Capítulo 22

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Los ojos grises de Caín se mantenían fríos como el hielo pero Saori podía ver un pequeño rastro perturbación, desde luego el mafioso no se esperaba esa pregunta.

— ¿A qué viene eso?

La voz de Caín fue firme, imperativa, más seca y tosca que de costumbre.

Ahora no podía asustarse; si Caín sabía algo sobre su padre, le conocía o había tenido algo que ver con él le debía una explicación. Sí, se lo debía, no era justo que el mafioso supiera más de su padre que él mismo.

Tragó saliva, intentando – inútilmente – taladrar con la mirada a Caín, que le observó con una ceja alzada, seguramente esperando una explicación al porqué preguntaba ahora sobre su padre. O simplemente intentaba esquivar el tema.

— ¿Y bien? — Caín volvió a hablar, insistente, en busca de una explicación.

Alzó la cabeza, todo lo dignamente que pudo e intentando no concentrarse en lo mucho que le dolía la espalda y otra zona de su cuerpo en la que prefería no pensar.

— Creo que… — calló al ver cómo su voz temblaba, tenía las ideas demasiado difusas en la cabeza, como un rompecabezas puesto patas arriba; pero había algo que tenía claro, y es que quería la verdad: — creo que tú conoces a mi padre y quiero saber por qué.

— ¿Qué te hace pensar eso?

—Venga… — rodó los ojos, sintiendo que Caín le tomaba de nuevo el pelo — tienes un cuarto sólo con cuadros suyos y hablas de su obra como si supieras más de él y entendieras lo que realmente quería transmitir… puedes pensar que soy un crío, pero no soy idiota.

Caín no contestó, se mantuvo con una ceja alzada, analizando a Saori sin inmutarse. Por un momento se sintió intimidado aunque intentó con todas sus fuerzas que Caín no lo notara; no quería flaquear, debía mantenerse firme exigiendo alguna clase de explicación… ¿Pero explicación sobre qué? ¿Sobre la relación entre su fallecido padre y el mafioso con el que se acababa de acostar? Sonaba esperpéntico. Era surrealista.

Caín resopló y se dio la vuelta, peinando su pelo hacia atrás en un movimiento que Saori habría encontrado muy sexy si no sintiera que tenía en la boca del estómago todos sus órganos internos. ¿Y ahora esa reacción qué significaba? Se removió inquieto, agarrando con fuerza la sábana con la que tapaba su desnudez.

Este era un paso importante en su vida y se notaba más asustado que nunca. Tenía miedo. Le atemorizaba una posible verdad que tirara por el suelo todo lo que había pensado sobre su padre.

Su padre… para él el ideal que debía seguir ciegamente y del que era un proyecto en miniatura, una sombra que se iba difuminando con el tiempo. Desde que murió se había propuesto no olvidarle nunca, dejando en el escritorio de su cuarto una foto de él, y le dolía darse cuenta de que ni tan siquiera recordaba su rostro porque siempre evitaba mirar esa misma fotografía.

Observó ausente, temblando, pero manteniendo una mirada neutra, como Caín se acercaba hasta sentarse en la cama, manteniendo cierta distancia con él. Habían pasado la noche juntos, Saori le había entregado lo más íntimo de él, pero aún así notaba a Caín más lejos que nunca.

Castillo de naipes. (Yaoi - Homosexual)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora