17. OJOS VIOLETA

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—No lo soñé... ¿Cierto?—. Minho se había hecho la misma pregunta más de cien veces después de despertar en su habitación completamente recuperado.

El nombre de "Taemin" sonaba familiar y al mismo tiempo desconocido, no podía creer que la voz que lo había estado llamando durante tanto tiempo al final era "él".

Se llevó la mano al corazón mientras se encontraba debajo de la ducha, podía sentir cada uno de sus fuertes latidos provenientes del interior.

Durante años había luchado por olvidar aquel nombre, aquel rostro y todos los recuerdos asociados a él.

Su mejor amigo de la infancia había vuelto, primero en la forma de una tenebrosa voz, luego en forma de un espectro maldito y al final como un joven delgado de carne y hueso, prácticamente habían aprendido a caminar juntos, crecieron, jugaron, rieron, lloraron juntos e incluso también...

—Nos enamoramos juntos—. dijo un susurro que se escapó de sus labios.

Su corazón comenzó a latir frenéticamente mientras el dolor lo comprimía amenazando con aplastarlo.

El recuerdo de los dos experimentando cosas de niños inocentemente que al final lo llevó a enamorarse, cada beso, cada roce y cada caricia, cada hermosa memoria, todo se había convertido en un dolor ardiente.

Su primer beso no había sido con una chica, sino con él, la primera vez que sintió su piel quemarse por la pasión al desenfrenarse su corazón fue a su lado, la primera vez que su cuerpo reaccionó a las caricias de alguien fueron las suyas, la primera y única persona a la que había entregado su corazón era... él, y la primera y única vez que su corazón se rompió fue por él.

Hasta que repentinamente lo perdió en una fría noche.

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[FLASH BACK

Bajo la sombra de un enorme árbol a las afueras de la ciudad dos adolescentes miraban el atardecer.

—Creo que deberías ir a casa—. Minho le dijo a su novio mientras el otro lo miraba fijamente.

—¿Por qué? Sé que tú me protegerás de cualquier cosa—. Respondió Taemin mientras tomaba la mano del otro y depositaba un suave beso en el dorso de su mano.

Minho sonrió por el pequeño acto del otro, tenía razón, lo protegería por siempre y sin importar qué, pero aún no era un cazador del todo, no podía portar armas, por lo tanto no se sentía seguro del todo.

—Aun así, deberías ir a casa—. Dijo Minho mientras se levantaba y extendía la mano a Taemin para ayudarlo.

Un puchero adornó los labios del segundo y de inmediato unos largos dedos llegaron para delinearlos.

—Sabes que si haces eso no puedo resistir—. Sentenció Minho sellando los labios del otro de inmediato.

Dos jovencitos enamorados bajo la sombra de un gran árbol, la calidez del cuerpo de Minho subiendo la temperatura del otro mientras lenta pero firmemente lo aprisionaba entre su cuerpo y el enorme tronco del árbol.

Los delgados dedos de los chicos entrelazándose mientras sus lenguas resbalaban juguetonas y se enredaban como jugando entre sí.

Un gemido intentaba escapar de la garganta de Taemin cuando Minho alzó su rodilla en la entre pierna del primero.

Las pequeñas manos de Taemin aprisionaron la tela de la camisa del otro y las enormes manos de Minho se deslizaron bajo la camisa del primero.

La respiración de ambos se volvía pesada a la par en una perfecta sincronización.

El gemido que finalmente fue liberado de la garganta de Taemin cuando Minho al fin le permitió respirar y con un brusco movimiento lo volteo contra el tronco.

El calor de sus cuerpos al sentir el bulto del pantalón de Minho rozar contra el pequeño y redondo trasero del otro.

Taemin suplicaba a Minho que se detuviera pues la noche estaba por caer, Minho que ya estaba más que excitado comenzaba a morder el lóbulo del otro mientras presionaba su excitación en su trasero.

—No te resistas, sabes que te va a gustar—. Le susurró al oído.

Y como si su cuerpo reaccionará solo el chico contra el tronco tomó las manos del otro entrelazando sus dedos...

El color melocotón del crepúsculo fue reemplazado por el negro manto de la noche, los dos chicos se quedaron dormidos al finalizar el breve momento de intimidad que compartieron, y después de un breve descanso Minho abrió los ojos, solo para darse cuenta que se encontraba solo.

—¿Taemin?

FIN DEL FLASH BACK]

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Los sucesos de aquella noche habían destrozado su mente y corazón, así durante más de quince años Minho había vivido como un ser sin sentimientos.

Hasta que conoció a Jiah, ahí fue cuando pensó en darse una nueva oportunidad.

