Gyeongsang - Corea Del Sur.
No sabía lo difícil que era amar a alguien, era tan joven y tonta, sacarse a Jungkook de la mente era algo imposible, casarme con Yoongi había sido un error, él me amaba y yo lo hacía sufrir igual que como Jungkook lo había hecho conmigo, me juré nunca perdonarlo por lo que me había hecho, me preguntaba qué sucedería si lo volviera a ver, con mi experiencia aprendí que lo más doloroso que puede existir es amar, por eso no pude nunca amar a Yoongi, una parte de mí quería amarlo pero pensé que sería muy duro y cruel hacerlo pues Jungkook me lastimó como nada ni nadie podía hacerlo, mi corazón quedó hecho trizas y con heridas permanentes. Me dejó, el hombre que amo me abandonó dejándome sola lidiando con mis penas. Llorar no funcionaba para calmar mi suplicio pero era algo que no podía evitar hacer, las lágrimas se me acababan y yo seguía cada vez hundiéndome más en las profundidades de las sombras, pensé que con el tiempo podría superarlo pero era todo lo contrario, cada día se hacía más duro, era como si cada día lo amara más y lo necesitara más, debía seguir respirando cada día para continuar viva pero no podía porque cuando él no estaba me faltaba el aire y tampoco tenía demasiado ánimo para continuar viviendo de la forma más desalmada.
De verdad traté de olvidarlo pero solo conseguí cegarme, intenté que Yoongi representara el papel de Jungkook en su ausencia, algo bastante estúpido, toda una equivocación, Jungkook aparecía en cada uno de mis sueños y pesadillas, día tras día lo deseaba mas, nada podía romper lo que yo sentía hacia él. ¿Lo extrañaba? Esa palabra se quedaba muy pequeña, era más que eso, Jungkook era como el agua, la comida y el aire que necesitaba para vivir y sin eso estaba muriendo. Lo añoraba con todas mis ganas.
Lo más escalofriante de todo esto eran mis pesadillas, en la mayoría Jungkook terminaba... Muerto, para ser más exacta, él se suicidaba y yo despertaba llorando para darme cuenta de que Yoongi estaba a mi lado abrazándome.
"Estaba recostada sobre una cama, vestida de novia y con cientos de pétalos de rosas rojas rodeándome puestos sobre las sábanas blancas, tenía los ojos cerrados, de pronto me asaltó una sensación de vacío en mi estomago, un miedo, una agonía dentro de mí, su presencia era muy fuerte, yo sabía que él estaba allí sin siquiera haberlo visto, cerré mis ojos con más fuerza temiendo encontrarme con esos extraordinarios ojos verdes que me dejaban sin habla, sentí sus manos tocando mi rostro y una descarga eléctrica dolorosa me estremeció, tocarlo era... Igual que saborear una cantidad de los mejores placeres del universo entero, su tacto me proporcionaba una dosis de paraíso, algo que nadie podía hacer conmigo. Disfruté de sus manos acariciándome y bajando hasta mi cuello, puse una de mis manos sobre la suya antes de abrir los ojos. Vi sus ojos verdes mortíferos y esos melindrosos y venenosos labios carnosos y sonrosados, era más que hermoso o atractivo, era perfecto, resplandeciente, divino y encantador con la picardía de su sonrisa que había dejado de ver hace meses, con esa mirada devoradora propia de un amante, lo deseaba, me aficionaba, tenía que ser mío, era todo mío, me pertenecía, era de mi propiedad, nadie más debía tocarlo, era solo para mí.
¿Posesiva y Obsesiva? Tal vez, pero jamás me importó.
Su rostro de piel tostada y blancuzca se acercó al mío, apoyó su mejilla contra la mía y comenzó a acariciarme con ella, su pequeñísima barba se sentía áspera contra mi piel pero me estaba inundando de sensaciones jamás sentidas por el hombre, el cosquilleo dentro de mi vientre era casi insoportable y mis mejillas acaloradamente rojas palpitaban de deseo. Esperé desesperada a que capturara mis labios con los suyos, un beso, todo lo que había estado anhelando durante meses.Finalmente me rozó apenas con sus labios perfectos, fue un leve contacto que me dejó marcada como una quemadura sobre la piel y cientos de descargas eléctricas, estaba desesperada por probar el sabor de su lengua ardiente, totalmente desquiciada lo atrapé para atraerlo hacia mi cuerpo y besarlo de manera feroz, devorarlo, y lo hice. Besé hasta la última parte inexplorada de sus labios, de su lengua y de su boca, sentí que me elevaba al cielo cuando sus dientes atrapaban mis labios de forma salvaje. Gemí y jadeé de placer hasta que dejó de besarme, tan veloz como un pestañeo se detuvo para sacar una navaja de su bolsillo y atravesó su corazón tan rápido que no pude impedírselo, el dolor me atravesó los sesos y cada parte de mi ser, su pecho sangraba tanto, lloré y lloré como nadie puede hacerlo, me llené de su sangre roja y oscura mientras lo veía dar su último aliento para terminar recostado y dormido para siempre, nada nunca podría ser peor que eso. Jamás podría haber sufrido tanto"
Ese tipo de pesadillas se repetían varias veces por la noche y me lastimaban tanto que cada día sentía la necesidad de lanzarme desde las alturas de una torre o cortar mis venas, lo único que me mantenía de pie era Yoongi que siempre me sirvió de consuelo.
Escenas de peligrosos besos y luego muerte era todo lo que veía cada noche tratando de evitar dormir por miedo a esos sueños, sueños tan reales y vividos que era imposible imaginarse que solo eran sueños, siempre creí que eran tan reales, tan... ciertos, y ver a Jungkook morir una y otra vez era lo que más me atormentaba.
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Enamorada de un demonio ( Jungkook y tu) Editada
Fanfiction¿Cómo puedo ser yo la que tenga que salvar al mundo de los demonios? Me eh vuelto adicta a uno de ellos, tan solo soy una chica normal, sin ningún tipo de poder, tímida y con muy poca seguridad de si misma, solo soy (TN) la que se enamoró de la pers...