ANTHONNY Y ELI -1° Parte-

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—¿Y...?

—¿Qué?

—¡No vamos de nuevo con lo mismo, Anthonny! ¿Qué excusa barata darás está vez?

—No es ninguna excusa barata, Williams. ¡Estoy muy ocupado en estos momentos. El proyecto me está exigiendo demasiado...

El macho rubio se detuvo. Miró a su amigo con recelo y este lo notó. Le puso la mano sobre el hombro intentando convencerlo:

—Quizás aún no es mi momento.

—¡Nunca lo será, Anthonny! Si es por ti, nunca lo será. ¡Deja de darles tantas vueltas al asunto! ¿Cuántas vidas llevas? ¿Dos? ¿Tres...?

—Cuatro en realidad...

—¡¿Cuatro vidas?! ¿Y aun no te has reproducido? ¿Sabes lo que eso significa para un licano de cualquier clan, Anthonny?

—Williams, como Haller deberíamos haber comprendido que el mero acto de reproducirnos no debería ser la motivación principal de formar una pareja.

—¡Claro! ¡Si fuera por ti ya habríamos desaparecido! ¿Qué esperas? ¿Quieres "sentir maripositas en el estomago" cuando veas a tu omega destinado? ¡Cuánto cliché! Te lo diré de esta forma: ¡Debes reproducirte! Es una orden. Debes escoger un omega, y para eso te daremos diversas opciones; de hecho tenemos una lista muy atractiva de machos, ¡los mejores omegas Haller!

Anthonny suspiró fastidiado. Sabía que ya no podía negarse y tendría que ceder por el bien de su clan. Era el único macho alfa maduro sin pareja en ese entonces; y siendo uno de los principales líderes, eso era inaceptable.

—Bien, lo haré.

—¿Por qué pones esa cara? ¡Parece que te enviaran a fusilar! Definitivamente tener un compañero no es una desgracia. Tendrás compañía en tus noches frías, algo de divino placer sexual con un omega atractivo y joven, y los de la lista en su mayoría son muy inteligentes. Podrían ayudarte en la investigación.

—Mejor ayuda el que no estorba...

—La soledad te ha vuelto quisquilloso y amargado, Anthony. Pero tu instinto bestial se despertará, no lo dudes.

El rubio le sonrió. A Anthonny no le pareció chistosa su última frase. Los lobos grises evitaban dejarse llevar por su lado bestial, el raciocinio siempre debía prevalecer por sobre cualquier impulso animal.

El doctor Anthonny Grant era un eminente médico genetista, con una amplia trayectoria en diversas organizaciones médicas y científicas reconocidas; además de que prestaba sus servicios siendo el jefe de la División de Genética Médica en el Hospital de Alburne, uno de los importantes en su país. Pero más allá de sus actividades en el ámbito humano, como licano perteneciente al clan de los Haller, este lobo gris lideraba toda la investigación relacionada con la búsqueda de la cura del gen licántropo.

Según los Haller, la licantropía que padecía su especie no era producto de una "maldición mística" sobe su raza, sino era más bien una mutación genética que afectaba a los individuos de forma intrínsecamente biológica, y se detonaba a través de la liberación de ciertas hormonas fomentadas por el "pensamiento animal", una especie de autoaceptación de esa naturaleza primitiva y bestial de los hombres. De allí sus esfuerzos por intentar encontrar alguna forma de inhibir genéticamente toda esta química biológica.

Los lobos grises se destacaban por su inteligencia y por esa necesidad imperiosa de adquirir conocimientos variados y educarse en disciplinas de alta exigencia intelectual. Quizás como una forma de mantener sus mentes ocupadas y bien equilibradas, de modo de poder dominar sus instintos animales. Médicos, científicos, académicos, artistas, filósofos, entre otros pensadores destacados, eran las ocupaciones de estos licanos dentro del mundo humano. Y fuera de este, usaban sus conocimientos y recursos en beneficio de su clan y de sus investigaciones.

"El Abrazo de la Luna" - Historias de LobosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora