40. EN TU MIRADA

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Jonghyun podía sentir como prácticamente su corazón se saldría de su sitio, al fin 500 años de añorar y desear ver los ojos de SU Kibummie llegarían a su fin.

Más de 180,000 noches en las que el frío que estremecía su cuerpo al tratar de conciliar el sueño solo era superado por su helado corazón resultado de la partida de Kibum.

Si alguien en el mundo podría contar lo que se siente estar muerto en vida, ese era Jonghyun, ya que desde la partida de Kibum había dejado de vivir, su corazón era cada vez más débil, llevaba la misma cantidad de tiempo sin probar la sangre y saciaba su sed a base de los asquerosos licuados que el mismo había inventado, primero para Tamara y que al final habían servido también para él.

Admirar aquella estrella que Kibum tanto amaba al principio le daba fuerzas, pero con el correr de los años se había convertido en el doloroso recuerdo de la última vez que lo hizo suyo en aquella, su última noche de mutua entrega.

La emoción y la alegría de volver a verlo no cabía dentro de él, de tal modo que milagrosamente llegó a la ciudad después del "pequeño" desastre que Kibum ocasionó, pero para su sorpresa, lo que encontró ante sus ojos no se lo esperaba.

A un par de cientos de metros, obviamente donde se encontraba lo que quedaba de su casa, tres figuran se distinguían en lo alto, Kibum, Xia y Tamara, entre las calles se podían ver cientos de cazadores acercándose sigilosamente a ellos, y entre todas esas figuras, dos llamaron la atención de Jonghyun.

El primero era Yoogeun, el jovencito que lo había protegido de Caramelo tiempo atrás y a quien el mismo le había salvado la vida, el otro a quien de inmediato reconoció era... Dongwoo.

Sí... el líder de los cazadores, a quien Joon había maldecido y el mismo a quien Jonghyun había enviado a descansar, estaba de vuelta, con la apariencia de un anciano en las líneas de los cazadores dirigiéndolos hacia sus hermanos.

—¿Es él?—Jinki apareció junto a Jonghyun—¿El hermano del infeliz que se llevó a Risa?—Jonghyun asintió sin poder entender cómo era posible que estuviera de vuelta, es decir, él no manipulaba almas como Jinki o Risa, pero si era capaz de enviarlos al otro mundo a descansar, y hasta ese momento, ninguna de las almas que había enviado... había sido capaz de ser traída de vuelta.

Un helado viento comenzó a correr de todas direcciones hacia donde Kibum y el resto se encontraba, subiendo en forma de un remolino alrededor de ellos, Jonghyun se vio forzado a entrecerrar sus ojos debido a que sus cabellos que bailaban con el viento comenzaron a molestarlo.

—¿Risa?—Se cuestionó Jinki al encontrar la amarillenta mirada de Tamara y notar la ausencia de su alma.

Ya que en efecto, Risa había vuelto, y para ello había tomado posesión del cuerpo de Támara.

—¿Qué dijiste?—Preguntó Jonghyun.

—Esa que está ahí—Señaló a Tamara—Es Risa.

—¿Qué le hizo a Tamara?—Jonghyun afilió su mirada para constatar que efectivamente su pequeña hermana estaba ausente, además logró vislumbrar la herida de Xia.

Jonghyun apenas buscaría los bellos ojos de Kibum cuando los vientos repentinamente se aceleraron elevando a todos y cada uno de los cazadores sacándolos de sus escondrijos mientras pataleaban y manoteaban como intentado volver al suelo.

Kibum y Xia estaban tan débiles, que de hecho se apoyaban el uno en el otro y lo único que deseaban era salir de ese lugar para recuperarse.

—Vámonos de aquí—Solicitó Kibum cambiando sus extraños vientos, añadiendo una filosa ráfaga que comenzó a asesinar a los cazadores presentes.

Risa comenzó a señalar a los cazadores uno tras otro haciéndolos explotar como si de globitos de agua se tratarán.

Xia no podía creer lo que se Unnie hacía, menos aún que utilizará a Tamara para dicho fin.

Jinki apretaba su puño, pues aunque los cazadores no le importaban en absoluto, no podía creer la masacre que Risa y Kibum estaban llevando a cabo.

En el pasado Risa era tan bondadosa que no había herido a nadie, y Kibum... Bueno el sí... En muchas ocasiones de hecho, pero nunca sin que fuera necesario.

Los ojos de Jonghyun siguieron la ráfaga asesina de Kibum que cortaba sin compasión ni piedad a todo aquel en su camino.

—¿Por qué Kibummie?—Susurró para él mismo mientras los arremolinados vientos se teñían con el color de la sangre de sus víctimas.

—Solo mírame y salgamos de aquí...—Jonghyun suplicaba para que Kibum se detuviera, tenía razón, tanta masacre no hacía falta, un montón de humanos no podrían detenerlos, ¿Por qué perder el tiempo masacrándolos?

—¿Estás enojado porque tardé en traerte de vuelta?—Jonghyun comenzaba a culparse, pero no, ese no era el motivo para las acciones de Kibum.

Veamos entonces que fue lo que pasó...

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[FLASH BACK

—Solo no opongas resistencia y no habrá problema—Dijo Kibum a Tamara acariciando su mejilla al pedirle que prestara su cuerpo a Risa.

Una lágrima corrió por la mejilla de ella, pues la idea de ser víctima de posesión aunque fuera para su Unnie no era de su agrado.

—Solo será a ratos, te prometo que te protegeré—Declaró Kibum, Támara asintió insegura y Xia frunció el ceño pues la idea tampoco era de su agrado.

Pero era verdad, Risa no podía poseer por completo a Tamara por la simple razón de que era una mestiza, no había forma de que su condición pudiera contener el alma de la futura emperatriz de su raza.

Y desde luego Risa no era tonta tampoco, si forzaba su estadía no sólo Támara perecería, también ella.

Pasaron solo unos segundos y entonces Tamara se desmayó, Kibum se apresuró a atraparla para que no se hiciera daño.

—Kibum... Esa luna escarlata que v-...—Xia se vio interrumpida por Kibum.

—Yo también la vi... Pero no estoy seguro de que pasó... Jonghyun y Jinki vienen para acá... Pero no iremos con ellos... Nos vamos con Risa y Tamara—Indicó Kibum.

—¿Qué?... ¿No quieres ver a Jonghyun?... Él ha estado desfalleciendo todo el tiempo por ti—Xia no sabía que pensar, pues si Jonghyun llegaba y Kibum no iba a él, sabía que el corazón del otro sufriría.

—Claro que quiero verlo, quiero abrazarlo y quiero amarlo, estar con él y no soltarlo nunca más... Pero justo ahora, debemos ir con Risa—Kibum repitió mirando a Xia quien no sabía que es lo que debía hacer.

—¿Podrías al igual que Tamara, confiar en mí?—Xia asintió pues aunque no comprendía si tenía una vaga idea de lo que estaba pasando, además no dejaría a Tamara sola.

—Han tomado la decisión correcta—La voz de Tamara se hizo presente, sus ojos se abrieron y el castaño en ellos desapareció para dar paso al amarillo intenso de Risa.

—Entonces vámonos—Xia agregó.

—Aun no... Antes necesito las almas bajo esta ciudad, necesito fuerzas—Solicitó Risa—En cuanto las tome nos iremos—Una amplia y calculadora sonrisa se arqueó en sus labios.

Y así fue como la primera acción de Kibum al despertar fue protagonizar una masacre a petición de Risa y a pesar de que en dichas catacumbas no habían almas ya que Joon las había liberado anteriormente...

Entonces... ¿Qué pretendía Risa?

FIN DEL FLASH BACK]

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—¡¡¡YOOGEUN!!!—Gritó Jonghyun al alcanzar al jovencito y sacarlo del caminó de la filosa ráfaga de Kibum.

Un jovencito inconsciente en brazos de Jonghyun, mientras era examinado con preocupación por su rescatador, fue la primera imagen que Kibum obtuvo de su Jonghyun con quien tanto añoraba encontrarse.

Desde luego fue una gran impresión para él, ocasionando que perdiera el control de sus poderes al instante, los fuertes vientos cedieron y cientos de pedazos de cadáveres y litros de sangre cayeron manchando las ruinas de la ciudad a la par que el hedor de la sangre en el aire se volvía aún más penetrante.

"¡¿Quién es ese niño?!"

"¡¿Por qué lo abrazas?!"

"¡¿Por qué los miras a él y no a mí?!"

Esas preguntas comenzaron a surgir en lo más profundo de la mente de Kibum mientras observaba a Jonghyun preocupado por Yoogeun intentando despertarlo con suaves palmaditas en sus mejillas.

—No lo toques—Susurró Kibum al ver como las manos que le pertenecían rozaban la piel de otro ser.

—No lo toques—Repitió un poco más fuerte, al ver como Jonghyun acercaba su oído al rostro del otro para verificar su respiración.

—¡No lo toques!—Exclamó a la distancia sin ser escuchado al ver que Jonghyun colocó su mano en el pecho del jovencito.

—¡¡NO LO TOQUES!!—Gritó expulsando dos filosas ráfagas de viento que colisionaron contra el suelo, cortando árboles, cadáveres, escombros y cuanta cosa hubiera en su camino, pasando a ambos lados de Jonghyun a sólo centímetros de su piel.

Jonghyun podría jurar que su piel fue arrancada por la ira de Kibum en ese acto, obviamente no fue así, a pesar de los explosivos celos del último nunca cometería un error como para lastimar al primero.

Y fue así como por primera vez en casi 500 años los ojos de Jonghyun y Kibum se encontraron a la distancia.

Kibum veía confusión en los ojos de Jonghyun, ya que el segundo no podía creer que SU Kibummie hiciera semejante masacre y para finalizar casi lo lastimara después de gritar de esa manera cuando él solamente se había preocupado por el niño que había mostrado genuina preocupación por él antes... Claro que Kibum no sabía nada de eso, y aunque lo supiera no era pretexto para que las manos que deseaba acariciaran su piel, se posaran cariñosamente en otra que no fuera la suya.

Por otro lado Jonghyun estaba seguro que en los ojos de SU Kibummie había enojo, decepción, algo de tristeza y desesperación, ¿Y cómo no?... Si toda la atención que estaba acostumbrado fuera para él, había ido a un mugroso cazador medio muerto.

—Déjalo Bummie... Vámonos—La voz de Tamara llegó a los oídos de Kibum, la amarillenta mirada de Risa encontró a Jonghyun mientras una fría sonrisa se dibujó en sus labios y las delgadas manos de la princesa mestiza se deslizaron por el cuello y pecho de Kibum.

Jonghyun miraba con el corazón en la boca, él también era excesivamente celoso, pero al igual que Jinki sabía que "esa" no era su pequeña Tamy por lo que no actuaría imprudentemente.

Kibum miró a Xia que estaba a un costado y extendió su mano hacia ella, la chica no dudó un segundo en sujetar la mano de su hermano.

Un fuerte tic apareció en la ceja de Jonghyun cuando vio la mano de Kibum deslizarse por la cintura de Tamara.

—¡¡¡ESPER-...—Jonghyun se quedó boquiabierto cuando los tres frente a él desaparecieron, el viento retomó su tranquilidad, un silencio total reinó la pequeña ciudad y Jinki se dirigió a las destrozadas catacumbas que quedaron expuestas.

Sonrió al darse cuenta de lo que en realidad había sucedido, Kibum no había asesinado a los cazadores, eso había sido únicamente un efecto colateral al destruir los cuarteles y las catacumbas, ni un alma había quedado y por consiguiente comprobó lo que había estado sospechando desde hace tiempo, el príncipe perdido... Nunca estuvo en ese lugar.

—¿Nos vamos?—Preguntó Jinki.

—¿A dónde?—Jonghyun respondió con otra pregunta levantándose con Yoogeun en brazos.

—Al castillo desde luego—Sonrió Jinki al tiempo de Jonghyun bufó—El emperador dejó el castillo hace cerca de un siglo.

Jonghyun frunció el ceño, eso no se lo esperaba.

—Vamos—Jinki insistió—Puedes traer a ese niño, ¿Es tu... almuerzo?... ¿Un nuevo sirviente?... ¿Un amant—...?

No pudo terminar la frase debido a que Jonghyun lo fulminó con la mirada.

—Solo tráelo—Jinki sonrió ampliamente y a Jonghyun le dieron ganas de volarle los dientes.

