REENCUENTRO PARTE 1

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- Y ¿tu? ¿Quien eres? -escuche decir a Yoongi- ¿Cual es tu nombre?

Su voz era tan amable, tan suave, tan perfecta que me hacia perderme en mi imaginación y en mis fantasías. ¿Mi nombre? Me pregunté. Ahhh si.

- ________ -recordé-. Me llamó _______.

- Bonito nombre -dijo mirándome con esos ojos extremadamente hermosos. Me perdí mirandolo. Me hacia creer que tenía a Jungkook al frente, incluso sentía que lo extrañaba menos, como si Yoongi hubiese sustituido su persona y la ausencia de Jungkook era menos notable con semejante belleza del hermano de Jungkook.

- Son tan iguales -dije examinando cada pequeño y mínimo detalle de su belleza y sin disimular.

- Y tu eres tan hermosa -su mirada emanaba una ternura indescriptible y una sonrisa dulce se curvaba en la comisura de sus labios. Me hubiese encantado que fuera Jungkook el que lo hubiera dicho. Aunque Yoongi y Jungkook no eran físicamente iguales los dos eran maravillosos pero sin duda diferentes y mucho. Las pocas veces que Yoongi hizo contacto físico conmigo la sensación llenaba un vacío, era algo especial y celestial por supuesto pero con Jungkook era diferente pero todavía más especial, sentía esa atracción que me hacia perder la cabeza, una atracción fuera de los límites de lo natural, lo deseaba y lo quería, lo necesitaba, cada contacto me llevaba hasta las estrellas, su sola presencia me hacia tambalearme, lo describiria como un Dios pero realmente era todo lo contrario, era un demonio. Debería ser un pecado que existan demonios perfectos, ¿como el cielo y el universo? Y ahí estaba Yoongi confesandome que le parecía hermosa. Me sentí alagada y linda, ahora dos chicos igual de perfectos me habían dicho que era hermosa y a mi me resultaba encantador y con sinceridad puedo decir que levantaba mi autoestima lo suficiente. Mis mejillas ardieron un poco y supervisión que probablemente estaba súper sonrojada. Tanto que baje mi mirada hasta mis zapatos y los examine sin interés. El esperaba que algo pasará, tal vez que yo hiciera algún movimiento o dijera algo pero todo quedo a medio silencio. Aun podía escuchar el sonido a unas pocas calles de distancia de las sirenas de los camiones de bomberos.

- Vamos -rompió con el silencio Yoongi-. Vamos a buscar a tu amigo.

Yo asenti con la cabeza aún mirando hacia el suelo y con el rostro enrojecido como la misma sangre. Caminamos a lo largo de esa calle y yo recordé algo.

- ¿Si no me iba a morir por que estaba J-hope ahí? -crei que las palabras no habían salido de mi mente pero de pronto me escuche decirlo en voz alta. Seguidamente ví como Yoongi dejó de mover los pies para quedarse plantado en el suelo dejando de caminar. Quise con curiosidad ver su rostro.

- Parece que estas bastante informada. Más de lo que imaginé -Yoongi párpadeaba muy seguido-. ¿Mi hermano te ha contado todo esto?

- ¿Que todo esto? -pregunté-. ¿Lo de J-hope?

- Si... Te dijo que era un demonio. ¿Y como puedes ver a J-hope? Los humanos no ven a la parca.

Guarde extremo silencio y Yoongi comprendió que yo no iba a decir nada.

- J-hope esperaba por tu alma -continuo Yoongi-. Si ibas a morir, pero yo te salve. Recuérdalo.

Yoongi continuació caminando y yo lo segui. Al cruzar la esquina ví la calle atestada de gente, varios camiones de bomberos estacionados frente al edificio del hotel que ahora ya no estaba prendido en fuego pero sus ventanas salía un espeso humo gris oscuro.

- Ella se quedó dentro -ví a Namjoon discutiendo con un par de policías-. Mi amiga esta dentro, debo ir a buscarla.

- Nadie puede entrar al lugar todavía -replicó el oficial-. Ya se lo dije, no dejaremos entrar a nadie.

Namjoon pareció darse por vencido y con molestia paso sus manos por su cabello en gesto de preocupación.

En seguida me lancé a correr hasta el y Yoongi me venía siguiendo. Cuando estuve detras de Namjoon toque su hombro para llamar su atención. El giro y al verme ví su rostro iluminado  lleno de alivio. Antes de hablar o decir cualquier cosa me dedicó un abrazo amistoso.

- _______ -dijo Namjoon con cierta felicidad que lo hacía ver radiante-. Que bueno que estas bien. ¿Como lograste salir de ahí?

- El me ayudó -dije mostrándole a Yoongi que seguía detrás de mi-. El fue quien salvó mi vida.

Para de hablar cuando note la forma en que los dos chicos se miraron.

- ¿Yoongi? -pregunto Namjoon. Que pequeño es el mundo, pensé. Ahora resulta que estamos dos también se conocían-. Yoongi, cuánto tiempo ha pasado, me alegro mucho de verte. -los chicos se abrazaron cariñosamente como si fueran los mejores amigos de toda la vida.

- ¿De donde se conocen? -lancé la pregunta en voz alta con plena curiosidad. Ambos chicos voltearon a verme.

- Crecimos juntos -dijo Yoongi sonriendome con cariño. Los jóvenes y apuestos muchachos comenzaron hablar con gran interés, supuse que debían estar poniéndose al tanto de lo que había sucedido con sus vidas desde que no se veían porque nada de lo que ellos hablaban era para mi entendible.

-  Hay que ir a buscar entonces a Taehyung -empezó a decirme Namjoon-. Nos quedamos sin hospedaje, sin ropa, sin papeles. Todo se debe de haber quemado.

¡Tremenda preocupación! Al menos Taehyung siempre cargaba el dinero consigo y por eso no teníamos que preocuparnos. Y pues todavía me dolía que la ropa que Namjoon me regalo estaría quemada y nuevamente tendría que andar con la misma y única ropa que cargaba, jeans azul oscuro, converse y una camisa de manga larga con botones y con estampado de cuadros en color rojo fuerte. Y por otro lado seguramente lo de los papeles y la documentación, eso podría resolverlo Taehyung. Volvimos a casa de Lisa, Yoongi nos acompaño y yo casi fui ignorada todo el camino mientras los dos muchachos hablaban de cosas de sus vidas que me hubieran interesado de no ser porque estaba colgada recordando a Jungkook con un terrible dolor en el pecho. Lo nesecitaba, me sentía increíblemente mal estando sin el, incluso cuando había un joven parecido a mi lado.

Desde afuera de la casa no se veía ni una mínima luz que saliera de las ventanas. Namjoon iba a tocar el timbre de la casa pero al notar que la puerta estaba abierta entramos sin pedir permiso a nadie. Había una oscuridad mortal. El silencio abundaba en aquella casa. Me aferre a Yoongi tomándolo del brazo para asegurarme de que no se fuera a ninguna parte y luego me dejara sola.

- Nos volvemos a ver -sonó la voz de Yoongi pero yo no sentí que fue el quien habló.

- ¿Que tal te ha ido hermanito?

La voz no era de Yoongi, esa voz salió de un lugar más alejado de mí. Entonces comprendi que esa debía ser  la única voz parecida a la de Yoongi que yo conocía, era Jungkook, con su  tono amenazador como siempre. Las luces se encendieron tan repentinamente que mis ojos ardieron por el repentino cambio de la dilatación de mi pupila. Bajo la luz chillona y blanca del bombillo ví a Namjoon aún con su mano puesta en el interruptor de encendido y apagado de la luz, y además de eso contemple la mirada llena de furia que se lanzaban los dos hermosos y perfectos hermanos. Jungkook lucia tan maravilloso y guapo como siempre, aunque su mirada estaba casi llena de odio sus ojos aún me parecian espectacularmente deslumbrantes. Frente a el a unos dos metros de distancia estaba Yoongi a mi lado y yo aferrada a su brazo todavía. Con cierta vergüenza solté el brazo de Yoongi. Ver a Jungkook y a Yoongi juntos era perfección junta, era como imposible amar a uno más que el otro cuando veías lo exactamente iguales que eran.

- ¿Jungkook? -dije llena de confusión-. ¿Que haces aquí?

Enamorada de un demonio ( Jungkook y tu) EditadaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora