Seres Guardianes.

I

"Primer misión"

Todo era felicidad para Jeongyeon en ese momento, pues su misión por fín había llegado. El Jefe la había citado esa misma mañana en La Cascada para decírselo.

La Cascada era un lugar muy hermoso y celestial, como todo en Heavenly Earth, pero ésta era especial ya que era el único medio que conectaba aquel mundo con la Tierra.

---Ven aquí Jeongyeon, acércate y observa, éste es Park Jimin--- aquel hombre abrió paso entre las aguas dejando ver el reflejo de un jóven, un chico bastante guapo y digno de admirar, pensó ella---Tiene dieciocho años apenas, aunque corta, su vida es muy triste, su padre lo golpea y sus compañeros lo molestan, ha pensado en quitarse su propia vida debido a esto.

Las palabras de su Jefe causaron un gran impacto en Jeongyeon, aún no podía entender como los humanos disfrutaban tanto el dañar a los demás sin ser capaces de sentir ningún tipo de culpa o remordimiento.

---Lo haré Jefe, lo protegeré y ayudaré a sanar--dijo la jóven segura de sí misma, tanta era su energía que salió corriendo del lugar para prepararse, pues por primera vez iría a la Tierra como tantas veces había soñado.

---Aguarda un momento.--- llamó su atención aquél sabio--- recuerda que solo tienes treinta días para ayudar a Jimin, luego no lo volverás a ver, pero por sobre todo no te olvides de que está estrictamente prohibido establecer un vínculo afectivo entre un ser guardian y un mortal--- citó.

Ella ya tenía en mente aquella regla, más no lo creía difícil, se veía realmente capaz de llevar a cabo la misión sin ningún tipo de inconveniente.

Luego de oír las advertencias se dirigió a su hogar tomándose un tiempo en llegar, pués amaba aquel mundo en el que vivía, más aquello no impedía sus ganas de viajar hacia la Tierra.

Al llegar corrió rápidamente a su habitación ignorando completamente cualquier presencia en la casa.

---Jeongyeon...¿Ya te asignaron una misión verdad?---la madre de la jóven se adentró en su habitación de tonalidades blancas y crema.

---¡Si mamá!, ¿puedes creerlo?, ¡es realmente genial!---respondió la menor con una notable felicidad.

---Hija ¿estás segura de poder hacer esto?, Yo no creo que estés lista, eres muy jóven y...

---Mamá--- interrumpió Jeongyeon--- sé que estás asustada y yo también lo estoy, pero es algo que debo hacer y quiero hacerlo, he esperado mucho por esto, después de todo es nuestro deber.

---Lo sé, pero...--- se paró así misma soltando un sonoro suspiro---No importa, olvídalo, tú podrás--- aunque desconfiada, la mujer salió de la habitación dejando a una confundida Jeongyeon en medio del lugar.

☆

                        
Una vez llegada a la tierra Jeongyeon se dirigió a aquel Hanok en el que sus compañeros se alojaban cuando se le otorgaban casos.

Al adentrarse a ese lugar planeó sus movimientos para acercarse al chico, aquel chico que llamó su atención de manera especial.

Al oír su caso sintió gran empatía hacia Jimin, como si hubiese vivído lo mismo que él, aunque sonara ridículo ya que nunca lo tuvo en frente de ella y solo oyó las breves palabras del Jefe. Algo que caracterizaba a los seres guardianes era su gran corazón.