SEGUNDO REENCUENTRO PARTE 3

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Ni en mis mejores sueños había imaginado que él pudiera recordar mi nombre, yo durante muchos años había sido como su fanática, idolatraba su belleza y tenía sus dibujos en todas partes, algo me hacía pensar que era como el personaje principal del que te enamoras en una novela, solo eso, algo inexistente, pero ahí estaba, tan cerca que mis sentidos se colmaban de su exquisito aroma y mis ojos no se apartaban de los suyos.

Por supuesto que el tipo reconoció que el dibujo era de él mismo cuando era más joven, me sentí un poco avergonzada.

Con un nerviosismo ahogado le arranqué la hoja de papel de sus manos y corrí, me lancé a correr con la perfecta excusa de tomar tranvía a tiempo y llegar a mi departamento.

Entré en el tranvía en el segundo exacto, Jungkook me siguió también corriendo, las puertas del vehículo se cerraron justo en el preciso instante en el que Jungkook estaba a punto de entrar. Lo dejé atrás y vi como me alejaba por enésima vez del joven y apuesto misterioso.

Yo misma no entendí por qué lo hice, mi mente meditaba sobre el modo en el que yo actuaba.

Había algo mas en ese hombre que me hacía dudar, algo que me hacía tenerle miedo y me hacia desconfiar porque.... No quería enamorarme, mi único miedo en toda mi vida había sido el miedo a enamorarme, numerosos psicólogos decían que debía de ser un problema de mi niñez y un día una vidente me había dicho que se debía a algunos sucesos de mis vidas pasadas. ¡Que absurdo! Había sido mi respuesta y lancé resoplido en la cara de la mujer.

Sea como sea el hecho era que mi mayor miedo era amar, y este tipo me robaba todas las noches, todos los sueños y abarcaba mis pensamientos incluso de forma inconsciente, siempre todo me recordaba a "ese joven que conocí una vez", era algo totalmente ilógico, ya lo amaba, y sabia que si nos relacionábamos más sería peor, me daba la sensación de que el amor me lastimaría, de que él me rompería el corazón pues ya lo había hecho una vez, cuando besó a esa otra chica después de haberme besado a mí. Pero nunca me hice ningún tipo de ilusiones y eso me mantenía con el corazón en pie, siempre me hice creer a mi misma que Jungkook era un personaje ficticio, algún personaje de mi imaginación, y entonces, nueve años después aparecía para demostrarme que sí era real, que no era producto de mis fantasías, y me llamó por mi nombre. ¿De verdad después de tanto tiempo recordaba mi nombre? ¿Recordaba a una insignificante chica a la que le dio un beso la misma noche en la que probablemente había besado a otras veinte muchachas más?

Efectivamente tenerlo cerca era peor, era cada vez más difícil hacerse la idea de que no lo amaba.

Yo iba sentada en los asientos traseros del tranvía, miré por la ventana y en un lujoso Lamborghini negro me venía siguiendo el famoso Jeon Jungkook.

Retiré mi mirada de él, debía pensar en otra cosa, saqué de mi mochila una hoja y un lápiz de carboncillo oscuro, quizás si dibujaba alejaría mis pensamientos de él pero lo único que conseguí dibujar fue su rostro, su cuerpo, su belleza. De forma instintiva mi lápiz se movía mecánicamente afincándose en la hoja tanto que creí que terminaría rasgándola. En mi papel me memorizaba cada cosa nueva de este nuevo Jungkook hombre, no lo quería olvidar, no quería que de mi memoria se borrara una belleza tan quimérica, no quería olvidar su aroma a dioses nunca jamás.

No tuve el tiempo suficiente para perfeccionar el dibujo debido que debía bajarme en la siguiente parada, mi departamento. Antes de levantarme del asiento volví mirar a través del vidrio y noté que Jungkook aun estaba allí persiguiéndome con su auto.

Bajé del vehículo, Jungkook se estacionó e hizo lo mismo, fingí no notarlo, rebusqué en mi mochila las llaves del departamento para estar lista para abrirlo muy deprisa en caso de que este tipo continuara siguiéndome, entré a la residencia desde el aparcamiento, él estaba detrás de mí, venía intentando disimular con las manos en los bolsillos de su pantalón, aceleré el paso, él también lo hizo para no perderme de vista. Esta vez estaba empezando a sentir miedo. ¿Por qué me estaba siguiendo? ¿Que quería de mi?
Me adentré en los pasillos de edificio, lancé una mirada hacia atrás por encima de mi hombro, nuestras miradas se cruzaron, durante unos segundos nos miramos a los ojos, sus perfectos ojos reflejaban una traviesa curiosidad, ahora él sabía que yo estaba al tanto de que me estaba siguiendo y eso convertía la situación en una verdadera persecución. Prácticamente abordé a correr y él me imitó. Entré al ascensor, presioné el botón de mi piso una y otra vez desesperada para que las malditas puertas se cierren, el elevador me llevaría directo al interior de mi departamento ya que yo vivía en el pent-house. Jungkook corrió más que rápido y alcanzó entrar en el elevador un segundo antes de que las puertas se cerraran tras su espalda.

Enamorada de un demonio ( Jungkook y tu) EditadaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora