Emancipation - BadGirlGoesWorse

Capítulo 24.- Las Piezas En Movimiento

Albus Dumbledore estaba sentado detrás de su escritorio en la oficina del Director y mirando la pequeña botella de una poción azul claro de pie, con profunda reticencia. Él realmente no quería hacer esto, pero la creciente rebeldía de Harry no le dejaba otra alternativa. Sería por el bien mayor, incluido el de Harry. Y no era como si forzara al chico a hacer algo, mucho menos desagradable o dañino. Después de todo, esta no era una sustancia para convencer o alteradora de la mente, no, esto era solo un estimulante hormonal.

Había una gran fiesta de Navidad planeada para este año. Toda la Orden del Fénix y sus familias asistirían. Unas pocas gotas de la Poción de Lujuria en su jugo de calabaza y el alcohol, que sin duda los jóvenes tendrían en sus manos, sin mencionar el estado de embriaguez, harían el resto. Después de que sucediera lo inevitable, le informaría al chico de las consecuencias que las relaciones sexuales habían tenido en el mundo mágico y apelaría a su honor para cumplir con su deber y casarse con la bruja con la que lo tuvo inmediatamente. Y en cuanto a la parte de la niña, Dumbledore sinceramente dudaba de que hubiera siquiera uno entre ellos lo suficientemente estúpido como para rechazar los futuros avances de Lord Potter y Black, por lo que no tenía preocupaciones allí.

Es posible que ya no fuera capaz de aplicar presión o influencia al niño, sin embargo no sería el caso de su esposa. Y como no existía el divorcio en el mundo mágico y ambos cónyuges tenían pleno acceso a la fortuna del otro en todo momento, esto sería tan bueno como tener control sobre los activos de Harry. Su poder político desafortunadamente todavía estaría fuera de su alcance.

Con eso en mente, a Dumbledore realmente no le importaba de quién sería la hija afortunada, aunque por el bien de los Weasley esperaba que fuera Ginevra, a pesar de que sería más difícil ponerla bajo su pulgar que cualquier otra.

Suspiró y escondió la botella en uno de sus cajones. Haría lo que debía hacerse, por el bien de todos.

Había pasado una semana desde el incidente de Halloween como Draco había comenzado a llamarlo en su cabeza y todavía le costaba aceptar el hecho de que su padrino había adquirido un amante, y no cualquiera, sino Harry-maldito-Potter, de todas las personas. No podía sacudirse la sensación de que esto iba a terminar mal, que Potter rompería el corazón de Severus y lo destruiría sin remedio. Por otro lado, no podía negar que Severus estaba más feliz que nunca. ¡Lo había visto sonreír realmente por el amor de Merlín, y eso era decir algo! Y no solo eso, se veía más saludable, se portaba con más confianza, era menos propenso a los repentinos brotes de ira, y demás. Esta relación parecía hacerle bien, al menos por ahora.

Draco suspiró con resignación. No era como si fuera capaz de hacer cualquier cosa más que esperar y mirar de todos modos. Potter era simplemente demasiado poderoso.

"Para eliminar la Marca Tenebrosa... ¡La barba de Merlín!"

Y no solo mágicamente poderoso, a juzgar por lo que había visto hasta ahora. Su madre le había escrito que dos hombres vestidos de gris oscuro con el rostro velado la sacaron de la casa y la llevaron a una casa segura, los secuaces de Potter obviamente y no los de Dumbledore. Luego, estaba su enorme fortuna, la que aumentaba constantemente, incluso con sus considerables gastos, su buena posición con el nuevo ministro, la influencia palpable en el público y la prensa, y esas eran solo las cosas que él conocía. Más allá de eso, tenía motivos para creer que, por ahora, también había una red secreta bajo su mando. Potter estaba en la movida ascendente, estaba muy claro, Draco aún no estaba seguro de cuáles eran los objetivos que perseguía exactamente y si debería unirse a él o simplemente mantenerse fuera de su camino.