermera de ensortijados cabellos dorados, mirada de ángel y tierna sonrisa.

Candy, estaba conmigo en todo momento, presente y necesaria como el aire.

Levanté ligeramente la mirada al cielo, y las nubes me dibujaron su silueta, ¿acaso era posible amarla más? Si, cada día un poco más.

Miré nuevamente a mi alrededor tratando de mantenerme en el presente, todos estábamos vestidos para representar a Romeo y las mujeres de Julieta, todos ansiaban ese papel con las misma ganas que yo; el escenario había sido montado con luces y todo para hacer una representación verdadera, esto hacía más realista la representación. Solo un ligero murmullo se escuchaba alrededor.

Empecé a pasearme de derecha a izquierda y viceversa con los brazos cruzados, James y Susana habían sido los primeros en dar la prueba y se estaban demorando, el nudo del estómago se me hacía más notorio. Tomé el guión tratando de concentrarme en él, tratando de demostrarle que no lo necesitaba, pero nada funcionaba.

-Tengo que conseguir el papel. Cuando tenga el papel le pediré a Candy matrimonio, por ella debo hacer bien las cosas – me repetía en mi fuero interno

Me sentí inquieto por estar pensando en eso, en lugar de concentrarme en el personaje, pero ya no podía leer más de lo que ya había leído, era inútil.

-No debo equivocarme, no puedo equivocarme – me repetía una y otra vez.

De pronto la puerta se abrió, todos nos acercamos al director.

-¡Atención! – dijo con voz alta y grave – La prueba va a continuar.

Un leve estremecimiento me recorrió. Miró una lista que llevaba en las manos.

Rompiendo la DistanciaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora