EGOÍSTA

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Lo miró, tardó un segundo en responder
-Yo estoy estudiando en ese Hospital - él la miraba extrañado - y la atendí, ella seguía con sus consultas nocturnas - Terry se dejó caer por completo en el asiento, con la mirada perdida - ella fue empeorando cada vez mas.

-¿Porqué no me lo dijiste si estabas tan cerca?
-Las Doctoras le daban medicamentos para evitar que sufriera todo el tiempo
-Pero, ¿por qué no me lo dijiste? - alzo la voz levantandose del respaldo
-No me permitió hacerlo, estaba siendo atendida, es un muy buen Hospital
-Entonces ¿por qué esta así? - eso fue mas un reclamo.

El conductor al escuchar la conversacion se apresuró
-Tomare un atajo si me lo permiten - miraba de reojo esperando la respuesta
-Claro, hágalo por favor - tuvo que contestar Candy, Terry lo ignoró; él chófer giró en la siguiente esquina y aceleró, Candy notó que por algunas calles fue en sentido contrario, a ninguno le importó, Candy ya no sabía que decir.

Bajaron lo mas rápido posible, Candy tocó la puerta gritando que le abrieran para no perder mas tiempo en el protocolo del turno nocturno, al abrirle las dos chicas y Falmmyng se quedaron inmobiles al ver con quien venía
-Candice, no puedes traer visitas por la noche - ella la ignoró, sujetó a Terry de la mano llevándolo hasta su madre.

Le soltó y señaló la ventanita redonda, Terry la miró a los ojos con miedo, tragó saliba, su respiración estaba descontrolada y sus ojos cristalinos, Candy no sabía que hacer o decir, sabía que cualquier cosa era inútil para quitarle ese dolor.

Terry lentamente se acercó, las lágrimas comenzaron a caer una tras otra, por mas que intentaba controlarse los sollosos tambien comenzaron a escucharse
-¿Puedo acercarme? - no apartaba la vista del cristal
-Solo si te pones esto - le entregó unos guantes de latex, un gorro y un cubrebocas de tela que estan en el carrito destinado para estar en la puerta.

Se los pusieron en cuestion de segundos, Terry comenzó a abrir lentamente una de las puertas, caminó de la misma forma hasta la camilla, se colocó a lado de ella, Candy entró tras de él, aguardó a lado de la puerta
-¿Porqué no me dijiste?, pude haberte ayudo más - se agachó a la altura de ella - tienes que salir conmigo de aquí, hoy tenías que verme actuar - dejó de reprimirse y soltó el llanto, se escuchaba su quejido retumbar en la fria sala, le tomó la mano, la apretó con fuerza.

Las puertas se abrieron, Candy volteó, se encontró con la mirada acusadora de la Doctora Consuelo y Flamyng, después miraron a Terry llorar con tanta fuerza que dudaron en que hacer, la Doctora le hizo señas a Candy de que saliera y cerró las puertas tras de ella.

Candy miró a Terry que seguía en la misma posición, suspiró y salió, ya solo estaba la Doctora
-¿Qué está haciendo él allí dentro? - colocó sus manos en la cintura
-Por favor es lo único que tiene, permitales estar juntos - la Doctora la miró dudando - por favor se lo suplicó - suspiró y dejó caer los brazos.

-Buscare la forma de recompensarlo, del modo que usted me diga, vea esta cubierto con el gorro - tardó en contestar
-Solo puede estar un par de minutos mas y lo llevas a la sala de espera como a todos los demas
-Se lo agradezco - hizo una reverencia, la Doctora los dejó solos.

Candy se asomó por la ventana, Terry seguía agarrando su mano pero esta vez la tenía cerca de su boca mirando a su madre entre tantos tubos de plastico, en ocaciones se la ponía en la frente y sus hombros subian y bajaban por el llanto.

Ella caminó por el pasillo de ida y vuelta hasta que se agotó el tiempo, entró con mucha tristeza, se acercó mas a él, comenzó a sobarle la espalda
-Lo siento, no se les tiene permitido a los familiares estar aqui, solo logre un par de minutos y ya se terminó el tiempo.

UtopíaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora