Adrien suspiro con fastidio ya que su novia llevaba más de cinco minutos sin decirle lindura y le acarició el cuello, haciendo que ella se sonroje.
-Por favor Adrien, déjame en paz.
Pidió la avergonzada chica y él negó.
-Éso no princesa ¿sabes cuánto tiempo esperé para tener una linda novia que me ame como yo a ella? Así que ahora me aguantas por el resto de tu vida.
Abrazo a la azabache mientras ella suspiraba con fastidio.
-No sé amarte o golpearte.
-¿Por qué no ambas?
El rostro de Marinette se sonrojo al extremo por quien sabe que tipo de pensamientos que una niña buena no debería tener.
-Ya cállate por favor.
-Si tanto quieres que me callé entonces cierra mi boca con un besó.
La ojiazul miró a su novio y sonrió.
Sí un besó era todo lo que hacía falta, no le molestaba darlo.
-¿Si saben qué no están solos y yo estoy soltera?
Preguntó Kagami la cual había ido a comer helados con ellos y los dos novios la miraron.
-Si.
Respondieron al unísono antes de darse un besó y hacer que la japonesa gruña molesta.
-Odio a los parisinos, casi tanto como que un chico te regalé bombones.
Y Luka que se acercaba con una caja de bombones, se dio media vuelta y se fue a comprar otra cosa.