REENCUENTRO PARTE 3

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¿Mi Jungkook? Pensé para mí misma. Y luego levanté mi mirada para verlo. Él estaba de pie. Desvió su mirada como si no quisiera verme a los ojos.

- Yo me quedé con su alma -explicó Jungkook.- Si, debí saberlo.

- Apártate, niñita -dijo J-hope mientras se acercaba hasta el cuerpo de Taehyung. Yo obedecí.

J-hope puso sus manos extendidas delante de él. De repente vi como del cuerpo de Taehyung se desprendía algo parecido a su espíritu, un destello blanco salía de su cuerpo como si estuviera siendo atraído por las manos de J-hope que al final terminaron por absorber esa sombra traslúcida.

- Irá al infierno -dijo J-hope refiriéndose a Taehyung y después de haber terminado con su trabajo desapareció en la nada.

- Salgan de aquí -dijo Jungkook-. Vayan a alguna parte, yo me encargaré de deshacerme de los cuerpos.

- Vamos -me ordenó Yoongi y me tomó de la mano.

Namjoon, Yoongi y yo dejamos a Jungkook con su desastre y fuimos a sentarnos en una mesa de un restaurant de comida rápida abierto las veinticuatro horas. En cuanto supe que Jungkook no estaba cerca me eché a llorar de nuevo. Crucé mis brazos encima de la mesa y hundí mi cara en ellos para que nadie tenga que verme la cara al llorar. Lloré en silencio y Yoongi me acariciaba el cabello sentado a mi lado. Al frente de ambos estaba sentado Namjoon.

- Yoongi... -dijo Namjoon-. Tu hermano es un demonio.

Yo creí que Namjoon pensaba que los demonios no existían. Él mismo me había dicho que solo eran leyendas del cielo y el infierno. Ahora estaba confundida. Namjoon reconoció que Jungkook era un demonio como si fuera algo que pudiera notarse a simple vista.

- Pero es mi hermano, Namjoon. Además si combates con él estoy seguro de que saldrás perdiendo.

- Pero mata a personas. ¿Eso te parece justo? -yo escuchaba atentamente.

- Hazlo por mí -decía Yoongi-. Sabes que fuiste como mi hermano.-Yo levanté la cabeza para mirarlos. Se notaba mi curiosidad. Mis lágrimas bañaban mis mejillas.

- No llores -dijo Yoongi-. Eres muy linda para llorar tanto.-Me limpié las lágrimas con mis manos y pasé mi mirada de Yoongi a Namjoon pidiendo una explicación.

- Yo mato demonios -me dijo Namjoon.

- Él es una especie de cazador -me explicó Yoongi, No le di importancia y seguí llorando.

- ¿Ahora a dónde iré? -mi voz sonó entrecortada y terrible-. No tengo a nadie.

- ¿Y tus padres? -preguntó Yoongi.

- No tengo.

Namjoon ciertamente no parecía demasiado feliz. Y Yoongi me dio un acogedor abrazo, estar entre sus brazos me hacía sentirme tan protegida y confortable que caí dormida en sus brazos. Sus manos estaban acariciando mi rostro y mi cabello cuando desperté. No logré diferenciar si era Yoongi o Jungkook hasta que abrí mis ojos y vi al chico de cabello castaño. Aparecí en una cama enorme, Jungkook estaba recostado a mi lado, con la mirada puesta en mí y sus dedos me tocaban de forma dulce. Lo miré adolorida por dentro, aún no me olvidaba de que él había asesinado a Taehyung. Observé todo lo que me rodeaba antes de decir cualquier cosa, era una habitación enorme, los muebles eran antiguos como de la época colonial, estaba todo increíblemente iluminado por luz solar que entraba desde las ventanas amplias. El techo de la habitación era altísimo, yo hubiera calculado unos tres metros y medio o quizás cuatro de altura.

- ¿Me odias? -me preguntó Jungkook. Frunciendo el ceño negué con la cabeza. - Escúchame -siguió hablando él-. Taehyung era un sucio, no tienes que sufrir por ese tipo. Fue él quien mató a tus padres. No fueron tus tíos como tú creías.

- Eso no es cierto -negué con la cabeza.

