Capítulo 19

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Se quedó quieto, intentando asimilar sin padecer un ictus lo que estaba viendo. Paul, su amigo, con Deimos, la amiga y mujer que perseguía a Caín y que él detestaba. ¿Qué significaba eso? ¿Qué clase de traición era?

Arrugó el ceño viendo como Deimos agarraba aún más el brazo de Paul y desaparecían entre el pelotón de gente que había en el centro.

—    ¡Niño, no te quedes en el medio de la calle!

Una mujer le dio un leve empujón que le hizo despertar de su ensañamiento; se frotó el brazo donde había recibido el impacto y masculló un par de maldiciones por la bajo. Ignoró a la mujer y, con gesto decidido, empezó a andar deprisa hacia la parte de la calle en la que habían desaparecido Paul y Deimos. Debía salvar a su amigo, seguro que esa harpía le había engañado con alguna artimaña maquiavélica para algún tipo de fin horrible.

Empezó a empujar a todo el mundo -hasta propinó un par de codazos a varios transeúntes que le barraban el paso- mientras buscaba la inconfundible pareja. Puso una mueca extraña que atrajo un par de miradas, y es que sólo de pensar en su amigo y Deimos juntos sentía fuertes arcadas.

No los veía por ninguna parte y estaba empezando a desesperarse, ¿y si Deimos acababa haciéndole algo malo a su amigo? Al fin y al cabo esa mujer pertenecía a la mafia. No era trigo limpio.

Detuvo sus pasos de golpe al verlos observando el escaparate de una joyería. Habían llegado a una parte del centro que no estaba tan transitado y Saori empezaba a temer que su amigo le viera... Sería una situación incómoda por la que no quería pasar, así que se escondió disimuladamente tras una gran maceta que estaba cerca de donde Paul y Deimos se encontraban.

Un par de personas se giraban a mirarle con interés, pero Saori estaba demasiado entretenido observando con la boca abierta la situación. Era raro. Deimos no parecía la misma, estaba más alegre, relajada, y su amigo observaba a la mujer con un brillo único en los ojos.

Saori tragó saliva, intentando leer los labios de su amigo y adivinar qué le estaba diciendo a Deimos, que acto seguido soltó una sincera carcajada, muy diferente a las que Saori había visto hasta ahora en ella. ¿Cuánto haría que se conocían? ¿Deimos era la persona a la que Paúl se había referido en el bar el otro día, aquella que le gustaba?

No sabía cómo sentirse. No lo aceptaba, lógicamente, era ya la saturación de lo esperpéntico... A Lyanna le gustaba Fobos y ahora encontraba a Paul con Deimos, ¿había alguien que quería hacer de su vida una retorcida comedia griega?

Aunque por otro lado Saori también tenía eso con Caín... ¿"Eso"? ¿Podría considerarse acaso que Caín y él tuvieran algo?

Sacudió la cabeza, intentando olvidarse de todo eso y ceñirse a investigar a Paul y Deimos, que justo acababan de separarse del escaparate y se habían puesto a andar.

Se separó del tiesto e intentando que no le vieran se dispuso a continuar siguiendo a la pareja.

—    ¡Saori! ¿Qué haces?

Tropezó con su propio pie al escuchar la inconfundible voz de Fobos a su espalda, dando un ridículo paso para evitar caer al suelo; con la cara como un tomate se giró para encarar al mafioso del parche, que lo observaba con su usual sonrisa inocente. ¡Eso ya era el colmo, veía a Fobos hasta en la sopa! Seguro que haciendo cuentas había estado muchas más veces con Fobos que con Caín.

Castillo de naipes. (Yaoi - Homosexual)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora