57. LUNA OSCURA

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La noche estaba más oscura de lo usual, como si las sombras en la lejanía presagiaran un terrible suceso, el viento era frío y a pesar de estar la luna en lo alto, la iluminación era muy leve.

Joon permanecía observando aquel enorme astro en el cielo, preguntándose qué era lo que estaba pasando.

¿Cuánto tiempo llevaba ahí arriba?

Ni el sabría decirlo, por primera vez en sus casi tres mil años, sentía un asfixiante frío, pero no, no se debía al gélido viento que parecía estarlo rodeando, recordándole que él también era capaz de sentir, el calor de otro ser.

Dentro de su pecho su corazón estaba temblando, podría jurar que ese órgano que le había jugado mal, desde que conoció a Jinki, estaba completamente atrofiado.

"¿Qué debo hacer?"

Se preguntaba a cada segundo transcurrido.

"¿Existe algún final feliz?"

—Claro que no—. Se respondió el mismo—Si lo hubiera no seríamos estos "monstruos".

Desde el incidente en la habitación, Jinki se encontraba distante, no lo había llamado ni una sola vez, los sirvientes en el castillo se mostraban cada vez más nerviosos, y la vegetación alrededor del castillo parecía estarse pudriendo, dejando una enorme y pestilente masa, que avanzaba en todas direcciones.

—Joven amo Joon.

La voz de una joven lo llamó, giró sobre sus pies, y se encontró con una de las tantas chicas, que estaban en aquella habitación, la habitación repleta de chicas pretendiendo a Jinki.

Sus ojos se abrieron desmesuradamente, al ver que la piel de la joven se carbonizaba, pequeñas cenizas provenientes de su cuerpo eran arrancadas por la leve fuerza del viento, y volaban perdiéndose en la oscuridad.

—¡¿Qué ocurrió?!—. Joon exclamó al acercarse a ella.

Una fuerte punzada llegó a su pecho, al sentir en la joven las energías de Jinki, como si las mismas formaran una fuerza que le indicaba alejarse.

De inmediato comenzó a negarlo en su interior, no podía ser cierto, Jinki no le haría daño a nadie sin motivo, no su Jinki, no el amable y cálido joven dueño su alma y vida.

Sintió su corazón retumbar en sus labios, la sangre abandonar sus manos y su respiración ausentarse cuando le preguntó.

—¿El emperador te hizo...?

—No lo hizo a propósito—. La joven le interrumpió—Yo tropecé y por error lo toqué.

—¿Qué dices?—. Joon miró al interior del castillo—¿Sólo lo tocaste y te hizo eso?

La joven asintió.

Las manos de Joon comenzaron a temblar, tenía que ser una broma, una de muy mal gusto.

Jinki no podía estar en una condición tan mala, como para que solo un roce accidental afectara así a alguien.

—¿Dónde está el emperador?—. Cuestionó Joon.

No obtuvo respuesta.

Extrañado buscó a la joven que se rehusaba a responder, fue capaz de sentir como sus pupilas se dilataron, cuando se encontraron con un montoncito de cenizas arremolinándose, para después desaparecer con ayuda de una pequeña brisa.

—No es cierto—. Susurró antes de entrar corriendo al castillo en busca de su joven amo.

Con su corazón temblando Joon ingresó a los aposentos de Jinki.

LUNA ESCARLATA (FINALIZADO)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora