MISTERIOS PARTE 1

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Mientras yo me preguntaba donde se encontraba Jungkook en ese momento Taehyung alzó su mano por encima de su cabeza y lanzó un grito al conductor del autobús indicándole que se detuviera.

Taehyung me tomó de la cintura manteniendome a un costado de su cuerpo para que yo me quedará a su lado. Bajamos del autobús de la misma forma, yo camine junto a el descalza sintiendo el suelo rústico debajo de mis pies unas dos cuadras hasta que volví a vislumbrar aquella casa, la misma vieja casa en la que estuve la noche anterior, las sombras de la misma ya parecían empezar a susurrarme.

Me estremeci al recordar a Jungkook, invitándome a bailar, tocando el piano, susurrandome que le gustaba y acostado a mi lado justo antes de que mis ojos se cerrarán y me quedara dormida. Caminé todavía pegada a un costado del cuerpo de Taehyung y mientras nos acercabamos aún más a la casa abandonada me percate de que había algo diferente en aquella casa, algo diferente con respecto a la última vez que la había visto esa misma mañana, todas las puertas estaban abiertas de par en par invitándonos a entrar.

- ¿Alguien habrá entrado? -pregunto Taehyung para si mismo en voz alta-. Esta mañana cerré la puertas y ahora están abiertas.

- Jungkook -pensé.

Quizas... ¿Exista la posibilidad de que fuera Jungkook el responsable de aquello? De Jungkook yo me esperaba muchísimas cosas, siempre me sorprendía. Me adentre junto con Taehyung hasta aquella casa, atravesamos el jardín cautelosamente, todo estaba silencioso, escuche cada diminuto sonido que emanaba de aquel jardín del frente, el ruido que hacían los árboles al chocar sus ramas unos con otros por efecto de la gélida brisa, el canto aterrador de los búhos y los grillos, la hojas de otoño secas se escuchan quebrarse cuando yo las pisaba con las plantas de mis pies sin calzar, el hierro de las rejas crujir cuando el viento las agitaba al igual que el golpeteo de la madera de los árboles al impactar contra los vidrios de las ventanas altas del segúndo piso inexplorado de la casa, el mismo viento hacía que mi cabello largo volará por los aires y que gruesos mechones de este cubrieran mi rostro.

Ambos atravesamos el umbral de la puerta principal abierta de la casa, en cuanto estuvimos dentro de la enorme y oscura casa, la puerta se cerró detrás de nosotros haciendo mucho ruido, yo me asusté y mi nerviosismo se hizó bastante notable, Taehyung hizo caso omiso a la situación, por mi parte yo seguía pensando que aquella casa ponía los pelos de punta y que algo extraño estaba sucediendo, la pasada noche había visto y escuchado cosas horribles e indescriptibles. El recuerdo de la niña apareciendo, reflejada en el espejo me causó terror, en absoluto yo catalogaria aquella visión como una de más espeluznantes que había visto en años que llevaba de ver extrañas sombras y tener sueños tenebrosos.

- Voy a darme un baño -dijo Taehyung con voz que reflejaba lo ebrio que se encuentraba.

Guarde silencio y lo observe explorando la casa para encontrar un cuarto de baño hasta que apareció encontrarlo y me quedé sola en la Sala escuchado el sonido del agua de la regadera chorrear mientras se bañaba. Todo seguía en plena oscuridad, no quise si quiera moverme de mi lugar por el miedo que me causaba estar sola, incluso cuando sabía que Taehyung estaba a unos cuantos metros de distancia disponible.

Examine con la mirada cada rincón vacía de la casa, la sala se comunicaba con varios pasillos y con algunas habitaciones, tenía unas escaleras de piedra enormes y decoradas como las mansiones de las princesas que comunicaban hasta el piso de arriba que yo aún ni siquiera conocía.

Una luz entraba por unas puertas de vidrio que supuse que daban con el patio trasero ya que en la misma luz de la luna se adentraba en el interior de la casa atravesando los cristales de las puertas. Sin saber que hacer se me ocurrió ir a visitar ese aparente patio trasero, vacile al caminar hasta allí, me acerqué dando grandes zancadas y como un destello atravesé las puertas de cristal para encontrarme con un escalofriante ambiente de un aparente patio. Había en el suelo asfalto un hoyo enorme, para ser más específica era más una piscina vacía, en el fondo de la misma puede ver hojas caídas de los árboles que ensuciaban y daban más aspecto a la misma a sus alrededores reposaban inmóviles unas estatuas de piedra sólida en color gris alusivas a extrañas personas que no conocí, cada una de las estatuas era más escalofriante que la otra. Cuando miré hacía el suelo ví justo mis pies la muñeca pelirroja con aires diabólicos tirada allí, me puse de rodillas para recogerla pero al momento en que incline mi mano para timarla sentí unos dedos rodean mi muñeca, miré detenidamente mi mano y efectivamente una mano blanca y pálida resaltaba con el contraste de mi piel y me apretaba tan fuertemente que yo creí que rompería mis huesos, chille de dolor en el acto pero mi miedo era todavía más grande que el dolor físico que sentía, comprendi quien me estaba agarrandome era la misma niña del espejo, su rostro parecía demásiado angelical para ser maligna o uno de ellos, y cuando habló de ello quiero decir de las visiones que sólo yo puedo ver... Habló de... ¿Los fantasmas? Realmente nunca me preocupe por darle un nombre a las malevolas presencias que me atormentaban. Esta niña me miraba sin expresión alguna, en su rostro no pude ver ni tristeza, ni felicidad, ni dolor, ni ninguna otra emoción.

Sus ojos eran negros en su totalidad, y me refiero a que incluso la parte que normalmente debería ser blanca estaba oscurecida en un  tono más negro que las sombras. Yo estaba petrificada, aterrada, asustada y cualquier otro sinónimo de la palabra, una lágrima se asomaba desde mis ojos, quise gritar pero me di cuenta de que no podía hacer lo era como si mis labios estuvieran sellados, quise moverme pero tampoco, no podía hacerlo, mi cuerpo esta inmovilizado por una fuerza sobrenatural. Lo único que pude hacer fue soltar las lágrimas.

- "No me hagas daño", "¿que quieres de mi?" -pensé.

Ya que hablar no podía, desvíe la mirada y ví alrededor mil sombras que rodeaban el lugar, eran siluetas de cuerpos pasando fugazmente como un soplo.

- "Sueltame" -pensé nuevamente mirando a la espectro que tenía al frente.

Hice sonido de gemidos intentando gritar. Habian pasado demasiados segundos y ella todavía estaba agarrandome del brazo de forma muy dolorosa.

- No tomes lo que no te pertenece -me susurró una voz maliciosa y demoníaca-. Sal de aquí.

Enamorada de un demonio ( Jungkook y tu) EditadaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora