Salimos de aquella casa Taehyung, Jimin y yo, en el camino desayunamos y estuvimos todo el día de aquí para allá mientras yo acompañaba a Taehyung a encontrar personas que le compraran aquellos artefactos que robó de la vieja casa. Al anochecer cuando ya habíamos conseguido suficiente dinero, Taehyung quiso celebrar con unos amigos y me llevó con él a un casino. Empezaron a beber y a jugar póker, ví a Taehyung perder todo el dinero que había conseguido, apostando. Yo estaba sentada a su lado y entre cada jugada Taehyung besaba mi cuello y mis hombros y bebía tragos de vodka, sus besos estaban empezando a parecerme repugnantes aún cuando él me había metido en la cabeza que era mi marido, mi novio, mi amante y demás.
- Y ahora, ¿tienes algo más que ofrecer? -le preguntó Jimin a Taehyung.
- Creo que he dado todo lo que tengo -respondió con voz de borracho.
- Yo creo -continuó Jimin-. Que tal esta oferta... Una última jugada... Si ganas te doy todo lo que perdiste más todo lo mío... Y si pierdes me quedo con todo y tu me das una noche con la chica.
Palidecí al escuchar a quel sucio y maldito hombre que le había pedido a Taehyung acostarse conmigo. Lo único que faltaba era que aceptara y mi virginidad quedaría en manos de la suerte de un juego de póker.
- Oye, Jimin, si ganas puedes compartirla, ¿o no? -dijo otro jugador borracho riendo a carcajadas.
- Quien sabe -le contestó Jimin-. Pero primero él debe aceptar. ¿Qué me dices, Taehyung? ¿Sí o no?
Taehyung casi me dirigió una mirada de arriba a abajo.
- Yo... -comenzó a hablar y yo rogaba que no aceptara-. Yo no lo sé... Es que... Yo aún no...
- ¿No te has acostado con ella? -preguntó Jimin en expresión de sorpresa-. ¿Qué? No me digas que te da lastima. ¿O que acaso quieres ser el primero?
- ¡No, no es eso! -dijo Taehyung con inquietud-. Está bien, aceptó.
Una lágrima corrio por mi mejilla, yo sabía que volvería a perder y me obligarían a hacer algo que yo no quería. Taehyung me miró y al ver mis ojos cristalizados por las lágrimas acarició mi mejilla removiendo aquella lágrima salada.
- No te preocupes -me dijo al oído en voz baja-. Voy a ganar... Te lo prometo, sabes que todo esto lo hago por ti, para comprarte ropa y unos bonitos zapatos para que no tengas que andar más descalza, para darte comida y para que tengas todo los lujos linda.
El juego en el que la apuesta era yo comenzó con extrema tensión, yo miraba cada jugada con una increíble preocupación y casi soltando las lágrimas, Taehyung también de vez en cuando me lanzaba miradas preocupadas a diferencia de Jimin y los otros tipos que me miraban riéndose con malicia. De pronto sentí un escalofrío recorrer mi cuerpo, sentí una extraña presencia y la pesadez de la mirada de alguien clavada en mi, una sensación familiar me invadía, algo tan fuerte y sobrenatural que me asustaba. Levanté la mirada de la mesa del juego de póker y supe de quien se trataba, al mover la dirección de mirada contemplé la perfecta imagen de Jungkook de pie apoyado en la barra a unos metros de distancia de mí y no paraba de observarme, nuestras miradas se cruzaron y yo me quedé helada al verlo de nuevo, su presencia me tranquilizaba y relajada al mismo tiempo que me exaltaba e inquietaba. Quise hablarle con mis ojos o tal vez telepáticamente de forma que Taehyung no notará que estaba allí, ya que si llegaba a verlo se enfurecería; solo me límite a mirarlo y él también a mí. Le lancé miradas disimuladas para que Taehyung no lo notara, mis ojos no podían evitar mirarlo, examine su cuerpo de arriba abajo y él no dejaba de lanzarme sonrisas que calmaban mí preocupación, sentí como si todo iba a salir bien cuando lo ví aparecer, incluso llegué a olvidarme de la estúpida apuesta. Todo marchaba igual hasta que escuche a Jimin reír a carcajadas con ganas, ví a Taehyung levantarse de la mesa furioso y pateó su silla luego de que estuvo de pie.
- Es mía -grito Jimin y siguió riendo audiblemente hasta el punto de que todos en el casino se quedaron mirándolo.
- ¿No podemos discutirlo? -dijo Taehyung.
- ¡No jovencito! Ahora dejame llevarme a esta preciosura conmigo -Jimin se acercó hasta mí y quiso ponerme las manos encima.
- Jimin, no vayas a hacerle daño -me defendió Taehyung, yo ciertamente nunca lo había visto tan preocupado por mí, nunca me había demostrado que realmente le doleria si alguien me hacia daño, pero esta vez parecía estar hablando en serio.
Jimin soltó una carcajada.
- Ella lo disfrutará, ¿cierto linda? -dijo Jimin en respuesta.
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Enamorada de un demonio ( Jungkook y tu) Editada
Fanfic¿Cómo puedo ser yo la que tenga que salvar al mundo de los demonios? Me eh vuelto adicta a uno de ellos, tan solo soy una chica normal, sin ningún tipo de poder, tímida y con muy poca seguridad de si misma, solo soy (TN) la que se enamoró de la pers...