Capítulo 27 - II

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Por un microsegundo no se lo quiso creer. La seguridad indiferente de las palabras de Caín le hicieron tomar una actitud incrédula, ¿qué clase de ser humano sería capaz de decir con ese tono algo tan… revelador? Como si se tratara de hablar del clima o de algo casual. Pero no, estaba tratando con Caín, y sabía que a él le daba completamente igual todo. Ahora lo veía claro.

Paseó de forma temblorosa sus ojos de Fobos a Deimos, para acabar posándolos sobre Caín de nuevo, a la espera de algún gesto, alguna explicación. Pero no llego. Y algo dentro de él explotó, haciendo que apretara los puños y escupiera todo el fuego que Caín acababa de encender en su interior.

—    ¿Y… ya está? — simplemente escupió sus palabras, alegrándose de que su voz no temblara tanto como sus piernas—. ¿Nada más?

—    ¿Quieres algo más?

Soltó un grito indignado, sin mostrar ningún tipo de pudor o vergüenza que antes sentía cuando estaba frente a Caín; ahora era diferente, estaba enfadado y el asco y el odio que empezaba a sentir por él se estaban anteponiendo al sentimiento de amor.  No sabía cómo expresarse ni qué palabras debía usar, ahora mismo no tenía medida, era una bomba de relojería que acababa de explotar.

—    ¡¿Una explicación, por ejemplo?!

Caín alzo una ceja y pudo ver como su respiración se profundizaba. Alzó las manos, temblando, y lo señaló con el dedo sin apaciguar su expresión asqueada y dolida; Fobos se mantenía serio por primera vez en su vida al lado derecho de Caín, Deimos estaba al lado izquierdo, pálida.

—    Tú… — miró a Caín con todo el odio que podía lanzar —, ¿desde cuándo sabías eso?

—    ¿La conexión entre nuestros padres?  Siempre lo supe.

—    ¿Qué? — no podía creerlo, todas las piezas de su vida se estaban cayendo lenta, pero inexorablemente —. Sabías que para mí… era importante…

Sí, claro que Caín lo sabía, lo que pasaba es que no podía importarle menos. Jamás había sentido nada por él, ya era un hecho.  Hasta que no sintió como se humedecían sus mejillas no supo que había empezado a llorar, apretó aún más los puños, notando el dolor como un incentivo a su rabia.

Recordó todas estas últimas semanas en las que veía a Caín… el mafioso había sabido en todo momento que su padre había muerto a manos de Orion. Aun así le había enseñado sus cuadros, los tenía colgados en una habitación. Fobos y Deimos también lo sabían, todos, seguramente; y el del parche había ido a verle, llamándole – aunque fuera una burla – “amigo”. Sintió una arcada, y rabia, mucha rabia.

—    ¡Eres un monstruo!  — gritó, sin importarle que Fobos se llevara las manos a la cabeza mientras resoplaba y Deimos carraspeara molesta, sólo se fijaba en la estatua de mármol que parecía Caín —. ¡¿También sabías quién era cuando me conociste?! — se sintió aún peor cuando Caín frunció el ceño ante su pregunta —. ¡Eres horrible, la peor persona del mundo!

Deimos dio un paso adelante, con una expresión desbordada. Era extraña la situación, todas las reacciones que había esperado y deseado que tuviera Caín las estaban teniendo Fobos y Deimos.

—    Crío, ¿tú sabes realmente de lo que estás hablando?

—    Deimos, no — Caín habló, al fin, colocando una mano en el hombro de la mujer y apartándola de él —, sí, es cierto, lo sabía todo desde el principio.

Soltó un sollozo, de forma inconsciente, pero fue un sollozo más llevado por la furia que por la tristeza. Sentía que se iba a desmayar en cualquier momento, y la cosa fue peor cuando vio a Caín esbozar una sonrisa malvada, sin una pizca de compasión en sus ojos.

—    ¿Qué esperabas? ¿Qué alguien de mi nivel fuera a acercarse a alguien como tú sin un interés ulterior?

Habló con una crueldad tan natural que las palabras se clavaron como dagas en su corazón. Sintió esa horrible sensación en el estómago que padecía cuando iba a darle un ataque de ansiedad. ¿Cómo unas simples palabras podían llegar a ser tan dolorosas?

Caín dio un paso adelante, hacia él, bajo la mirada sorprendida de Fobos y Deimos, que parecían estar anonadados por la actitud de su jefe.

—    ¿Qué harás ahora? ¿Volverás a tu cascarón?

—    Caín… — Fobos habló por primera vez desde que había estallado todo, mostrando una actitud madura impropia de él —, espera…

—    Vuelve a tu casa, a tu castillo de ensueños — Caín ignoró al del parche, y siguió mirándolo con malicia —, y sostente y basa tus pensamientos en todos esos valores fantásticos en los que te encierras. La realidad es demasiado dura para ti.

Empezó a dar pasos, retrocediendo, alejándose de Caín y de esas palabras que no comprendía, pero dolían. Se había acabado. Caín no le quería. Había sido todo una mentira, el parque, el arte, la noche en su casa… Deimos suspiró y ladeó la cabeza mientras Fobos lo observaba con verdadera lástima.

—    Me… — susurró, comprobando como se le había quebrado la voz del todo—, me das asco.

Dio media vuelta y se fue corriendo, sin ver la reacción de Caín, pero notando el pesado silencio que dejaba en sus espaldas y el desgarro en su pecho; salió del Casino sin pensar en nada más que alejarse de ahí, lamentando que cuanto más lejos estaba más le dolía el pecho.

A medida que iba dando pasos sentía el arrepentimiento de haber sido eso lo último que decirle a la persona que quería, pero el peso de todo lo que acababa de saber era superior. En prácticamente veinticuatro horas su vida se había destruido, literalmente.

Recordó al Caín de su sueño, igual al que acababa de ver, que le había confesado que nunca le había sido fiel.

Es cortísimo, lo sé, pero era lo que me sobraba de la primera parte… ¡Ahora ya no tengo clase! Y actualizaré con el siguiente en unos pocos días, para compensar todo lo que he tardado. :) Saludos a todos. 

Castillo de naipes. (Yaoi - Homosexual)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora