Un alegré y cantarin Adrien iba llegando al centro comercial donde su novia lo esperaba.
-Carita de ángel, sonrisa de cristal ¡Soy yo!...
Se tocó las mejillas mientras hacía ojitos y su novia lo veía con seriedad.
-Por favor Adrien, te pido que por hoy te comportes. Estoy en mi periodo.
Dijo la chica con poco ánimos y Adrien retrocedió de manera dramática.
-No puede ser...
Se paró sobre una banca mientras ella lo miraba con confusión.
¿Y ahora qué estaba por hacer?
-¡Oigan todos, no quiero que nadie moleste a mi novia por que está en su periodo!
Grito a todo pulmón mientras la gente los veía y el rostro de Marinette se sonrojaba.
-¡Un momento! Si está en su período significa que... ¡Mi novia es una tabla periódica!
Tras ése grito, por un extraño motivo, la vista se le nublo y quedó inconciente mientras las personas intentaban calmar a la preocupada novia del chico (la apartaban antes de que lo mate)
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Luego de que todo se calmara.
Marinette estaba sentada en una banca y con la cabeza de Adrien sobre sus piernas.
La chica miraba fijamente el cabello brilloso de su novio.
¿Cómo sería tocarlo?
Acercó su mano lentamente, tocó un mechón del cabello de Adrien y éste despertó de un saltó para verla con enojó.
-¡Estúpida, mi pelo, idiota!
Gritó y miró a todos lados, confundido.
-¿Qué pasó? ¿Y por qué me duele tanto la cabeza?
-Por nada amor, ahora vamos que rompí el palo de golf de mi padre y debo comprarle uno nuevo.
Ése día Adrien fue considerado capo entre los hombres, idiota entre las mujeres y con complejo de Rapunzel por Marinette.
