Gabriel estaba intentando pasar a la habitación de su hijo el cual hacía fuerzas del otro lado para que no pasé.
-Adrien, abre la puerta que quiero pasar tiempo contigo.
Dijo mientras movía el picaporte desesperado.
-¿No me vas a pegar por que hice llorar a Marinette por pendejo?
Preguntó el chico desde adentro y Gabriel miró el cinturón con púas que sostenía en su mano izquierda.
-Claro que no hombre, todos nos equivocamos aveces. No te voy a pegar, sólo quiero hablar contigo.
La puerta se abrió y un sonriente Adrien se asomo.
-Que bien, por un momento creí estar en proble...
R.I.P
Adrien Agreste.
Siempre te recordarán por ser la vergüenza de los hijos al caer en un truco tan barato.