Saori se desplazó hasta el final de la caótica aula de su clase.
El ruido era absolutamente insoportable y la única ley que reinaba ahora era el “hagamos lo que podamos de forma desordenada”, cosa que lograba aumentar mucho más los nervios y la rabia que llevaba acumulando desde que sucedió la fiesta en el casino, hacía ya dos semanas.
Se sentía como una bomba de relojería a punto de estallar.
Había creído inocentemente que la preparación del festival que se llevaba a cabo en el Instituto lograría distraerlo un poco de la confusión que había sentido por la tormenta de emociones que Caín había iniciado en su interior, pero no, simplemente le hacía estar aún más arisco y de mal humor.
Observó cómo Lyanna estaba con dos compañeras de clase, muy ocupada planeando cómo debía acontecer el día del festival y qué tarea se le asignaba a cada uno como para percatarse de que él se había escabullido.
A su amiga le encantaba organizar ese tipo de eventos.
Se había decidido que ellos harían una pastelería para ese día: se ofrecería algo de repostería y cafés a todos los asistentes de forma gratuita – estaba claro que la asistencia era limitada, restringida y selectiva – y serían los de su clase los encargados de servirlo; a Saori le parecían estúpidas esas cosas, por lo que intentaba involucrarse lo justo y necesario.
El festival lo organizaba la dirección del instituto simplemente para alardear de poder frente a otros institutos prestigiosos de Europa, o al menos esa era la conclusión de Lyanna, que disfrutaba más que nadie organizando esa clase de eventos e informándose de todos los trapos sucios del director.
Pero gracias a ella había descubierto que – de forma oficial y “legal” – la mafia von Löwe estaba involucrada con la celebración.
- Seguro que es un enfrentamiento entre mafias que dirigen institutos para ver quién adoctrina mejor. – Susurró por lo bajo, sin ser consciente de lo estúpido que sonaba.
Pero quizás eso le daba la oportunidad de ver a Caín el día del festival, o con un poco de suerte se lo encontraría cerca de la dirección, donde una vez él y sus amigos vieron a Fobos.
Hasta Charlie – que solía ser el menos agudo con estos temas- se había dado cuenta de que algo le pasaba, puesto que durante estas dos semanas su comportamiento había sido más huraño y disperso de lo normal.
Se sumía tanto en sus pensamientos que perdía el hilo de las conversaciones y parecía quedarse en trance cada vez que alguien le dirigía la palabra.
Y es que Saori pensaba que estaba prácticamente al borde de la locura; se avergonzaba de estar así de afectado por alguien a quien apenas conocía, pero haber descubierto la posible orientación sexual de Caín le había hecho reflexionar bastante acerca de lo que él mismo buscaba por parte del mafioso... y más aún de lo que le había provocado su cercanía en aquella terraza.
- Hola Saori, ¿qué haces ahí apartado?
Saori colocó una mano en su propio cabello, demasiado sumido en sus cavilaciones como para darse cuenta de que Paul se había acercado a él y le estaba hablando.
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Castillo de naipes. (Yaoi - Homosexual)
RomanceSaori es un estudiante de secundaria común, con una vida tranquila y unos traumas del pasado que prefiere no recordar, o al menos así era hasta que por ayudar al padre de uno de sus amigos conoce a un inteligente y manipulador jefe del crimen organi...