La sangre esparcida en lo que quedaba de las construcciones parecía brillar con el reflejo de la luz de la luna, el total silencio anunciaba el final de un día atroz para todos los herederos del emperador.

Jinki y Joon habían aceptado sus sentimientos el uno por el otro, pero... Apenas lo hicieron ¿No serían capaces de tocarse nunca más?

Jonghyun no solo no había sido capaz de reencontrarse con Kibum, sino que lo había hecho molestar.

Kibum había atacado a Jonghyun en un ataque de celos.

Xia estaba herida sin saber quién era su agresor.

Risa no podía volver, solo podía manifestarse a través de Tamara sin excederse o sería peligroso para ambas, a la vez Tamara terminó siendo víctima de posesión por parte de su Unnie.

Minho estaba inconsciente después de haber avanzado un "poquito" en su relación con Taemin, el último de igual manera había terminado inconsciente.

Unos instantes más tarde Jinki y Jonghyun quien llevaba consigo a Yoogeun llegaron al castillo.

—¡¿Qué rayos?!—Exclamó Jonghyun al llegar a un castillo que no era nada como lo recordaba, los sirvientes lo saludaron animada mente, lo que lo extrañó, existía iluminación donde nunca antes había.

Incluso habían más jardines que los que el recordaba... Y el jardín donde encontró aquella primera flor para Kibum también existía.

Jinki pidió a sus sirvientes que cuidarán de Yoogeun indicando que era propiedad de Jonghyun, así fuera un humano nadie debía tocarlo.

Jonghyun se dirigió a la que era la habitación de Kibum, la pequeña macetita con siglos de antigüedad permanecía en el lugar de siempre, la bellísima flor que le había regalado aún sobrevivía nutriéndose de los platinados rayos lunares.

—Seguro Jinki Hyung te cuidó bien—Suspiró al tomarla entre sus manos y sentarse en la cama de Kibum.

Veamos un pequeño Flash Back para finalizar este capítulo.

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[FLASH BACK

Hace un par de cientos de años, cuando Jonghyun y Kibum llevaban poco tiempo de relación.

Los dos se encontraban en la habitación de Kibum observando como la pequeña flor absorbía los rayos de la luna irradiando una luminiscencia platinada.

Jonghyun estaba absorto en la imagen de Kibum junto a esa pequeña florecita que tanto le había costado conseguir y a pesar que, al principio creyó había sido desechada, en realidad siempre fue cuidada con amor desde el día en que llegó a manos de su dueño.

—Sería lindo que ese par de ojitos tuyos me miraran a mí—Comentó Jonghyun junto al rostro de Kibum quien desde luego volteo para dar su respuesta.

Sin embargo no lo logró ya que sus labios se encontraron directamente con los de Jonghyun.

Kibum se sorprendió tanto que todo su cuerpo se estremeció debido al repentino contacto con el otro.

—Así está mejor—Dijo Jonghyun al dar por terminado ese pequeño roce, las blancas mejillas de Kibum fueron presa de un prominente rubor y el otro sonrió victorioso ya que para él, era la vista más bonita que podía existir.

—¿Qué~?... ¡¿Qué es lo que tanto me ves?!—Preguntó Kibum al sentirse un tanto intimidado alejándose para sentarse en el borde de su cama—No es como si tuviera algo en la cara... Ya no me mires.

Jonghyun sonrió al llegar frente al otro e hincándose en una rodilla tomó sus manos entre las propias para mirarlo a los ojos y decirle.

—Eres la personificación de la perfección y la belleza... ¿Cómo podría dejar de mirarte?—Sin esperar la respuesta del otro se alzó hasta su altura y depositó un suave beso en sus acorazonados labios.

Tan suave como para ser apenas perceptible... Pero tan firme como para hacer a Kibum recostarse sobre su espalda.

—¿Qué haces?—Preguntó Kibum al encontrarse prisionero del otro, ambas piernas y brazos de Jonghyun lo habían encarcelado contra su cama, el beso que lo había empujado a esa posición había terminado cuando los labios de Jonghyun se dejaron llevar por su deseo y comenzaron a recorrer la tersa y extremadamente suave piel del cuello de Kibum.

—¿Hy-hyung?—Kibum apretó sus ojos al sentir que el otro jaló las ropas que cubrían sus hombros mientras la respiración de ambos se volvía pesada con cada segundo transcurrido.

—E-e-espe~...—Los labios de Kibum fueron silenciados por la mano de Jonghyun... Las manos del primero llegaron a los hombros del segundo para intentar apartarlo cuando sintió que sus prendas se abrieron sobre su torso y una fría brisa lo hizo estremecer.

Ambas manos de Kibum fueron alcanzadas por el otro aprisionándolas con su única mano libre por encima de la cabeza del primero.

Jonghyun se levantó con cuidado de no lastimar las manos de Kibum que mantenía prisioneras...

Retiró su mano del rostro del primero y sonrió al ver lo que tenía ante sus ojos.

El hermoso chico de ojos de zorro estaba tendido frente a él, inmovilizado con sus manos sobre su cabeza, una serie de marcas en la piel de su cuello producto de los besos de Jonghyun, su torso completamente descubierto producto del poco autocontrol que poseía y un prominente rubor en sus mejillas que para Jonghyun era la vista más hermosa.

La mano de Jonghyun se posó en el cuello de Kibum y lentamente bajo por su pecho, con suavidad y delicadeza mientras el segundo sentía que esa delicada caricia le cortaba la respiración.

—¿Debería detenerme ahora?—Preguntó Jonghyun a un Kibum que sentía su piel arder como si víctima de una elevada fiebre fuera.

Jonghyun sonrió a pesar de no recibir respuesta—Entonces continuaré—Susurró al acercar sus labios al torso del otro y comenzar a depositar pequeños besitos en su piel, uno tras otro, era capaz de sentir una suavidad extraordinaria en sus labios mientras luchaba contra el deseo de aprisionarla al interior de su boca.

—¿Por qué te detienes?—Preguntó Kibum intentando controlar su respiración cuando Jonghyun repentinamente se detuvo al encontrarse frente a una textura diferente, si... Era un pequeño y rosado botoncito.

Jonghyun mordió sus labios intentando calmar las ansias de besarlo, acariciarlo y morderlo.

Era como si la respiración de Kibum al ascender y descender con su pecho le hiciera una invitación a saciar sus deseos.

Kibum que no entendía el por qué del silencio del otro, intentó levantarse, lo que fue un grave error ya que al mover sus manos prisioneras, fue como si apretara un interruptor en su carcelero que se dejó llevar por su impulso capturando el pequeño botón al interior de su boca.

Suave, pequeño y delicioso, comenzó a jugar con él al interior de su boca mientras la humedad de la misma se convertía en su aliada, el estremecimiento del cuerpo bajo él no hizo más sino incitarlo a la brusquedad cuando sus dientes entraron en el juego.

Kibum logró zafar sus manos y las llevó a los hombros de su "atacante" para detenerlo pero esa acción no hizo más sino provocar al otro que dejó su peso caer en la extensión del primero.

Dos segundos pasaron cuando las manos de Kibum que luchaban por detener a su Hyung terminaron deslizándose por su espalda para finalmente acariciar sus cabellos.

Una caricia que para Jonghyun fue como si su alma fuera abrazada.

Su insistencia en el pequeño botón cedió cuando subió hacia el rostro del chico que le había robado el corazón.

—Kibummie—Kibum se ruborizó aún más si eso fuera posible ante la dulce manera en que fue llamado, las miradas de ambos se cruzaron.

"Te amaré por siempre."

Fue la declaración que hicieron al unísono sin emitir sonido alguno, un mensaje entre sus almas y corazones, una promesa de amor que iba más allá del tiempo y el espacio, una promesa que fue sellada con su primera noche de pasión, la noche que se entregaron en cuerpo y alma.

FIN DEL FLASH BACK]

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—Y aun así me miraste de esa manera y luego te fuiste sin más—Jonghyun dijo para sí mismo en un susurro mientras con el dorso de su brazo cubría sus ojos.

Acostado en el mismo lugar donde cientos de años atrás le había hecho a SU Kibummie el amor por primera vez.

—¿Dónde quedó la promesa de esa noche Kibum?—Una lágrima escapó de la comisura de su ojo cuando toda la luz fue privada de sus pupilas al acurrucarse en aquella cama intentando buscar la ya ausente fragancia que tanto extrañaba. 

LUNA ESCARLATA (FINALIZADO)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora