Capítulo 6

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Cuando Caín y Deimos llegaron junto a ellos Saori pensaba que iba a darle un ataque de ansiedad.

Notaba los latidos de su corazón y el sudor de sus manos, por un momento pensó que la copa de champán que sostenía se le iba a escurrir de las manos.

Fobos sonreía de forma maquiavélica, le asustaba lo que el del parche planeaba; se giró hacia sus amigos - que se habían tensado ante la presencia de Caín- para disimular.

-         Fobos, ¿dónde estabas?

Saori notó como su corazón respondió con un fuerte latido al escuchar la profunda voz de Caín. Sus amigos también se sentían un poco conmocionados, por suerte él no era el único al que le afectaba la voz del mafioso.

-         ¡He estado aquí todo este tiempo, con mis nuevos amigos!

-         Qué primicia. – Caín paseó su helada por ellos cuatro. Saori la desvió cuando le miró a él. – Haz todas las necedades que quieras, pero dentro de dos horas tenemos un compromiso.

-         A sus órdenes, mi capitán.

-         Y cumple con tu tarea de niñera.

Caín les miró con seriedad, como si no estuviera del todo satisfecho con su presencia; esta vez no posó su mirada en él. Lo estaba ignorando, de nuevo, como si fingiese que era la primera vez que lo veía.

-         ¡Sí, Caín! Sabes que siempre me ha encantado cuidar niños. – Fobos sonrió de forma teatrera. - ¿Recuerdas cuándo quise fundar una guardería? De hecho lo sigo manteniendo; tenemos universidades e institutos, ¿por qué no guarderías?

-         Fobos, por favor. – Caín suspiró mirándolo con hastío. – Deimos, vigílalo.

Y acto seguido el mafioso desapareció, dejándolo con un amargo sabor de boca. ¿Siempre desaparecía así, cómo si fuera una estrella de cine? ¡Ese hombre era un engreído!

Sus amigos relajaron un poco el gesto, pero Lyanna miraba con desconfianza a Deimos, que no parecía demasiado satisfecha con que Caín la hubiera dejado aquí con ellos, pero no protestaba, simplemente les miraba con desprecio, como si fueran cucarachas.

Oh, si hacen buena pareja y todo. Ambos se creen los reyes del mundo. Ahí se pudran.

Bebió de su copa, Deimos carraspeó y, tras peinarse con snobismo su morena cabellera, se giró hacia Fobos.

-         ¿Pretendes quedarte con esos críos toda la noche?

-         ¡Eh! Son francamente divertidos. – su único ojo brilló con malicia mientras miraba a Deimos – Tú también podrías divertirte mucho con ellos.

-         Seguro. –les miró alzando el labio superior.

Saori bufó sin intentar disimular su desagrado por ella. Lyanna también le ponía mala cara. Los únicos que parecían no sentirse afectados por los comentarios claramente despreciativos eran Charlie y Paul, que disfrutaban del espectáculo.

Castillo de naipes. (Yaoi - Homosexual)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora