RESPUESTAS

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Por Dios Santo Candy despierta -Se escuchaban gritos deseperados de la Hermana María desde abajo del gran árbol -¿Candy me escuchas?-
El brazo y la pierna izquierda colgaban de la rama, su cabeza estaba ligeramente inclinada hacia él mismo lado -!Candy reacciona¡-la Hermana grito con más fuerza sólo así despertó tambaleandose un poco, parecía que caeria
-¡Haaaaa con cuidado niña! -el grito de la Hermana fue aún más intenso, Candy se incorporo miró hacia abajo.

-Hermana ¿Porqué grita tanto?
-¿Cómo es posible que te quedaras dormida allí arriba? -Candy ya estaba
bajando con cautela para no caer y así no darle más sustos.

-Lo siento la vista era espectacular y él calor era tan acogedor que me hicieron sentir cómoda hasta quedarme dormida
-Vamos adentro antes de que nos provoques un infarto, llevo rato intentando despertarte y como no hay algún niño que pudiera trepar no sabía que más hacer que gritar
-Estoy muy apenada sólo estaba buscando descansar
-De verias hacerlo en la cama como el resto de nosotros -Candy se sonrojo.

Las dos entraron al comedor la Señorita Pony estaba sentada en la silla de madera con los brazos sobre la mesa con los dedos entrelazados
-Debemos hablar Candy - Le dijo en cuanto la vió,sonó muy seria -ella se inquieto
-Lo siento, prometo que no volvera a pasar, sólo me quedé dormida estoy bien
-A pesar de que nos preocupamos por tu imprudencia no es de eso de lo que queremos hablar,  te estabamos buscando para tocar este tema de una vez por todas, toma asiento - Le señaló la silla que estaba entre ellas, obedeció de inmediato
-¿Qué ha pasado? ¿Los niños estan bien? -la muchacha afligida estuvo a punto de levantarse de un solo golpe.

-Sí todos estan bien -La Señorita Pony la sujeto de la mano para detenerla y tranquilizarla ala vez -de lo que quiero hablar es sobre tí
-¿Sobre mí? -ella se volvio a acomodar en la silla y volteó a ver a la Hermana para ver si podía lograr entender a qué se referia.

-Tu no puedes quedarte aquí para siempre - Le dijo la Hermana María
-¿Porqué? ¿Acaso no estoy ayudando lo suficiente?  -movía la cabeza de un lado a otro esperando que alguna de las dos le explicase que había hecho mal, sus ojos se entristecieron
-No es eso, pero si quieres ser de más utilidad debes especializarte en algo ¿Ya pensaste a que te vas a dedicar el resto de tu vida?

-Por supuesto, cuidare de todo niño que llegue a este hogar tal como lo hacen ustedes - Lo decia con mucha emoción
-Las cosas no son tan faciles Candy
-¿Cómo vas a hacer para mantener el orden entre todos estos niños? 
-¿Cómo haras para alimentarlos si no pudieras salir de este lugar?
-¿Qué les enseñaras si tu no conoces bien la historia de este país -sus madres preguntaban una tras de la otra
-¿Y si tu te enfermas como haras para atenderlos?

Candy se sintió abrumada con las preguntas, realmente no sabía que contestar no le quedaba de otra que mantener la vista en su vestido
-Sabemos que tus intenciones son buenas pero me temo que no basta con eso para cuidar de niños
-Tu tienes la oportunidad de vivir en otro lado deberías estar aprovechando eso -habló la Hermana María.

-Yo sólo soy feliz aquí, no me quiero ir a vivir a otro lado
-Pero no tienes las respuestas a las preguntas que acabamos de decir, Candy es ya tiempo de que pienses en tu futuro y no en el de los demas nos dijiste que dejaste el colegio para saber tu vocacion, esperó que ya sepas cual es, de lo contrario sólo estás perdiendo una gran oportunidad.

-Además tu podras volver aquí cuantas veces quieras -La Señorita Pony le acaricio desde el hombro  bajo hasta su mano Candy la miró y sonrió con desgane dandoles la razón.
-No me había dado cuenta de eso
-Sólo queremos asegurarnos que tú tambien seas feliz.

-Yo... -No supo que contestar
-Candy se que haz pasado por situaciones complicadas es por eso que nos hemos dado cuenta que con la intencion y él amor no es suficiente, con eso no bastó para darte una mejor vida, hubieramos dado más de nosotras si pudieramos para que no sufrieras
-Así es hija -La Señorita Pony se dirijio a ellá - Tu tienes la suerte de contar con el señor Albert deberías aceptar esa gran oportunidad
-Pero yo no quiero sentir que estoy abusando de él.

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