61. LA PETICIÓN DE UNA DIOSA

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Pasaron varios minutos, Jonghyun seguía cegado por el odio, la tristeza y la decepción, la chica que él había protegido toda su vida, no era más que la traidora, que aprovechó su ausencia para acercarse a SU Kibummie.

La imagen de Tamara y Kibum se repetía en su mente una y otra vez, podía sentir como su sangre hervía y al interior de su cuerpo sus venas amenazaban con romperse.

En medio de aquel enorme bosque, donde la brisa estaba ausente gracias a Kibum, podía observarse como los enormes árboles caían uno tras otro, un poderoso estruendo acompañaba a cada uno, las hojas de los mismos se desprendían y la tierra volaba cuando las enormes raíces emergían de la misma.

El crujido de las ramas al romperse, acompañaba el sonido, del aleteo de las aves al huir del lugar, distrajo tanto a Kibum que no se dio cuenta, del momento en que Jinki llegó a su lado.

Tamara corría por su vida, sus manos y rostro se habían regenerado, aunque la dolorosa sensación de ser destrozada no desaparecía.

El regalo de vida que Xia le había otorgado, también le había dado fuerza y vitalidad, estaba aterrada, pero un único pensamiento seguía en su mente y la impulsaba a seguir.

El mismo pensamiento que la había acompañado toda la vida, y ese era…

“¿Por qué debo morir?”

Nuestra princesa mestiza era una luchadora, una sobreviviente, lo había hecho bien hasta ese momento, y no se rendiría ante Jonghyun, ni nadie más.

El impulso de vivir la había llevado hasta ese momento, sobreviviendo a Taemin, Xia, incluso a su propia maldición.

—Es interesante—. Kibum sonrió—Ella es capaz de correr lo suficiente como para alejarse de Jonghyun.

Como buen hijo del anterior emperador, a nuestro quinto príncipe le divertía ver la escena, por lo que sin pensar, retiró sus vientos, así Jonghyun fue capaz nuevamente de invocar sus llamas azules.

—Muy interesante—. La voz de Jinki le confirmó.

Kibum volteó sobresaltado, no sabía en qué momento el mayor había llegado.

—¡¿Cómo me encontraste?!—. Cuestionó Kibum al ponerse de pie.

—¿Se te olvida que soy el Amo de las Almas?—. Jinki sonrió extendiendo su mano hacia él—Entrégamelas.

Kibum lo miró y le dijo.

—Aun no, las conservaré conmigo un poco más.

—¿Para qué las quieres?—. Cuestionó Jinki refiriéndose a las almas de Taemin y Risa.

Kibum se disponía a dar su respuesta, repentinamente un fuerte grito estremeció a ambos hermanos.

Una luz azul celeste se reflejó en sus rostros, las llamas de Jonghyun estaban por todo el bosque, sus corazones se aceleraron.

—¿Qué está pasando?—. Kibum dijo al disponerse a acercarse.

La mano de Jinki lo detuvo.

—¡No vayas!—. Lo sujetó con fuerza—Esas llamas pueden matarte.

—¡¿Qué?!

—¡¿No lo entiendes?!—. Cuestionó Jinki—¡Jonghyun es el Ángel que Selene dispuso, para asesinar a todos los descendientes del anterior emperador!

—¡P-pero… dijiste que solo él podía expulsar a Risa de Tamara!

—¡Y lo hizo!... ¡Por eso te di las gemas! ¡Para que su alma fuera sellada y no destruida!

LUNA ESCARLATA (FINALIZADO)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora