VELO

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Candy subió al auto ya mas animada, con el semblante que siempre la caracteriza, aunque no tiene las respuestas aun, su alegria regresó al entender que no era necesario sacrificarse de esa manera por las personas que ama, Albert la miró sonreir cuando cerraba la puerta.

-Me alegra mucho verte asi Candy, me estaba preocupando que estuvieras enferma
-Te lo debo a tí, yo hubiera subido a ese barco con el alma rota pero firme en mi decisión, creyendo que era lo correcto
-Creo que ya estas entendiendo el mensaje de tus "Madres"
-Si, ellas quieren verme con un futuro solido, pero también feliz.

Candy y Albert regresaban a la mansion con la diferencia que ahora las ventanillas estaban entre abiertas  dejando pasar el aire y Candy sonriendo por no haber regresado a ese lugar, Albert la miraba con ternura y tambien sonreía.

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Dentro de su camarote Terry acomodaba su maleta a un costado de su cama, aun escuchaba la voz de la mujer en la fila, sonreía solo de recordar a Candy; una vez listo su equipaje a lado de su cama se recosto imaginando como será encontrarse con ella, se emocionaba, pero sus nervios lo traicionaban, entonces, entristecia, sus emociones le daban vueltas

<Jamas me perdonare  si Candy ahora esta con el afeminado, no puedo creer que no pense en todo antes, no me dicuenta de todo lo que se arriesgo por mi esa noche... el simple hecho de saber que "ese" la abrazó,  la tuvo tan cerca y yo sin poder hacer nada - Terry suspiro con furia - solo espero que no sea demasiado tarde.

"Ese" - lo decía con desdén - aprovechó la situación, aunque ahora que lo pienso - su furia disminuyó un poco- ¿qué habra pasado entre ellos dos en América?, ¿por qué no estaban juntos cuando la conocí?, sí era tanto su interes por ella al grado de darle  un estupido rosal, ¿Porqué ella no lo acepto cuando lo vió?, seguramente ese estuvo jugando con ella, no sabía lo que tenía hasta que la perdió, es un maldito >

Apretaba la mandibula de puro enojo, su respiracion estaba ligeramente entrecortada mientras pensaba en todo eso; prefirió levantarse, se quedó sentado por uno segundos a la orilla con los codos sobre las rodillas y sus manos sosteniendo su cabeza, dio otro suspiro y se levantó para tomar su balija, después de buscar entre sus cosas un poco encontró un libreto <mejor me pongo a memorizar mis dialogos por ahorano no puedo hacer nada mas que esperar a llegar>.

El viaje que emprendia Terry era largo aun asi no decistia de la idea, encontrar a Candy, en el muchacho quedaban esperanzas de que ella al igual que él mantuviera vivo el sentimiento que compartieron en los ricones de aquel colegio.

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Candy y Albert llegaron a la mansion
-Dorothy, por favor traenos café muy caliente - dijo Albert
-Vamos Albert no hace tanto frio
-Tu venias arropada entre tu abrigo, en cambio yo, me congele las manos sujetando el volante
-! Oh lo siento ¡ no fue mi intención al bajar la ventanilla, yo misma te preparare ese café - Candy echo a correr a la cocina.

-Dorothy, por favor permiteme, yo me encargare del café - aparto a la muchacha para tomar la cuchara y la taza
-Candy este es mi trabajo
-No te preocupes él esta enterado de que yo lo hago, se lo debo por casi provocarle hipotermia en las manos
-¿Hipotermia? - Candy se sonrojo sin  dejar de mover a la taza.

-¿Cómo sabes que la Abuela peleó con Albert por mi llegada? - Candy quizó aprovechar que estaban solas en la cocina
-Yo sirvo la cena y escucho muchas cosas, lo que entendí es que le duele que Anthony este de tu lado - se le escucho un tono preocupado
-Anthony mostró mucho dolor esa noche de la subasta por lo que nos hizo - contesto Candy con dolor
-Si estoy al tanto de lo que sucedió, me parece que fue muy injusto que los separaran, ustedes en verdad se querían, nunca antes te vi mas feliz
-Es cierto - Cady regresó la mirada al café, le cambió por completo el semblante a uno mas serio, comenzó a recordar los momentos que pasó con Anthony en el jardin, tambien recordo cuando la dejo sola, se sentia frustrada por no poder a ver visto antes las intenciones de Anthony al marcharse.

