Cold Dreams [Starrison]

XII

Richard Starkey.

─¡Hola! ¿De qué hablan?

Apenas entré a la habitación Paul y George se pusieron notablemente nerviosos, el menor más que nada. Sus mejillas se tornaron de un color rojo, pero eso pasó a un segundo plano para mí cuando me di cuenta que su bonito rostro estaba lleno de moretones.

Escuché un par de murmullos por parte de Paul, a los cuales no les puse ni la más mínima atención por tener toda mi atención sobre el rostro maltratado de George. La puerta de la habitación se cerró segundos después de que Paul hablara, dejandonos solos.

─¿Qué ocurrió?─ Pregunté cuando me senté a su lado, siendo cuidadoso de no mover mucho la cama cuando lo hice, pues se notaba a millas que el cuerpo le dolía.

─Si alguna vez llegas a preguntarte cómo queda un alguien luego de que lo golpeen con un bastón de hockey... Sólo tienes que recordarme como estoy ahora.─ Intentó reír por su propia broma, pero su risa fue interrumpida por un quejido de dolor.

Solté un suspiro y negué un poco con la cabeza, dándole a entender que su broma no había sido ni un poco graciosa.

Se veía cansado, su pelo estaba revuelto y hasta podía decir que le costaba respirar. Agradecía que Paul y John hayan limpiado sus heridas, pues en una mesita de noche habían un par de algodones con un poco de sangre seca.

Su mirada estaba clavada en el suelo, uno de sus brazos pasaba por sobre su torso, tal vez para intentar aminorar el dolor. Quizás estaba avergonzado porque lo viera así, pero vergüenza era lo menos que debía sentir si estaba conmigo.

Llevé una de mis manos hacia su cabello y lo aparté de su rostro para así poder verlo mejor. Quería ver qué tan fuertes habían sido los golpes que en su rostro habían.

─¿Quién lo hizo?─ Su cuerpo de inmediato se tensó al oír eso.

─N-no lo sé.─ Estaba mintiendo, porque estaba nervioso.

─¿No lo sabes?─ El asintió y apretó un poco sus labios.─ ¿Me estás mintiendo?─ Volvió a asentir.

─Fue papá...─ Susurró al fin. Fruncí el ceño y negué un poco con mi cabeza, ¿Cómo era posible que alguien pudiera hacerle eso a su propio hijo?─ Lo hizo luego de que nos viera juntos, no es la primera vez que lo hace, de todos modos... Pero nunca lo había hecho con un palo de hockey. ─Hizo una pequeña pausa para tomar aire y luego mirarme con sus ojitos cristalizados.─ Me corrió de casa y por eso estoy aquí ahora.

Volví a negar con la cabeza por encima vez en lo que llevaba dentro de la casa. Me sentía enojado, y si supiera donde vivía el padre de George posiblemente ya le estaría partiendo el rostro, justo como John lo hizo con mi jefe hace unas semanas atrás.

No hice más que pasar uno de mis brazos por sus hombros y acercarlo a mi con cuidado de que no le doliera mucho. Al final terminó acomodándose por sobre la cama, con su torso estirado en ella y su cabeza descansando en mis muslos. Al parecer ya había suficiente confianza entre nosotros para que no se alejara cada vez que estábamos muy cerca, y eso era bueno, al menos para mí.

Las caricias que estaba dejando en su cabello al parecer lo estaban relajando, pues comenzó a soltar pequeños bostezos o sus ojos amenazaban con cerrarse en ocasiones.

─¿Por qué no te quedas hoy?─ Preguntó de pronto, uniendo su mirada con la mía. Lo que era raro, porque siempre la evitaba. ─J-John y Paul fueron por cosas para comer en la noche y d-dudo que mañana me dejen ir a la escuela.

Sonreí ligeramente al escuchar su propuesta, se había puesto nervioso y apartó sus ojitos de los míos. Pero en realidad no sabía si podía aceptar, por un lado estaba Charlotte y por otro estaba el trabajo temprano al otro día.