- _______, mira... Taehyung fue enviado al infierno por eso, por asesinar a tus padres. Pero tú no te preocupes, ahora me tienes a mí. Yo voy estar contigo.

- Pero tú eres un demonio. Y tienes una maldición.-Jungkook cerró los ojos como si lo hubiera lastimado lo que dije. Estuvo así durante segundos. - Igual te necesito -le dije. Entonces abrió sus ojos y posó su mirada en mí para después encimarse sobre mí con todo su cuerpo, apoyó sus manos sobre la cama para no aplastarme con su peso, sentí su cuerpo pegado al mío y los latidos de su corazón golpear con fuerza sobre mi pecho.

El aire que respiraba chocaba contra mi cara y estar tan cerca de él hacía que me sonrojara notablemente.

- Ya no puedo con esto, ________. Yo intenté alejarme de ti pero no lo logré -sus palabras sonaban muy cerca de mis labios-. Ahora temo hacerte sufrir, temo por ti, y no quiero lastimarte aunque creo que eso yo no puedo controlarlo. Si te hago daño me destruiré a mí mismo. Nací para hacer el mal y cuando mato personas no puedo controlarme, no soy yo mismo, es algo que me posee y no puedo evitar.

- No quiero que te alejes de mí nunca -dije con seriedad.

- Yo tampoco quisiera dejarte nunca -acarició con sus labios mi rostro dándome pequeños besos cerca de los labios, en mi mentón, en mis mejillas hasta que por fin atrapó mis labios con los suyos.

Tomó mi labio inferior para dejar para mí su labio de superior. Se sentía tan bien...Tan placentero Me hacia estremecerme y desearlo. El beso se volvió más furioso cuando yo recorrí su espalda con mis manos antes de rodearlo con mis brazos. Con mi lengua exploré el interior de su boca y saboreé sus labios una vez más. Jungkook me daba placenteros mordiscos en los labios que me enloquecían. Debía respirar pero prefería mil veces seguir besándolo. Nunca me habían dado un beso tan apasionado que hasta me erizara la piel.

Jungkook me dejó sin aliento y sin fuerza de voluntad. Jugueteé entrelazando mis dedos en su cabello y a Jungkook pareció agradarle tanto que bajó sus besos hasta mi cuello, aspiré aire profundamente para recuperar el aliento cuando Jungkook dejó libres mis labios. La humedad de sus labios sobre mi cuello me causó un escalofrío satisfactorio. Recorrió el largo de mi cuello e iba descendiendo con sus besos hasta que llegó al cuello de mi camisa donde se detuvo para regresar a mis labios. Tomé sus labios entre los míos con desesperación. Las manos de Jungkook recorrieron desde mis caderas hasta subir a mi cintura. Nos besábamos con locura y sin pensar en nada ni en nadie más cuando la puerta del cuarto se abrió y la voz de Yoongi se escuchó casi gritar.

- ¡Jungkook, ten cuidado! -exclamó.

Jungkook dejó de besarme pero seguía encima de mí, logró separarse un poco de mí alzando su cuerpo con sus manos apoyadas en la cama y sus brazos extendidos. Ambos respiramos agitados recuperando el aliento.

- Hermano, la maldición dice que te llevarás su alma después de hacerla tuya -dijo Yoongi-. Lo que quiere decir que si quieres mantener a esta chica viva no puedes hacer el amor con ella.- Fue entonces cuando Jungkook se separó de mí y se levantó de la cama de un salto.

- ¿Cómo rayos sabes tanto sobre la maldición?

- En el santuario del padre Lay se encuentran algunas de las páginas escritas por el profeta.

- ¿Hay forma de deshacer la maldición? -le preguntó Jungkook.

- No estoy seguro.

- ¿Y qué hay de ti? ¿Qué es lo que dice sobre ti la profecía?

- Me convertiré en el ángel guardián de la primera mujer a la que le salve la vida y me casaré con ella.

- Como siempre a ti te bendicen y a mí me maldicen. No entiendo por qué tuve que nacer así.-Ellos discutían y yo me preguntaba algo... Yoongi me había dicho "eso me convierte en tu ángel de la guarda." ¿Eso que habrá significado? No podía ser yo.

Tal vez Yoongi era ángel guardián de unas otras cuantas mujeres más.

Enamorada de un demonio ( Jungkook y tu) EditadaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora