CONFUSIÓN

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Candy estaba muy nerviosa caminando por el puerto asombrada por tanta gente, nunca imaginó que el puerto estaría tan lleno, eran muchas las personas qué tienen asuntos fuera y dentro del país. Candy estaba maravillada con la imagen del mar, no creía que fuera tan inmenso y hermoso, siguió caminando hasta adentrarse al barco que la llevaría a Londres. Ya instalados, el barco comenzó a alejarse y desde arriba pudo ver mucha gente reunida para despedir a los tripulantes, Candy sólo observaba que entre todas esas personas algunos reían y otros lloraban. Ella siente un poco de tristeza al ver que no había nadie en ese lugar que le deseara un buen viaje, con los hechos tan premisorios no le dio tiempo de ir al hogar de Pony a despedirse de sus madres ni de los niños que ella tanto quería, en lugar de eso George le prometió que se encargaría de notificárselos en cuanto le sea posible.

«¿Notificárselos?»pensó ella.
«¡Cuanta seriedad!, eso no es ni la mitad de lo que me hubiera gustado decirles»a la par de un puchero en el rostro.

Candy sin saber qué hacer estuvo explorando todo el barco, le resultaba muy aburrido sólo estar paseándose siempre en el mismo lugar, como el viaje sería largo y tomaría algunos días llegar a su destino estaba pensando que hacer. De pronto encontró un panfleto donde la embarcación tenía montado un show para los huéspedes, como es un barco de lujo contaba con el espacio suficiente para poner en marcha una obra teatral, ese iba a ser su único distractor durante todos estos días.

Ya había pasado un rato de la despedida en el puerto, ella está en su camarote muy aburrida intentando leer un libro, pero la verdad es que no le prestaba atención, ya cansada de intentarlo sin éxito lo dejó y comenzó a pensar en su nueva vida, en su nuevo colegio.

«¿Cómo va a ser? ¿Si no les agrado? o ¿No me agradan?, ¡no Candy! eso no importa, debo seguir las indicaciones del Abuelo Williams»se recriminó.

Transcurrieron dos días muy aburridos y por fin en cuestión de minutos el entretenimiento del barco estaba por comenzar, la representación teatral; era una obra con diferentes actores de distintas nacionalidades, ningún actor era conocido aún en el medio pero tenían entusiasmo. Candy tomó su lugar en un palco cómodo con una buena vista al escenario, eran las ventajas de tener un apellido de renombre. George se disculpó por no poder acompañarla debido a otros asuntos que el tío Abuelo le encargó, Candy se resigno a estar sola en ese lugar; la sala se obscureció ligeramente para enfocar a los actores, el telón se levantó y comienzan las primeras actuaciones. De pronto se escucha una voz mencionando lo mal que le parecía la actuación, lo mal que está la escenografía, repitiendo todos los diálogos de los intérpretes pero con más emoción según él. Esto le parece bastante molesto a Candy, después de un rato decide enfrentarlo para callarlo, esa obra era su único entretenimiento en ese largo viaje y  no iba a permitir que un muchacho arrogante lo arruinara.

—¿Podrías guardar silencio?—le exigió en voz baja. 

El muchacho dirige la mirada hacia ella, una mirada fría y prepotente. 

—Sí, lo siento supongo que alguien como tú no notaria la diferencia entre un actor y un buen actor.
«¿Alguien como yo?»se preguntó con mucha duda.
—¿Y supongo que tú sí?¿Seguramente has protagonizado muchas?—le dijo con un tono burlón. 
—¡No!, pero yo he tenido las mejores clases con los mejores maestros—le contestó de una forma muy engreída.
—¡Pues no me importa!, te agradecería que me dejarás disfrutar de la obra—Candy estaba muy molesta.
—Claro señorita ¡disculpe!, la dejaré sola para que disfrute de una mala obra de teatro—le decía al momento que se levantaba y hacía una reverencia burlona, él salió del palco sin más.
«¡Qué tipo tan malcriado!, no puedo creer que me hiciera pasar un mal rato»pensó. 

La representación siguió, ya sin más interrupciones. Ya terminado el espectáculo y Candy se dirigió a su camarote un poco decepcionada, es que como dijo él, si era mala la actuación pero eso era algo que no quería admitir ya que era darle la razón a alguien tan mal educado. Pero aún se seguía preguntando a que se refería con «alguien como tú», no quiso pensar más en eso así que decidió acomodarse para dormir y no pensar más.

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