43. REGRESO A CASA

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El amanecer se presentó en el horizonte, el melocotón intenso con destellos naranjas pintó el cielo y las nubes dibujaron un hermoso cuadro dando la bienvenida al quinto heredero a su hogar ancestral, Kibum había llegado a las cercanías del castillo donde nació y se crió...

500 años habían pasado desde la última vez que estuvo en ese lugar, los recuerdos de su estancia en aquel lugar eran tan claros como si hubiera sido ayer, porque en realidad, para él había sido como dormir y despertar al día siguiente.

—¿Donde estarás?—Se preguntó al ver el castillo a lo lejos mientras dudaba si debía acercarse, en sus recuerdos su padre el emperador era un monstruo temible, aunque él no parecía tener problema, al menos no, mientras no fuera descubierto en su relación con Jonghyun, ya que era lo único que el emperador no le pasaba por alto a su quinto hijo.

La imagen de Jonghyun protegiendo y abrazando a aquel chiquillo no abandonaba su mente, y en su corazón podía sentir como si un pequeño grano de arena estuviera removiéndose una y otra vez, viniendo de aquí para allá, rodando en diferentes e impredecibles direcciones, causándole un pequeño dolor, constante e imposible de combatir.

Al final... Lo que Risa le había mostrado, en verdad le estaba afectando, el amor eterno que creía que tenía se veía tan nebuloso hasta el punto que, lo último que quería era ver a Jonghyun.

No podía, no era capaz, sentía que su corazón no resistiría, lo había añorado una tormentosa eternidad y después de despertar su corazón había sido golpeado de semejante manera.

Respiró profundamente, cerró sus ojos y giró sobre sus pies para dirigirse a aquella habitación que recordaba se encontraba en medio de un esplendoroso jardín con el propósito de enviar un mensaje desde ese lugar a Jinki para pedirle que ayudara a Xia.

Así se dirigió al lugar donde él y Jonghyun se amaron por última vez aquella última noche hace cerca de 500 años.

Con cada paso la brisa de los bosques aledaños le acompañó uniéndose a su caminar, incluso los vientos habían extrañado a su amo, las hojas en las copas de los árboles bailaban dándole la bienvenida y la más agradable y fresca brisa lo rodeaba abrazándolo.

—Yo también te extrañé—Le dijo al viento sonriendo, así como Taemin hablaba con las llamas, Kibum lo hacía con el viento, se dejaba abrazar y cobijar, en los años que estuvo ausente el viento fue quién le ayudó a cuidar de sus hermanos, ese que era como una extensión de él mismo, también era su mayor confidente.

Después de caminar unos diez minutos finalmente llegó, sintió su corazón estremecerse por la imagen que encontró, los jardines estaban completamente secos, abandonados y descuidados, el granito de arena en su corazón se clavó en un punto que incluso le cortó la respiración, pero...

¿Qué esperaba?

¿Que alguien los cuidara durante medio milenio?

En realidad si... Era lo mínimo que esperaba, tenía la pequeña y egoísta esperanza que los bellos jardines que tanto atesoraba y guardaban tantos recuerdos valiosos hubieran sido conservados por aquel para quién creía tendrían el mismo valor.

—Los dejaste morir—Dijo mientras caminaba entre la vegetación muerta y las finas partículas de tierra y polvo abrían paso con el viento de por medio impidiendo que sus negras ropas se ensuciaran, porque, cosa extraña y curiosa, mientras Jinki y Jonghyun siempre vestían de blanco, Kibum y Taemin preferían el negro.

En los extensos jardines dónde solían revolotear cientos de mariposas no había más que maleza invasora, ni siquiera ratas o algo más, pues incluso esos roedores temían acercarse al castillo, el lugar estaba completamente muerto.

Pero lo que él no sabía era lo equivocado que estaba ya que después de que su cuerpo y alma fueran separados.

Jonghyun cuidó de él en ese mismo lugar cerca de 350 años, sin abandonar la pequeña construcción que en el sitio se encontraba ni un solo momento, hasta que decidió ir al mundo humano para buscar él mismo el alma de su amado, una vez que la desesperación lo invadió.

Así fue... En el punto de quiebre y desesperación para Jonghyun simplemente tomó a "SU Kibummie" y se fue al mundo humano donde sabía tendría más posibilidades de encontrarlo, Támara lo siguió y en los siguientes 150 años vivió entre los humanos.

Durante el tiempo que Jonghyun permaneció en ese lugar, el jardín se había conservado exactamente igual mientras rezaba diariamente para que él despertara, ansiaba que cuando esos hermosos ojos que adoraba al fin se abrieran se encontrara con un maravilloso paisaje lleno de colores y revoloteantes mariposas.

Sin embargo fue todo lo contrario, Kibum había despertado en medio de una casa en el apestoso mundo humano, con Xia sangrando junto a él y Tamara inmersa en la desesperación siendo atacadas por un demonio y cientos de espectros en medio de una "manada" de cazadores.

Nuestro Kibum terminó por acercarse a esa pequeña construcción, su delgada y delicada mano empujó la puerta que lo separaba del interior, se detuvo un segundo a preguntarse si debía ingresar o no, pues tenía miedo, de que el interior estuviera tan destrozado como el exterior.

Al final lo hizo, de alguna manera obtuvo el impulso que necesitaba y entró a aquella habitación, pequeñas motas de polvo flotaban en el aire, bailan delicadamente como si fuera un ligero danzar para darle la bienvenida.

Una gran capa de tierra cubría los muebles y piso, incluso algunos restos de vegetación seca se las habían arreglado para entrar.

—Aquí es lo mismo—Suspiró al darse cuenta que ese lugar estaba en las mismas críticas condiciones que el exterior.

No sabía que pensar, al final, aunque su corazón dolía al punto de sentirse desgarrar su mente le decía que era culpa suya por haberse ido tanto tiempo.

Se supone que solo se ausentaría un par de años, al menos eso es lo que Jinki le había dicho, pero tampoco es como si pudiera odiar a su Hyung, pues no tenía la culpa de que su alma fuera robada.

Y por otro lado aunque sabía que Jonghyun no tenía la obligación de esperarlo durante 500 años, la esperanza de que su amor fuera más fuerte que el tiempo lo había mantenido fuerte, hasta que Risa le mostró aquellos acontecimientos que lograron sacudir su mente y corazón.

Sus ojos se aguaron al tiempo que levantó su mano y un pequeño remolino se formó en su palma, ligero y delicado, pero con la suficiente fuerza como para valerse por sí mismo, ese pequeño remolino, era tal y como Kibum, un joven que podría parecer delicado y frágil por fuera, pero que en realidad era el segundo favorito como sucesor de su excelencia el emperador.

El pequeño travieso saltó de su mano y comenzó a recorrer el lugar mientras levantaba cada mota de polvo, cada hoja seca y cada doloroso recuerdo que amenazaba con sofocarlo.

Mientras tanto en el castillo Jinki miraba por la ventana en dirección a donde Kibum se encontraba, recordemos que nuestro sucesor era capaz de sentir las almas de todos con excepción de la de Risa.

—¿Debería ir a buscarlo?—Preguntó Joon quién estaba detrás de Jinki a una distancia prudente ya que desde su última discusión esos dos parecían haberse distanciado.

¿Por qué?

Sencillo, recuerdan cuando Jinki le dijo a Joon que debería cuidar la puerta de su habitación mientras estaba con Risa por la eternidad, bueno a Joon no le hizo gracia.

En aquel momento Jinki lo estaba retando deseoso de que Joon eligiera permanecer a su lado así tuvieran que desafiar las normas de su raza, él estaba dispuesto a rechazar a Risa para quedarse en brazos de Joon.

Pero para su desgracia la nobleza de Joon pudo más que su deseo.

"Le serviré y le amaré por siempre, así tenga que sujetar mi corazón por 100,000 años, le serviré a sus hijos y los protegeré con mi vida como si fueran los propios, velaré por su felicidad y la de la futura emperatriz."

Esas palabras seguían rebotando en el interior de la mente de Jinki, había sido rechazado, por segunda vez en su vida, rechazado por Joon.

Pero... ¿Por qué?

Joon había expresado sus sentimientos a Jinki antes, incluso le había declarado que lo amaría por la eternidad... Entonces ¿Por qué?... ¿Por qué repentinamente se había distanciado?

