DESTINO

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Después de un largo rato allí sentada el clima comenzó a cambiar, además de que ya era de madrugada prefirió meterse a descansar, no le preocupaba levantarse temprano, así que en realidad no la estaba pasando tan mal.

Ya entraba luz del sol por la ventana cuando abrió los ojos, no está conciente de que hora era y no le importó, se estiró, bostezó y sonrió, se sentía mejor en ese pequeño cuarto que en la habitación ostentosa en la que dormia habitualmente, hoy no tuvo prisa por alistar su cama o para correr porque ya era tarde para asistir a clases, comenzaba a sentirse mejor, su estomago ya hacia ruidos no sabía a qué hora le traerían el desayuno, aún así prefería estar en ese lugar.

Pasó muy poco tiempo cuando escuchó que alguien tocaba a su puerta
--Señorita Candy, abra la puerta por favor --Candy de inmediato lo hizo
--Le traje el desayuno
--¿Sahara? --Candy no entedió porque ellá es quién lo trajó, Sahara puso la charola sobre el pequeño buro de a lado de la cama
--Buenos días Candy
--¿Qué haces aquí Sahara?
--Me he ofrecidó a traerte el desayuno a petición de Anthony, la rosa blanca es por parte de él --Señaló la bandeja dirigiendo su vista a la rosa, comenzó a caminar a la salida
--Espera Sahara, ¿Porqué haces esto?
--Anthony es un gran amigo y te he dicho que él fue quién me lo pidió --Sahara se apresuró a salir.

Candy no le insistió más para no incomodar, pero eso no es lo que quería saber, miró la rosa y se dió cuenta que tenía una nota bajo el florero.

   "Espero que te encuentres bien y que me disculpes por haber causado todo esto.
                      Te quiere Anthony"

Anthony tenía una aliada que estaba aprovechando al máximo.Transcurrió  la tarde y Candy estaba ya aburrida se la pasaba de la cama a la ventana, pensando en su vida, sus recuerdos en el hogar de Pony, pensó en todas las niñas que estaban aquí buscando ser unas damas para sentirse aceptadas, recordó a Eliza y a sus subditas, que por la forma en que las trataba sólo las podría llamar de esa manera
--Yo no quiero ser así --se decía con tristeza.

También se percató de que sólo estaba preocupada por lo que él Abuelo Williams pensará de ellá, si se enterará de sus fugas y los encuentros con Terry tal vez la sacaría del colegio, tal vez por eso no podía tomar una decisión
--¿Qué debo hacer? ¿Qué debo elegir?  --Su cabeza era lo único que tenía, de pronto se escuchó ruido que provenia de la ventana
--¿Candy estás aquí? -- se sobresalto y se emocionó
--¿Cómo es que estás aquí?
--¿Qué creias que te dejaría sola todo este tiempo?
--¡Que bueno que viniste Terry! --La voz de Candy se elevo
--Que bueno que te de gusto verme Mí Pecosa --La cara y el tono de voz de Terry eran como antes -- Te traje algo de fruta y unos libros para que no la pases tan mal.

--¡Te lo agradezco Terry, no debiste! --Candy no podía controlar su alegría
--Candy baja la voz --Terry sonrío con gusto
--¡Lo siento! --Se rascó la cabeza          --¿Cómo supiste que estaba en está torre?
--No lo sabía, tuve que recorrer las tres antes de encontrarte, no fue fácil
--Lo siento --Candy se apenó
--No es tu culpa Pecosa para mí es todo un placer, yo te buscaré siempre --Candy no dejaba de sonreir, estaba muy contenta viendoló con esa actitud que le encanta y que tanto extrañaba, mientras que él se recostaba plenamente en la cama, ellá se relajó, sabía que no tenía que fingir para agradarle y se sentó a la orilla de la cama.

Terry le ofreció una manzana que sacó de la canasta y le entregó los libros que trajó consigo,Candy tomó la manzana, la mordió, él también hizo lo mismo con otra fruta, los libros los dejó de lado para poder platicar con él, comenzaron a recordar los momentos que han pasado juntos, Candy se sonrojó cuando Terry mencionó la primera vez que lo visito por la noche en su habitación, mientras que Terry se reía por el cambio de color en la piel de ellá, se contarón sobre como fue su infancia, ninguno de los dos la tuvó fácil.

UtopíaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora