Marinette estaba jugando videojuegos en la casa de su novio y ya era pasado el medio día por lo que le estaba dando hambre.
-Adrien, mi vida, mi gatito, mi corazón de melocotón, mi Ken en tamaño real, mi gordito, mi primer amor, el mejor novio del mundo.
Adrien gruño mientras Marinette le ganaba sin estar mirando la pantalla.
-¿Qué quieres princesa?
-Tengo hambre.
Dijo la chica con ojitos de cachorrito y Adrien sonrió.
-Yo también tengo hambre pero no puedo ir a comer hasta que no te vayas a tu casa.
Y así Marinette se fue a casa y Adrien pudo ir a comer, a mano con su novia por llamarlo gordito.