Sentia culpa por no pensar en que él no es un mal muchacho, ahora cree que debió esperarlo sola hasta que le diera una explicacion.
-¿Porqué te pones así? -la mente de Candy regresó a la cocina - él te ama, si hubiera alguien capaz de hacer por mi, lo que él hizo por ti, sería la mujer mas feliz del mundo y sin pensarlo dos ve es me marcharía con él a donde fuera- Dorothy puso sus manos en el pecho suspirando y sonriendo.

-Si Dorothy tienes razón él se sacrifico tanto por mi- su rostro denotaba tristeza
-Espero que cuando regrese, por fin la Señora Elroy les de su aprobación y se casen, ¿te imaginas Candy? con tu vestido blanco y Anthony esperandote parado en el alt...
-¡vaya imaginación la tuya¡ - Cady en seguida la interrumpió, tenía una pena en el corazón - dudo mucho que la Abuela nos lo permita le he causado muchos disgustos.

-¿Qué pasó con mi café?-las dos saltaron del susto- Me estoy congelando ahora en la mesa - Albert entro a la cocina frotandose las manos
-Si, lo siento, aqui esta - levanto la taza, volteó para entregarsela, él la sujetó, hizo un gesto de extrañes, aun asi le tomó, después de tragar, sonrió
-¿Qué pasa? ¿Porqué te ries? - muy intrigada preguntó Candy mirando a Albert luego a Dorothy para regresar a su amigo.

-Debiste decirle que el café lo tomo negro-se dirigió a la empleada- y también que cuando hace frio suele ser caliente
-! Lo siento ¡ - Candy se sonrojó y Dorothy bajo la mirada- te lo calentare  de nuevo- quizó quitarle la taza de las manos
-No sera necesario, ya mejor me voy al estudio, alli me reconfortare - Albert se giró para salir dejando la taza sobre el mueble.

Candy también dejó la cocina después de despedirse lo prefirió en lugar de seguir escuchando lo que imaginaba su amiga, aunque caminó por los pasillos recordando las palabras de su Dorothy, sonreía cuando se plasmaban en su mente el ecenario que acababa de escuchar, tal como ella lo dijo. En su habitación Candy comenzó a sentirse como en el colegio, encerrada, por eso salió al jardín, específicamente al rosal que Anthony le dió, se sentó en un rincon donde había sombra.

Miraba el cielo y todo a su alrededor con esos detalles comenzó a sentirse viva otra vez, pensaba en lo que Albert le hizo entender y sonreía
<Me alegra mucho no estar ahora en ese barco, mi alma hubiera sido tan reprimida que no hubiera vuelto a sonreir, me alegra mucho contar con Albert, ahora debo comenzar de nuevo, ¿cómo ayudare en el "Hogar de Pony"? Algo que no me mate, - Candy seguia mirando el cielo azul con muy pocas nubes, llegó una ventisca, se acomodo el abrigo para cubrirse - pensare en lo que les hace falta a esos niños y me dedicare a eso de inmediato - Candy se encogió de hombros e hizo un gesto de desilusión - ¿pero en qué? - miró mas concentrada el cielo como si la respuesta estuviera alli.

De pronto un gran y hermoso vestido blanco apareció en su mente, era ella quien lo portaba, iba de la mano de su padre, todos los niños del hogar aplaudiendo su llegada, al fondo se escucha la  marcha nupcial, todo esta  decorado con Dulces Candy sus Madres le sonreian, la Señorita Pony parecia que lloraba, ella temblaba de los nervios, Albert tambien le sonreia como todos en el lugar.

El dia era soleado, el pasto tenia un olor único, parecia que tambien estaba contento por el festejo, el camino de la entrada al altar parecía eterno, alli se veía la silueta de un hombre pero no distinguia bien su rostro, apesar de que se acercaba a él no se volvía nitida la imagen eso no le restaba emocion al encuentro.

Llegaron por fin a donde la estaban esperando, Albert le beso la mano, le bajo el velo y  la acomodó con un ligero jalón de mano, la colocó enfrente del hombre que la esperaba, ella no podia ver nada solo sus manos sosteniendo un ramo de orquideas blancas, entonces escuchó "Puede besar a la novia", vió unas manos en el extremo del velo que lo levantaban lentamente, Candy comenzó a levantar la cara, veía el pecho de un hombre vestido de smoquin, en su cuello tenía un moño, ahora veía la barbilla de aquel muchacho que la desposaria.

Pero de pronto abrio los ojos, no entendía porque ahora todo lo que le rodeaba era distinto, su cerebro comenzó a entender que todo fue un sueño, aunque a ella le pareció tan real que su corazon seguia latiendo a toda velocidad, aun tenia ese sentimiento de felicidad que se fue desvaneciendo poco a poco conforme fue entendiendo todo.

   

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