De inmediato Tamara llegó, mostrándole otro tipo de calidez.

Y al final, Taemin se las había arreglado para volver a él.

Ahora se preguntaba debajo de la regadera que cortaba como mil alfileres.

Sus quince años de culpa, tormento y remordimiento, ¿Podrían ser borrados en esa nueva oportunidad?

A través de la ventana se observaban cientos de estrellas titilantes, el recuerdo de los dos mirando las estrellas cruzó la mente de Minho.

Una lágrima corrió por su mejilla, esa pequeña había estado un tiempo muy largo a la espera de poder salir, finalmente lo logró y encontró el camino recorriendo sobre la piel de su nariz, dejando un rastro sensible a su paso y cayendo para perderse entre las cientos de gotas de agua que envolvían su cuerpo.

"Olvidaré el tortuoso pasado que nos une y partir de ahora no te dejaré solo nunca más... no importa quién sea o lo que se presente... te protegeré y no dejaré que nadie vuelva a herirte, ni tu cuerpo ni tu corazón, moriré antes que verte herido nuevamente..."

Se hizo esa promesa apretando la mano en la llave del agua, y como un cruel juego de su mente, la imagen de Tamara se hizo presente en su mente, la chica de quién desesperadamente quería saber su nombre.

"¿Por qué mi corazón salta por esas dos personas?"

Se preguntaba mientras el sonido del agua parecía ser su confidente.

Salió de ducha y frente al espejo empañado se dio cuenta que, primero Taemin, luego Tamara y nuevamente Taemin, eran los dos únicos seres que habían hecho latir su corazón y además ambos eran vampiros.

Terminó de ducharse y ató los cordones de sus tenis con solo un tipo de pensamientos en su mente.

Encontrar a Taemin.

"¿Dónde pasarás la noche?"

"¿Tendrás hambre?"

"¿Te sientes solo?"

Eran las únicas palabras que giraban en su mente.

Aun cuando salió de la casa principal y alcanzó a ver a Yoogeun no se detuvo.

Simplemente salió, con la determinación de encontrar a Taemin.

...

Jiah observaba a Minho a la distancia, siguiéndolo sigilosamente y con cautela para que el otro no la notara, fue así como lo siguió cerca de media hora mientras claramente buscaba a Taemin.

Incluso vio cómo se detuvo en las casas de los estudiantes que había perdido el día anterior, presentó sus respetos a las familias y continuó su camino.

Como una sombra Jiah se preparaba a dar otro salto y seguir a Minho cuando su impulso se detuvo abruptamente.

Sus pupilas se dilataron al ver a la figura de Joon frente a ella.

Como si presintiera el peligro de inmediato desenvainó su arma intentando controlar el temblor de su mano.

Un par de pisadas retumbaron en sus oídos y dentro de su pecho como si golpearan su corazón.

Una sonrisa en el rostro de Joon escondía lo despiadado que el podía ser.

—No deberías jugar con armas, señorita cazadora—. dijo Joon mientras se acercaba.

Jiah que sabía a lo que se enfrentaba por lo que buscaba una ruta de escape.

—No hay escape, ellos no te dejaran—. Sentenció Joon mientras una decena de espectros aparecían a través del suelo.

Jiah sujetó fuerte su arma, algo muy extraño en ella ya que era conocida por ser calmada y calculadora.

—No hagas eso y acompáñame, tenemos mucho de qué hablar, hay tanto que necesito que me cuentes—. Él indicó a sus sirvientes atrapar a la joven la cual de inmediato corrió siendo perseguida por una nube de demonios.

Debió atravesar la ciudad prácticamente cuando alcanzó a vislumbrar sobre el techo de un hogar una figura familiar esperando por ella, era Yoogeun, atrás de él se encontraba Xia.

Al ver al niño Jiah se detuvo sorprendida, de inmediato notó que algo estaba mal con él, y en un último intento de escapar y buscar a Minho dio un salto para descender a las calles de la ciudad.

El silbido frío de las dagas de Yoogeun se escuchó a los alrededores.

El salpicar de la sangre en el suelo decoró las limpias calles.

Y la sonrisa de Joon a la distancia mirando al horizonte habría hecho helar la sangre a quien quiera que la viera.

—Me encargaré de todo mi joven amo—. dijo en un susurro a los vientos.

—Me aseguraré, que nadie te haga entristecer nuevamente... Jinki.

Su psicópata sonrisa se fue y en su lugar una tierna y cálida adornó su rostro al mencionar el nombre de aquel por quien haría lo que fuera.

...

Al mismo tiempo Minho caminaba por la ciudad, nuevamente parecía una ciudad tranquila, se preguntaba que pasó durante el tiempo que perdió la conciencia.

