DEVON, ALEXEI Y DECLAN (Especial)

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19 años antes de Devon fuese el Alfa líder de los Lihunik...

—¿Quién es el más fuerte entre ustedes? ¿No hay en esta manada guerreros Lihunik dignos? ¡Demuestren de qué están hechos! ¡Bola de mediocres!

En las gradas, frente a la arena, Adolph Ulrika, sus hijos mayores y los ancianos del concilio observaban a los guerreros Lihuniks de distintas manadas combatir entre ellos. Celebraban a la Luna de Sangre, y con ella, a toda esa violencia que fomentaban.

Durante la "Gran Luna Roja" o "Luna de Sangre", los guerreros Lihuniks de distintas manadas podían luchar entre sí para derrocar al liderazgo imperante, o para confirmarse en sus posiciones. Un Alfa maduro podía ser retado por uno más joven, y en un combate, podía el joven tomar el lugar de señorío en su manada venciendo al anterior líder.

Algunos combates podían terminar en la muerte del vencido, si así lo determinaba el líder alfa.

Lo cierto era que mucha sangre se derramaba durante tres noches, todo para satisfacer el apetito de crueldad de los lobos rojos.

Pero esa noche en particular, un lobo joven comenzó a destacarse entre los guerreros: Fiero, fuerte y muy temido. Aspiraba derrotar al alfa de su manada, e imponerse entre los guerreros Lihuniks más poderosos.

—¿Y bien...? ¿Nadie me enfrenta? ¡Son todos unas malditas perras! —gritaba el fiero lobo que ya tenía todo su pecho manchado de sangre ajena.

Al ver que no había más contendientes que osaran enfrentarle, uno de los ancianos se levantó para proclamarle como alfa combatiente. Pero fue en ese instante, que uno de los hijos del alfa líder habló:

—Me preguntó si este hablador será más fuerte que tú, Alexei. —Declan se dirigió a su hermano mayor que estaba sentado a su lado.

En un principio, Alexei, le ignoró. Pero el Alfa líder se entusiasmó por la idea de seguir viendo mucha sangre derramarse:

—¡Ve! Quiero que todos contemplen al más fuerte guerrero Lihunik que existe...

Alexei suspiró con fastidio. Iba a negarse, pero de pronto todos en aquel lugar posaron sus ojos en él, dada su fama bien ganada de ser el más poderoso guerrero del clan. Se levantó y bajó las gradas para alcanzar la arena. Sin decir una palabra, comenzó a quitarse la ropa y unos lobos que estaban cerca le asistieron para prepararlo para la arena.

Como era la costumbre, los guerreros Lihuniks luchaban cuerpo a cuerpo, totalmente desnudos. Esto para facilitar sus transformaciones, y porque en la arena no eran permitidas ni necesarias las armas de ningún tipo. En medio de un combate podían permanecer en su forma humana, hacer lukanías para atacar con sus garras y colmillos, o adoptar por completo la forma de bestial o de Lupus, lo que ya convertía la arena en una batalla sangrienta.

—No quiero luchar contra ti: Te admiro, y te respeto. Mi anhelo es servirte, luchar a tu lado; no hacerte daño...—Le dijo el guerrero al ver a Alexei acercándose al centro de la arena.

—¿Qué mierda acabas de decirme, gusano? ¿Tú crees acaso que puedes "hacerme daño"? ¡Infeliz! ¡Voy arrancarte ese gran hocico que tienes!

Enfurecido, Alexei arremetió con furia contra el guerrero: Le dio un puñetazo en el pecho que le desequilibró y cayó al suelo de la arena. Reaccionando muy rápido, esquivó una pata del enorme lobo rojo. Iniciaron así un feroz combate.

El guerrero golpeaba con todas sus fuerzas el cuerpo de Alexei, pero parecía no hacerle el menor daño: era como una enorme y pesada roca. Incluso cuando usó la likania de sacar sus garras contra el alfa, este le golpeó con la palma abierta en la cara y volvió a derribarlo, pero esta vez no pudo esquivarle: Alexei le sujetó por el cabello y comenzó a asestarle puñetazos, uno tras otro.

"El Abrazo de la Luna" - Historias de LobosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora