There's you in everything I do

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Ni Superman ni Batman, ni la Liga de la Justicia me pertenecen.

Dedicado a Kurokaori porque fue su cumpleaños hace una semana, ¡Feliz cumpleaños!

El extra está dedicado para la personita que me dio la idea... pero ya no me acuerdo quién es y es muy tarde para ponerme a buscar quién era, ya ni siquiera recuerdo en qué capítulo me dio la idea. Lo siento mucho bebé, pero si lees esto levanta la mano y en el siguiente capítulo te mencionaré como Dios manda.




Bruce no sabía si debía preocuparse más por sus bebés o por Clark, suspiró al notar el evidente pánico buscando apoderarse de la mente de su compañero vinculado.

—Clark— Llamó sobresaltando un poco al alfa. —Va a estar bien—

—Pe-pero esa aguja es muy grande— Le susurró, por desgracia para él, el enfermero alcanzó a escuchar.

—Estás son agujas especiales diseñadas para bebés tan pequeño como el suyo alfa, ah, los suyos, perdón, no estoy acostumbrado a gemelos, es tan poco común— Bruce le sonrió al enfermero, agradecido de que intentara calmar a su compañero vinculado, lástima que no iba a funcionar. —Entonces uno de los dos tiene que sostener al bebé contra su pecho para que sus piecitos queden colgando y le voy a picar su talón, la gravedad nos va a ayudar a que la sangre fluya— Y ahí, lo había vuelto una historia de terror a oídos de Clark, de nuevo. Decidió tomar la mano de su compañero vinculado, esperando que aquello lo ayudara a calmarse, al parecer estaba funcionando. —Y tendremos la muestra para su tamiz neonatal y tamiz hormonal, el tamiz neonatal tarda un poco en dar resultados, pero el tamiz hormonal estará en máximo una hora, para antes de irse ya sabrán el género secundario de sus bebecitos y podrán registrarlos—

—Yo los cargo— Dijo Bruce, porque no iba a someter a Clark a aquel evento en el que iba a sostener a sus bebés mientras veía (probablemente hasta con ayuda de su visión de rayos X) como una aguja les atravesaba el talón a sus bebés.

—No, yo lo hago—

—Clark...— Trató de decir, porque no tenía problemas en hacerlo, en serio... podía ser que llorara porque era su nuevo talento especial, pero podía hacerlo.

—No, en serio, yo lo hago, t-tú quédate sentado—

Ya no sabía si era la paranoia y sobreprotección habitual del hombre que amaba o si era su sobreprotección fisiológica del embarazo lo que lo hacía tratar que Bruce estuviera siempre sentado, acostado... inmóvil si se pudiera. Se recordó a sí mismo que no estaba bien enojarse con su alfa que solo quería cuidarlo.

—Está bien, pero si sientes que es demasiado, yo puedo hacerlo, en serio — Clark aceptó con un remarcado asentimiento, para ponerse de pie e ir hasta la carriola doble en la que Damian y Jon dormían.

—¿Pri-primero...? — Y ahí fue cuando Damian soltó un quejido indicativo de un llanto inminente.

—Supongo que Damian—

—Bien, ¿estamos listos? — Cuestionó el enfermero, mientras Clark acomodaba a Damian entre sus brazos justo en la forma en que le habían indicado. —Ponga esta mano un poco más arriba— Indicó el enfermero. —Muy bien, ¿listos?, aquí voy—

Damian soltó un grito escandaloso ni bien la aguja atravesó su piel, grito que despertó a Jon, haciéndolo llorar.

Bruce no estaba seguro de a quién debía consolar primero, si a Damian, Jon o a Clark.

Cariño, por favor, sé realDonde viven las historias. Descúbrelo ahora