SINCERA

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El viaje fue muy largo las dos chicas quedaron rendidas en cuanto tocaron cama, hoy su cabeza no la hizo dar vueltas a sus recuerdos, aunque después de un rato, un ruido despertó a Candy abrió los ojos poco a poco hasta lograr hacerlo por completo para poder distinguir de dónde provenía, aún era de madrugada por eso tuvo que encender la lámpara de su buro, notó que Sahara era quien emitía esos ruidos, se estaba quejando y tenía mucho sudor por todo el rostro, Candy de inmediato se levantó para despertarla pensó que era una pesadilla pero está no respondía, a ella se le ocurrió tocarle la frente y se dio cuenta que tenía mucha fiebre, de inmediato la destapo.

Se vistió solo con su bata para no demorar en atenderla, salió al corredor para poder llamar a alguien pero estaba vacío, caminó hasta el final del mismo, no pudo ver a nadie, bajo las escaleras para salir del edificio encontró una toma de agua que estaba casi pegada al pasto al no tener otra cosa más optó por usar la bata como fomento a pesar del frio, la mojó lo suficiente para poder llevarla hasta la habitación sin escurrir, corrió para llegar lo más pronto posible, con mucho cuidado la colocó en la frente de Sahara.

—En seguida regreso, buscare a alguien que nos pueda ayudar — le decía a Sahara mientras se vestía, aunque ella seguía sin responder

Salió del edificio, se dirigió a la entrada principal para decirle a los guardias lo que estaba pasando, uno de ellos hecho a correr a llamar al director, Candy regresó con Sahara de inmediato, mientras esperaba a que llegaran con ayuda cambió el fomento varias veces yendo y viniendo de la llave a la habitación para evitar que la fiebre subiera aún más, después de un tiempo entraron en bata el director, la Hermana y el doctor quien retiro a Candy de la cama con un ligero empujón, comenzó a atenderla con los utensilios que sacó de su maletín, cuando terminó se levantó.

—¿Quién ha sido la persona que puso este fomento?

—Fui yo señor —De inmediato contesto Candy, él comenzó a mover la cabeza de arriba a bajo

—Eso me ha sido de mucha ayuda, si te hubieras tardado más en ponérselo la fiebre ahora sería un problema y hubiéramos tenido que llevar a su amiga a un hospital

—¿Quiere decir que ya está mejor?

—Así es jovencita

—Debemos dar gracias al Señor —Decía la Hermana con el rosario que traía desde el inicio del viaje

Después de que el doctor le inyectara un líquido ámbar en la parte interna del brazo Sahara ya no expresaba ni una molestia más, entró Anthony empujando a todo aquel que se interpusiere en su camino, se incoó a lado de la cama, le tomo la mano a su amiga

—¿Cómo está? —Dirigió su atención solo al doctor

—Joven no se preocupe, gracias a esta señorita —Señalo a Candy— su amiga se repondrá —Anthony la miró por unos pocos segundos sonrió y regreso a ver a Sahara

—Sera mejor dejarla descansar ya está fuera de peligro, mañana por la mañana tendrá que tomar sus medicamentos, después de unas horas vendré a revisarla de nuevo para ver su mejoría

—Yo me quiero quedar con ella —Dijo Anthony sin dejar de mirar a Sahara

—De ninguna manera señor Brown —Se negó la Hermana

—No te preocupes Anthony seré yo quien la atenderá en ausencia del doctor, prometo ser muy cuidadosa —le decía Candy sonriendo para poder tranquilizarlo

—Anthony será mejor que nos vayamos de aquí, tampoco me parece correcto que te quedes en el cuarto de las señoritas —Replico el director

A Anthony no le quedo más que obedecer, se levantó y caminó a la puerta con una expresión de angustia, en cuanto paso en frente de ella

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