Cold Dreams [Starrison]

XXII

Richard Starkey.

Entré en al cine en el que George trabajaba, habíamos quedado en que iríamos a la biblioteca para que él pudiera hacer sus tareas y yo terminar de revisar los exámenes que había hecho hace un par de días atrás, razón del porque llevaba una mochila en mis hombros.

Cuando estuve cerca de su puesto de trabajo pude percatarme que estaba un tanto distraído ya que estaba sacando cuentas, cuentas de que de seguro ya había sacado un montón de veces antes y ahora lo estaba haciendo sólo para verificar.

Caminé hacia la caja registradora en dónde George estaba, y él al sentir mi presencia de inmediato comenzó a hablar.

─Bienvenido a The Light Cinema, ¿Que desea llevar para disfrutar la película que verá?─ Dijo rápido, sin despegar la vista del interior de la caja registradora.

Me quedé en silencio por un momento, dispuestos a hacerle una broma a mí bonito chico.

─Mhm... Creo que llevaré una ración de besos de mi novio, y también una porción de cariños en el cabello.

Él de inmediato al escuchar mi voz levantó su vista de la caja y me observó sorprendido, con sus mejillas rosadas a más no dar.

─¡Richard!─ En sus labios apareció una bonita sonrisa, reemplazando esa expresión de sorpresa que había optado cuándo me vió.

No nos veíamos hace un par de días, ya que tuve que hacer muchas cosas con Charlie en los los últimos días por las tardes, teníamos que recuperar el tiempo perdido que pasó con sus abuelos.

─¿Cómo está el chico más lindo de toda la tierra?─ Pregunté mientras me estiraba sobre el mostrador para así poder dejar un sonoro beso sobre su mejilla.

─Richie... No digas esas cosas.─ Refunfuñó mientras cruzaba sus brazos por sobre su pecho.

Reí ante eso, aunque ya fuéramos novios él nunca dejaba de avergonzarse por los distintos apodos que yo le brindaba o por lo comentarios que hacía.

─Bien... ¿Cómo estás, vampirito?

─Aburrido, ya quiero salir de aquí.─ Quitó la gorra que tapaba su cabello y la dejó sobre la barra, soltando un pesado suspiro. ─Quiero irme de aquí para estar con mi Richie.

─Sólo faltan quince minutos para que tú turno termine.─ Mencioné luego de haber visto el reloj que envolvía mi muñeca.

Nos quedamos en silencio por un par de segundos hasta que él volvió a hablar.

─¿M-me das un beso?─ Preguntó con su voz un tanto temblorosa y su mirada gacha.

Me incliné en el mostrador una vez más, tomé su delgado rostro entre mis manos y al fin pude unir nuestros labios por escasos segundos, logrando que él suspirara con una sonrisa al separarnos.

Los quince minutos restantes no las pasamos hablando sobre cosas triviales, fugaces besos, riendo y deteniendo nuestra charla sólo cuando algún cliente llegaba a buscar sus palomitas o snacks para ver su película.

Cuando llegó su compañero de relevo él se fue por un momento a la sala en dónde guardaba sus pertenencias, dejándome solo, o tal vez no tanto, porque la llegada de dos personas mayores se hizo presente.

Una de las dos personas era Brian, el jefe de mi Georgie, en cambio al otro hombre no lo pude reconocer porque por obvias razones no lo conocía.

─Richard, ¿Verdad?─ Preguntó Brian mientras estiraba su mano hacia mi, a la par que yo asentía y estrechaba su mano para saludarlo. ─Mira, cariño. Es el enamorado de nuestro Georgie.