—Joon—Jinki llamó a su sirviente quien respondió desde su lugar.

—Diga joven amo.

—Viste algo... ¿Cierto?... Una nueva visión te acechó y por eso te alejaste.

Joon guardó silencio a la par que una pequeña sonrisa apareció en sus labios, su joven amo era aterradora mente listo y suspicaz.

Jinki comenzaba a molestarse, sin embargo tenía otras cosas de que preocuparse aparte de Joon y su rechazo forzado.

—Toma esto—Jinki le arrojó una gema color naranja—Supongo que tuviste la visión de la muerte de tu hermana—Joon guardó silencio, era verdad, él sabía que Jiah iba a morir, sin embargo no intentó ayudarla por dos motivos, el primero, sabía que era inútil, el segundo, no quería dejar a Jinki solo.

—Ve al lugar y tráeme su alma—Ordenó Jinki al salir de la habitación deteniéndose para agregar.

—Ya son dos... Las veces que no obedeces mis órdenes...—Al escuchar aquellas palabras la piel de Joon se erizó, sabía que el otro lo sabría pero no que se lo reclamaría.

—Dejaste ir a Jiah y no trajiste al cazador... No te dejaré pasar una tercera decepción—Jinki se fue sin mirar atrás, la mano de Joon subió a su pecho y comenzó a temblar, no por lo que Jinki le dijo, sino por la palabra que utilizó.

"Decepción"... Saber que su joven amo se sentía decepcionado era como un fuerte mazo al rojo vivo golpeando su interior, como si su alma fuera estrujada y como si sus casi dos mil años de servicio al sucesor no fueran nada.

Y así fue como Joon obedeció, fue a buscar el alma de Jiah dejando a Jinki y el castillo atrás mientras se debatía si debía intentar cambiar sus visiones o simplemente esperar a que se cumplieran mientras su interior seguía desgarrándose.

Jinki ingresó a la habitación de Kibum desde dónde vio a Joon marcharse claramente desanimado y pensativo, una seca rosa en el marco de la ventana fue alcanzada por su mano.

—Deberías ir a limpiar "ese" lugar—Sugirió a Jonghyun que seguía acostado en la cama de Kibum.

—¿Para qué si Kibummie no lo verá?—Respondió el otro inmerso en la tristeza.

—Para que no estés de inútil aquí tirado sin hacer nada... O acaso... ¿Prefieres que envíe a los sirvientes a limpiar?

Al solo escuchar esas palabras Jonghyun se levantó como si su cuerpo fuera un resorte con energía acumulada.

—¡¡No te atrevas!!... ¡¡Sabes que ese lugar es solo nuestro!!... ¡¡Nadie más puede entrar!!—Dijo Jonghyun desapareciendo a través de la puerta.

—Al menos espero que ustedes sean felices—Susurró Jinki en dirección a donde sabía que Kibum se encontraba, la seca rosa en su mano terminó cayendo mas de 40 metros desde aquella ventana.

—¿Donde están?—Se preguntó a si mismo, pues nunca había sido capaz de sentir a Risa, pero ahora tampoco encontrar a Tamara y Taemin, pero lo que más le intrigaba era que, el cazador, Minho... Poco antes de morir Jiah, también había dejado de sentirlo.

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Jonghyun llegó a lo que solían ser los jardines que a Kibum tanto le gustaban, al igual que el segundo sintió una profunda tristeza al verlas condiciones de los mismos.

Había cuidado de ellos durante años y al irse había pedido a Jinki que cuidara de la flor en la habitación de Kibum solamente.

—Hyung tiene razón... Esta vista no te gustaría—Susurró para si mismo mientras se agachaba en su sitio, una de sus manos bajó al suelo y al contacto la árida tierra del lugar fue teñida de verde por un fresco y rebosante césped.

—Así está mejor—Con su mano acarició una de las flores muertas y la misma volvió a la vida al instante contagiando a las inmediatas, en sólo segundos el prado muerto rebosó de color y vida nuevamente, el aroma de las flores comenzó a desprenderse y decenas de mariposas llegaron revoloteando.

