Secuelas

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Ni Superman ni Batman me pertenecen.

Aquí no sale Superman... no se enojen conmigo, por favor.


—Amo Bruce, use su cabestrillo, por favor— Solicitó Alfred, pero para él era imposible apartar la vista de la pantalla de la enorme computadora; pantalla que tenía en pausa el video de Superman atacándolo.

Video que había sido trasmitido por todos los canales de televisión.

—Amo Bruce...—

—No solo quería matar a Superman, también quería que el mundo perdiera su confianza en él— Tragó saliva, sin querer ponerse a pensar porque hasta eso dolía. Alfred se acercó lentamente hasta él, colocándole una mano en el hombro. —Él...— Tenía un nudo en la garganta que le estaba dificultando el hablar, pero nudo o no, tenía que decirlo, tenía que decírselo a alguien. —Él no se merecía esto—

—Amo Bruce...— Llamó Alfred tratando de mirarlo a los ojos, lográndolo, porque Alfred siempre lograba todo. —Usted tampoco—

¿No?

Bruce no estaba de acuerdo.

—Dick y Jason...—

—No lo saben amo Bruce... pero le pido que se los explique lo más pronto posible, sabe que tarde o temprano se enteraran, me encantaría que lo escucharan primero de usted—

...

Al escuchar los pasos acercarse a su habitación se sentó en el borde de la cama, su cama estaba un poco arrugada pero completamente hecha. No había dormido nada.

—¡Bruce se me hizo tarde! —Gritó Dick ni bien entró a la habitación con voz un tanto temblorosa. —Te juro que puse la alarma, la puse y de todas formas Alfred siempre me despierta y...—

—Es domingo Dick— Explicó sin girarse a ver al chico.

—Es dom... ¡Que alivio! —Soltó el chico caminando hacia él. —Oye, ¿me puedo acostar en tu cama?, siento que es más cómoda q...— Pero no terminó de hablar al verlo de frente, más bien al ver sus heridas, un moretón justo debajo del ojo izquierdo, un labio roto y un cabestrillo sujetando su brazo izquierdo, no daba la mejor imagen.

—Bruce... ¿estás bien? —Eso sin contar el vendaje en su cuello.

—Algo así— Trató de bromear, pero saliéndole fuera de personaje, justo como siempre se sentía cuando trataba de ser amable con sus hijos.

—Fue un problema de...— Su hijo mayor miró en todas direcciones y susurró. —Batman— Y antes de que él pudiera dar cualquier respuesta, Jason apareció.

—Dick, ¿por qué estabas haciendo tanto escandalo? — Y el menor quedó congelado en su sitio, porque Dick era inocente, a pesar de que Tony Zuko le robo un poco al asesinar a sus padres, Richard Grayson seguía enfrascado en ver lo bueno del mundo, el lado más brillante, el lado más amable.

Jason, por otra parte, tenía una clase de sabiduría que alguien de su edad no debía tener.

Fue por eso por lo que al verlo a él y ver el vendaje en su cuello, su despierta (y poco infantil) mente llego a la conclusión más correcta.

—¿Quién? —Exclamó en un tono gélido, un tono que un pequeño de 8 años no debía saber hacer, un tono que Bruce solo le había escuchado a... villanos.

—¿Quién qué? —Cuestionó Dick confundido.

—¡Eres idiota Dick!, ¡Lo marcaron! —Su hijo mayor abrió grandemente los ojos, llevando una mano a su boca, como si buscara cubrirla, pero quedándose a medio camino. —¿Quién fue? —Volvió a preguntar Jason escupiendo cada palabra.

Cariño, por favor, sé realDonde viven las historias. Descúbrelo ahora