Emancipation - BadGirlGoesWorse

Capítulo 2.- La Esperanza Traicionada

En las primeras horas de la mañana, Severus Apareció en su camino habitual en el Bosque Prohibido, justo más allá de las barreras exteriores, y lentamente regresó al castillo. No necesitaba encender su varita, incluso en la oscuridad siempre presente debajo de los doseles de estos árboles antiguos. Conocía este camino como la palma de su mano en cualquier condición posible.

La reunión había sido diferente de lo esperado y todavía no podía decidir qué hacer con ella. No había sido castigado esta noche, lo cual en sí mismo era algo que no se había escuchado desde su regreso al lado del Señor Oscuro el año pasado. Presenciado solo por una bastante maltratada Bellatrix, Greyback y los Carrows, que obviamente habían estado haciendo negocios en otro lugar anoche. El Señor Oscuro había paseado y vociferado de rabia durante media hora, luego envió a los otros fuera y se sentó gesticulando para que Severus se acercara.

—Dime lo que el viejo fulano planea hacer ahora—Siseó con impaciencia.

—Dumbledore regresó a Hogwarts a última hora de la noche y pasó varias horas en su oficina antes de convocar a una reunión de personal esta mañana para informarnos de los eventos en el Ministerio y su rehabilitación como el Director y Jefe Hechicero del Wizengamot. Una reunión de la Orden está planeada esta noche, mi Señor. Podré decirle mañana—Dijo Severus inclinándose recatadamente aún de rodillas.

—¿Dónde está esa mujer Umbridge? —.

—No lo sé, mi Señor. Mis Slytherins me dijeron que ella llevó a Potter y la sangresucia Granger al Bosque en busca de un arma que supuestamente Dumbledore había estado escondiendo allí. No la han visto desde entonces—.

Voldemort tarareó pensativamente, luego sonrió increíblemente feliz de repente, haciendo estremecer a Severus. Esa expresión siempre presagiaba un gran dolor, solo esperaba no para él mismo esta vez.

Voldemort agarró la parte delantera de su túnica y tiró de él más cerca acariciando su mejilla con los nudillos de sus dedos fríos en un gesto casi amoroso, los ojos de color rojo sangre sin embargo estaban mirando al frente, desenfocados. Severus luchó para no estremecerse, sus escudos de Oclumancia firmemente en su lugar.

—Él piensa que me ha causado un gran problema, ¿verdad? —Le susurró Voldemort al oído, con los ojos aún distantes—Pero todo lo que hizo fue obligarme a avanzar en mis planes, nada más—.

Tomó la cara de Severus en sus manos y lo miró directamente a los ojos, sin usar ninguna Legeremancia.

>> Severus, mi serpiente resbaladiza, ve, vuelve mañana a la misma hora—.

Y luego fue liberado para gatear, inclinarse y marcharse.

Severus había llegado al césped y había pasado por la cabaña de Hagrid hacia la entrada principal. No había necesidad de esconderse. Todavía no había recibido el privilegio de la Túnica Oscura y la Máscara aún, ni lo recibiría pronto, aunque los acontecimientos recientes podrían haber acelerado un poco su rehabilitación. El Director debería estar contento de escucharlo. Lo vería en la reunión esa tarde, ya que no había nada de importancia que informar.