Todo lo ocurrido parecía un sueño, no había rastro de los cientos de espectros que habían teñido los cielos, los cazadores en el cuartel al igual que él, sólo recordaban la escena y no tenían idea de qué pasó con las bestias liberadas.

La ciudad estaba completamente en calma, los niños jugaban en las calles, la gente iba y venía como siempre.

Minho no dejaba de pensar que estaba ocurriendo algo extraño por lo que se dirigió a la casa de los estudiantes asesinados ante sus ojos.

Lo mismo pasó en las tres residencias, las familias negaban tener un hijo en la edad de los chicos fallecidos.

Sin decir más Minho se retiró despidiéndose de cada una de las familias y siguiendo su camino en cada ocasión.

Al final comprobó que, las familias de los tres niños negaron su existencia con las mismas exactas palabras.

A la mente de Minho vino un único nombre como responsable, y ese era "Kim Jonghyun".

—Te atraparé—. Sentenció en voz baja mientras seguía su camino.

Estaba tan molesto que sentía que si no se tranquilizaba lo mataría en cuanto lo viera.

Maldecía mientras caminaba, maldecía mientras el viento jugaba con sus cabellos, maldecía incluso mientras pensaba en el chico delgado al que quería encontrar y mientras maldecía sus pasos lo llevaron a aquel lugar.

Nuevamente se encontró en el riachuelo, el mismo lugar donde vio a Tamara por primera vez, y el mismo lugar donde se reencontró con Taemin después de tantos años.

Un lugar que sin darse cuenta se había convertido en un espacio significativo para él.

Los ojos de Minho se pasearon por el lugar, el viento en calma, el agua en calma, ni siquiera el canto de las aves estaba presente, era como si por ese breve instante el tiempo se detuviera, entonces una pequeña brisa hizo danzar las pequeñas fresias junto al riachuelo.

Se inclinó para recoger una de esas pequeñas y una sonrisa se dibujó en su rostro al recordar como Tamara sonrió más temprano gracias a ellas.

El repentino deseo de encontrar a esa chica se interpuso al de encontrar a Taemin cuando en su mano la pequeña florecilla fue llevada a la altura de su nariz para deleitarse con su fragancia.

Estaba inmerso en el momento, tanto que podría jurar que en realidad se encontraba en un lejano campo florido, hasta que una voz familiar lo sacó de su trance.

—¡Hyung!

Minho giró de inmediato en dirección a donde fue llamado, ante sus ojos se presentó una de las figuras que buscaba con desesperación, el joven delgado y pálido por el cual se preocupaba tanto se encontraba caminando hacia él.

Taemin sonreía mientras lenta pero constantemente se acercaba a Minho después de haber hecho caer a Tamara al otro de la barda.

"Mira esto y sufre."

Fue lo que surcó el pensamiento de Taemin pues estaba seguro que Tamara observaría a la distancia sin acercarse, ya que a sus ojos era una chica un tanto tosca, pero sabía que no querría mostrar ese lado ante Minho, limitándose a observarlo y terminando por irse en silencio.

Minho se encontraba sorprendido y sería poco decir que anonadado, entre sus recuerdos "su" Taemin no se parecía en absoluto a quien tenía frente a sus ojos en ese momento, aunque claro, sabía que "su" Taemin había poseído el cuerpo de un pobre chico para acercarse a él.

La belleza del joven frente a él, con esa piel perfecta y una muy bien delineada cintura hicieron tragar suavemente a Minho sin que el mismo se percatara.

La pequeña flor que sostenía en su mano fue arrancada de la misma por un leve brisa volando delicadamente y aterrizando en el riachuelo siendo arrastrada por la corriente.

"Como esa flor muerta, también se deshará de ti (Tamara)"

Pensó Taemin mientras la misma brisa hizo bailar sus finos cabellos y una sonrisa adornó sus labios.

"Es tal como la recordaba (su sonrisa)"

Pensaba Minho mientras una igual aparecía en su rostro, había tanto que tenía por decirle al joven frente a él, tantas cosas por las cuales disculparse y también tanto que quería hacer por él.

Pero al contrario de lo que Minho creía su corazón lo traicionó, cuando comenzó a acelerarse mientras Taemin acortaba la distancia entre ellos.

Minho no era capaz de recordar cómo era Taemin hace quince años, la única imagen que prevalecía en sus recuerdos era la de aquel fatídico día en que con sus propias manos lo asesinó.

"Debo ser todo un psicópata"

Pensó para si mismo al darse cuenta que a pesar de sentirse mal, era capaz de verlo directamente a los ojos, o tal vez, era el resultado de haber vivido una vida sanguinaria.

