Alya miraba confundida a su amiga que buscaba algo en sus cajones de ropa interior.
-¿Qué buscas amiga?
Preguntó con curiosidad mientras la azabache la miraba.
-No es nada importante, es que... hace poco compre nuevos sujetadores y creó que me faltan algunos.
-Quizás sea sólo tu imaginación.
Opinó y Marinette asintió aún dudando.
-Si... tal vez tienes razón.
..
En la mansión Agreste.Gabriel pasó a la habitación de su hijo y éste estaba parado frente a un espejo con un sostén puesto.
Adrien tragó duró.
¿Ahora que se suponía que debía hacer?
-Esto... yo...
El hombre levantó una mano para que paré.
-Verás Adrien... te entiendo, todo es mí culpa.
Dijo el hombre con la mirada gacha y el chico lo miró confundido.
Era mejor decirle a su padre por que se había puesto los corpiños que le robó a Marinette por que por un raro motivo se estaba culpando.
-A tu edad yo también era trapito.
Finalizó Gabriel mientras se tapaba el rostro con ambas manos y Adrien se quedaba de piedra.
"Oí mal ¿verdad?"
Ni mentalmente podía convencerse de lo que oyó y éso apenas empezaba.
-¡Pero todo fue culpa de tu madre, lo juró! Cuando éramos niños ella me obligaba a vestirme de mujer y cuando me di cuenta lo empecé a disfru...
-¡Por favor, para, ya no lo volveré a hacer, ya no le robare ningún sostén a Marinette!
Suplico el chico con la traumante imagen de su padre vestido como mujer.
Gabriel asintió y salió afuera con una sonrisa.
-Lo hiciste bien Gabriel. Salvaste a tu hijo.
Y éso que planeó éso en ése momento, aunque no entendía por que Adrien se quiso poner los brasieres que le robó a Marinette.
-Señor, tengo su ajen...
Nathalie quedó de piedra al pasar a la oficina de su jefe y verlo con un brasier puesto.
-Esto... es para un nuevo diseño de ropa de mujer. No homo.
-Si dice no homo entonces está bien.
De tal palo tal astilla.