Dentro de la pequeña construcción una brisa llevó la fragancia hasta Kibum a quien le pareció extraño.

Ocho remolinos de viento daban los toques finales a la limpieza del interior, Kibum se acercó a la ventana y sus ojos se abrieron sorprendidos al ver la renovada apariencia del exterior.

Parpadeó en repetidas ocasiones para asegurarse que no estaba imaginando cosas.

—Qué... Rayos~Fue lo que se filtró a través de sus labios.

Un casi imperceptible rechinar de la puerta de la habitación al abrirse lo hizo exaltar y los pequeños remolinos se unieron en uno mayor que empujó la puerta cerrándola con fuerza y expulsando al intruso.

—¡¡Yah!! ¡¡¿QUIÉN DIABLOS ESTÁ AHÍ?!!—Se escuchó la voz de Jonghyun al otro lado, el corazón de Kibum comenzó a acelerarse al tiempo que su mirada se quedó fija en la puerta.

—Noo... No vengas.... No estoy listo—Susurró de forma casi imperceptible mientras se armaba de valor para escapar por la ventana, pero para su desgracia sus piernas no respondían.

La visión de su reencuentro después de 500 años cuando lo había atacado por sus celos explosivos comenzó a acecharlo, estaba nervioso y más que temeroso.

Estaba aterrado, no quería saber quien era el niño que Jonghyun había sostenido en brazos, tampoco quería que le dijera que efectivamente había estado con Xia o Tamara, y lo que realmente no soportaría... Seria encontrarse con su mirada y no ver esa bella declaración de amor que no requería de palabras.

El remolino luchaba por mantener afuera al intruso, un par de segundos pasaron y la calma volvió, en algún momento cerró sus ojos y tapó sus oídos con su fuerza, en esa posición, necesitaba calmarse, solo un segundo para controlar su respiración y calmar su corazón, solo un segundo para ser capaz de huir y dejar a Jonghyun atrás.

Por otro lado Jonghyun caminaba por la parte exterior apretando sus puños, estaba realmente molesto, le había dicho a Jinki una y mil veces que nadie debía entrar a ese lugar y el maldito al interior se había condenado al cerrarle la puerta.

—Debes ser muy estúpido para venir aquí—Sentenció al llegar junto a la ventana y ver al borde la silueta de un delgado brazo cubierto con lo que parecía una chaqueta de cuero.

Una sonrisa completamente psicópata se dibujó en sus labios... "Contigo sacaré todo mi enojo"... Esos fueron sus desquiciados pensamientos.

Al interior Kibum abría sus ojitos lentamente y retiraba sus manos de sus oídos—¿Se fue?—Preguntó a los vientos quienes le respondieron de forma negativa, fue entonces cuando sintió una presencia detrás de él.

Apenas se disponía a voltear cuando fue jalado hacía afuera por la fuerte mano de Jonghyun al sujetar el cuello de su chaqueta, fue arrojado con fuerza hacia atrás.

Kibum convocó a sus vientos que le amortiguaron la caída mientras para su fortuna Jonghyun no lo vio ya que estaba cerrando la ventana.

Kibum aterrizó entre enormes tulipanes color durazno y se agachó para esconderse mientras analizaba su ruta de escape.

Desde luego Jonghyun notó que el interior de la habitación había sido aseado lo que lo hizo enojar más de lo que ya estaba.

—¡¡¡YAH!!! ¡¡¡SAL DE AHÍ PARA QUE TE MATE IMBÉCIL!!!—Comenzó a gritar—¡¡¿HYUNG TE ENVÍO AQUÍ?!!... ¡¡MALDITO PLEBEYO INFELIZ!!

Nuestro amable Jonghyun estaba realmente molesto, por lo que quería que el intruso se molestara también, así no sentiría culpa después de asesinarlo para calmar un poquito su ira.

Por otro lado Kibum estaba decidido a escapar, no se sentía preparado para verlo y definitivamente no quería encararlo.

—¡¡¿NO VAS A SALIR ESTÚPIDO PLEBEYO?!!—Jonghyun gritaba mientras caminaba entre las flores, un tic apareció en la ceja de Kibum, ¿Cómo se atrevía a llamarlo plebeyo?

Los pasos de Jonghyun siguieron acercándose hacia donde Kibum se encontraba.

Las manos de Jonghyun rozaban la vegetación—Te encontré—Susurró para si mismo al tiempo que sonrió.

Kibum se preparó, pero cometió un grave error al olvidar el obvio hecho de que seguramente Jonghyun había revivido la vegetación que lo ocultaba.

Y es que como sabemos nuestro cuarto príncipe Jonghyun tenía la grandiosa habilidad de restaurar la vida, pero no sólo la restauraba, sino que toda la vida que era tocada por su habilidad terminaba a sus servicios.

Varias enredaderas sujetaron la pierna de Kibum jalándolo y arrastrándolo para luego ser arrojado hacia Jonghyun quien esperaba con sus puños preparados.

Kibum cubrió su rostro y sus vientos arrancaron la vegetación cerca de Jonghyun adhiriéndose a su rostro.

—¡¡MALDITO!!—Espetó Jonghyun intentando retirar las plantas de sus ojos, cosa imposible ya que Kibum había hecho un "vacío" entre su rostro y las plantas.

Desafortunada mente para el segundo las enredaderas tampoco lo soltaron, por lo que quedó suspendido unos tres metros sobre el suelo colgado de cabeza mientras con sus ráfagas intentaba cortar las plantas para huir sin éxito ya que parecían esquivar los cortes.

Desde el castillo Jinki observaba la escena sonriendo, le parecía muy divertida la manera en que Kibum dominaba a un enfurecido Jonghyun sin revelar su identidad y como el revoltijo de sentimientos al interior del primero no le permitía concentrarse para poder huir.

—Cada uno de ellos es la debilidad del otro—Dijo Yoogeun que se encontraba junto a Jinki observando la escena.

—Si lo son... Pero también son la fortaleza del otro—Continuó Jinki mientras le entregaba una pierna de pollo frito al jovencito—No hay nada que no serían capaces de hacer por el otro—Jinki sonrió para el pequeño.

—¿Por qué me trajeron con ustedes?—Preguntó Yoogeun al recibir la pierna de pollo.

—Mmmmm... Porque Jonghyun se encariñó contigo...—Jinki revolvió los cabellos del más joven—Se un buen niño y cuando hayan más personas al rededor llámanos joven amo o princesa a nuestras hermanas.

Yoogeun asintió sonriendo, el pequeño y joven cazador que se había encariñado con Jonghyun y quién posteriormente había sido salvado por el mismo, terminó siendo del agrado del sucesor.

—Por cierto... ¿Cuantos años tienes?—Preguntó Jinki al comenzar con su séptima pieza de pollo.

—No estoy seguro—Respondió el chico.

—¿Qué hay de tus padres?

—No tengo, la mayoría en el clan de los cazadores somos huérfanos.

—¿No tienes familia?

—El clan es nuestra familia, vivimos y luchamos juntos hasta la muerte—Declaró el Yoogeun con una triste sonrisa en su rostro.

En ese momento Jinki experimentó un nuevo sentimiento para él, una combinación de tristeza y ganas de abrazar al niño lo invadieron, en los ojos del pequeño se vio reflejado, un pequeño sin padres, cuyo destino fue decidido por otros.

La mano de Jinki rodeó los hombros del niño—Ahora eres parte de esta familia—Yoogeun se vio tan sorprendido que no pudo responder.

Unos segundos pasaron, una sonrisa se dibujo en los labios de ambos y al fin Yoogeun articuló su respuesta—Si no soy un cazador, ¿entonces que soy?—Jinki sonrió ampliamente y respondió.

—Un fenómeno—Yoogeun se quedó boquiabierto ante tal declaración, Jinki se carcajeo y le dijo—Entonces eres como nuestra mascota—El niño frunció el ceño y se sacudió la mano de Jinki de encima mientras ambos sonreían.

—Eres... Una identidad que no está ni viva ni muerta, tu existencia depende en su totalidad de quien te mantuvo en este estado—La mirada de Jinki se dirigió hacia Jonghyun que seguía luchando para quitarse aquello que le cubría los ojos y Kibum que ahora trataba de romper las enredaderas con las manos. 

LUNA ESCARLATA (FINALIZADO)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora