En la noche.
Marinette estaba aburrida ya que no había visto a su novio en todo el día.
Era pesado pero aprendió a llevarse con él y ahora le gustaban hasta sus berrinches de diva.
Agarró su celular y Adrien lo atendió al instante.
-Hola Adrien.
"-¿Sucede algo princesa? ¿Por qué todavía no estás durmiendo?"
-¿Por qué apenas son las 20?
Contestó confundida.
¿A qué hora creía Adrien que se dormía ella?
-En fin, ¿vendrías a mi casa gatito? Te extraño mucho, mucho, mucho.
Pidió mientras Tikki rodaba los ojos y se iba a otro lado.
Tanta dulzura era malo hasta para ella.
"-No puedo ir my Lady, estoy cansado."
Dijo el chico y la azabache suspiro profundo mientras acariciaba una de sus coletas.
-Si vienes, te mostraré como luzco con el cabello suelto y te voy a dejar que lo arregles ya que siempre molestas por que no lo cuidó apropiadamente.
"-¡Ya estoy llegando, espera doce segundos más que... ¡Salgan de mi camino palomas! ¡Achu! ¡En diez segundos llegó!"
Marinette cortó la llamada y sonrió.
Era tan fácil manipular a su raro novio.
La ventana se abrió y pasó un agitado Chat noir.
-¡Ya llegué! Ahora quítate ésas coletas y dame un cepillo para peinarte.