Ya que, el motivo que lo impulsó a vivir de esa manera ahora se encontraba caminando directamente hacía él, el joven que se adueñó de su corazón en su infancia, el mismo que le había sido arrebatado, y por quien había jurado exterminar a todas esas criaturas demoníacas.

Taemin llegó junto a Minho como si flotara en el aire, con una sonrisa sacada de un cuadro, los ojos de Minho se vieron cautivados por la misma y la pequeña mano del primero aterrizó en el pecho del segundo.

"¿Estas mirando Noona?"

Se preguntaba Taemin mientras Minho se sentía anonadado por la increíble calidez que llegó a su pecho, era tan abrumadora que sentía que solo con esa mano podría sobrevivir la noche más fría.

—Hyung... tengo un favor que pedirte—. Taemin rompió el silencio.

Para Minho su voz sonaba como la más hermosa de las melodías, Minho asintió sin siquiera preocuparse de qué era lo que el otro pediría, estaba dispuesto a lo que sea por "su" Taemin.

Un repentino cosquilleo invadió la mejilla de Minho llevando de forma involuntaria su mano a la zona, pero para su sorpresa la misma calidez que había estado en su pecho atrapó la pequeña y cristalina lágrima que viajaba por su rostro.

—Hyung... para ser capaz de vivir, necesito que hagas algo por mí—. Taemin se acercó al rostro de Minho.

A solo unos cortos centímetros de los labios del otro, a tan corta distancia que Minho podía sentir su aliento y el calor de sus labios, los pequeños y cristalinos ojos de Taemin se entrecerraron mientras Minho podía sentir que la mano del otro en su pecho podría tocar su corazón en cualquier instante.

—Tu... ¿Recuerdas tu vida antes de convertirte?—. Minho preguntó intentando contener las lágrimas.

Taemin asintió levemente a pesar de haber aislado los recuerdos que había robado, Minho terminó con un torbellino de sentimientos encontrados en su interior, la culpa empezó a carcomerlo, pues, creía que Taemin recordaba su historia mientras él había hecho hasta lo imposible por olvidar su pasado.

En un instante las manos de Minho temblaban como nunca en su vida, sus piernas fueron drenadas de toda fuerza y sus rodillas dolieron cuando impactaron en el suelo, el impactó fue tal, que lo sintió incluso en sus caderas.

Un par de pequeñas y tersas manos llegaron a su rostro, con delicadeza levantaron su mentón y los ojos de ambos jóvenes se encontraron, las cálidas manos de Taemin ahora se sentían más frías que el hielo mismo, sus ojos habían adquirido el característico color violeta del príncipe de las tinieblas, su mirada reflejaba maldad y su sonrisa perversa enmarcaba los colmillos que comenzaban a asomarse de sus labios, tres dolorosos y afilados puntos se sintieron en el cuello de Minho cuando las uñas de Taemin comenzaron a crecer.

Y como si estuviera en una especie de trance, Minho no era capaz de moverse, un fuerte ardor se presentó en su cuello a la vez que las filosas garras de Taemin se alejaron del mismo, su sangre en las filosas agujas mientras Taemin lamía el rastro carmesí no perturbó a Minho en absoluto, en cambio sorprendió a Taemin, al encontrarse probando la sangre de un humano, cuando odiaba la idea, y además el gusto de la misma le parecía extremadamente dulce.

Sin siquiera pensarlo Taemin terminó lamiendo la extensión de sus dedos mientras miraba a Minho por el rabillo de sus ojos, Minho se sentía peligrosamente atraído por esa mirada, al punto que, no se percató cuando esas filosas agujas llegaron a su mejilla y cortaron profundamente, tan dolorosamente que juraría que cada uno de sus nervios faciales fueron afectados.

En medio de su trance Minho apenas se percató de como Taemin se agachó y con su mirada diabólica lamió la extensión del rostro del otro, dejando un cálido y húmedo rastro sobre la piel de su presa.

Las uñas de Taemin continuaron creciendo aún más junto al rostro de su presa mientras sus ojos se tornaban de un rojo inusualmente brillante.

—Gusto en conocerte... Hyung.

Taemin levantó su mano apuntando al cuello de Minho, por otro lado él era el único que podría asesinar a Minho sin que el otro peleara debido a la deuda que sentía hacia el.

"Gusto en volver a verte Taemin."

Fue el pensamiento que surcó la mente de Minho al cerrar sus ojos grabando el rostro del otro, sintiendo los latidos de su corazón en cada centímetro de su piel sonrió al saber que podría cumplir el deseo de Taemin.

LUNA ESCARLATA (FINALIZADO)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora