En la casa Couffaine.
Luka estaba siendo regañado por su madre.
-Pero yo no fui.
Dijo el chico en su defensa y su madre le mostró una chancla, haciendo que se cubra por instintos.
-¡No me mientas Luka Couffaine, tu eres el único que podría hacer ésas llamadas al extranjero para buscar "inspiración"!
Gritó la furiosa mujer por todo lo que tendría que pagar por largas llamadas al extranjero.
-Pero mamá...
Y el de mechones azules recibió un chancletaso por la cabeza.
-¡Pero mamá nada, pendejo! ¡Ya mismo te vas a tu habitación por que estás castigado y prepara todos tus instrumentos por que no los verás por un mes!
Finalizó mientras Luka se iba a su habitación con las ganas de llorar contenidas y desde un rincón oscuro, Juleka sonreía con travesura.
Que bueno que era cuando castigan a tu hermano por algo que tú hiciste.
Y ella sólo hizo llamadas a otras partes del mundo para saber en qué dirección giraba el agua de sus inodoros.
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