SIEMPRE

755 68 18
                                    

Terry y Candy salian corriendo casi siempre de las obras o de los ensayos para poder escapar de los reporteros, desde que hicieron publico su compromiso no han dejado de asediarlos.

Decidieron, que, despues de la graduación celebrarían la boda para poder disfrutar la compañía de todos sus seres queridos sin presiones, a pesar de que recibió una propuesta laboral en el Hospital por parte de Falmmyng, ella la rechazó y viajaron a Ilinois a preparar todo lo necesario.

Los dos estuvieron de acuerdo en no invitar a nadie de New York, ya que, con el tiempo demostraron no ser de fiar, por platicas que escuchó de Susana con otras de sus compañeras se enteró que el Director fue quien comenzó los rumores de la supuesta relación entre Terry y Susana, ella comenzó a hablar sobre eso para callar los comentarios de burla al saber que Terry se casaría con alguien más.

Durante el camino Terry miró a Candy en varias ocaciones y comenzó a hablar
-Unas semanas antes de que te graduras mi padre me contactó - Candy volteó de golpe muy sorprendida
-¡¿Hablaste con tu padre?!
-No exactamente, cuando digo me contactó, me refiero a que mandó a uno de sus empleados, al menos tuvo la gentileza de enviar a alguien de mi agrado
-¿Para qué?

-Para darnos nuestros regalos de bodas - se miraron por un momento después regresó la vista al camino, Candy esperó a que continuara - él compró la mansión de mi madre y quiere que la conserve
-¿Lo invitaste a la boda?
-No vendrá, no es su estilo, solo mandó felicitaciones, espera conocerte algun día
-¿Aceptaste el regalo?
-Asi es - Candy bajó la mirada después la giró hacia afuera
-Se que estas pensando, no creas que he olvidado nuestros planes - lo miró de nuevo - la respuesta es no.

No estarás lejos de tu hogar, la acepté porque no quiero que nadie mas la tenga, sera un lugar donde llegar por si un día necesitamos escapar
-¡Gracias Terry!
-Ese no fue el único regalo, me abrió una cuenta en el banco, me dijo el empleado que es suficiente para que deje de actuar y no volverme a preocuparme por nada, sí él Duque nota que la uso, seguirá mandando mas
-¿Porqué hasta ahora me lo dices?

-Estaba indeciso en tomar el dinero, no quiero que te falte nada, después de tanto meditarlo, rechaze el dinero por la misma razón que no hemos tocado la herencia que me dejó mi madre, yo sé que a ti no te importa si vivimos en lujos o no, sé que eso no es lo que necesito para tenerte a mi lado
-Me conoces bien - le guiño
-La actuación es lo que me une a mi madre, no voy a dejar de hacerlo nunca y menos por él, no me importa lo que los demás piensen
-Me alegra escuchar eso, los dos saldremos adelante, estoy segura que tu madre seguiría orgullosa de ti
-Eso quiero.

Llegaron a la mansion, Candy le explicó a Albert que a pesar de que es su hija adoptiva, que son grandes amigos y que lo quiere mucho, prefería estar con sus Madres y hermanos, esto no le molestó a Albert aunque si le reiteró que siempre será bienvenida a la mansión, su visita fue rápida.

Al llegar, todos en el Hogar de Pony Candy les dio la buena noticia de que ahora es Doctora, después de felicitarla comieron en el jardín y le pidieron permiso para llevar a cabo la recepcion de la boda, aceptaron con gusto y comenzaron los preparativos.


Los niños estan corriendo por todos  lados, la Hermana María y la Señorita Pony no saben como controlarlos, uno que otro travieso ya ha tirado un arreglo floral de las mesas o de los que estan colgados en los árboles pequeños, por mas que los quieren mantener lejos les resulta imposible.

Había pocas mesas puestas en el jardín, cada una tenía un arreglo de rosas rosas, ordenes de Terry, prohibió rotundamente las blancas, los meseros terminaban de darles los ultimos detalles, en el interior de la cabaña estaban Paty, Anny y Sahara alrededor de Candy con vestidos del mismo color, rosa, Anny retocando el maquillaje, la Hermana María y Sahara acomodaban el vestido por la parte de atras y Paty solo apoyaba diciendo a lo lejos lo que veía mal ya que su pequeña de un año y su panza de embarazo de siete meses no le permitian hacer más.

UtopíaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora