Richard Starkey, 21 años.
Desperté gracias al ruido de la puerta de mi habitación siendo abierta, seguido de unos cortos pasos que iban hacia mi escritorio. Me había quedado dormido estudiando, y ni siquiera me había dado cuenta de eso. Levanté la cabeza de mis libros y pasé una de mis manos por mis ojos y solté un bostezo.
─Richie...─ La voz de Charlotte llamó mi atención, ella ya estaba a un lado de mi silla.─ Hay un señor que te busca en la sala, pero creo que es un mago porque entró antes de que yo abriera la puerta.
Fruncí mi ceño al oír eso y me preocupé de inmediato, me levanté de la silla y antes de salir de la habitación me puse en cuclillas frente a ella. Sólo tenía seis años, así que era necesario para poder ver su rostro.
─Quédate aquí, ¿Bien? Yo vendré cuando termine de hablar con ese mago.─ Ella asintió con esa linda sonrisa en sus labios, antes de que saliera se sentó en la silla de mi escritorio y comenzó a leer mis apuntes como si de verdad entendiera algo.─ No dibujes sobre mis libros.─ Advertí cuándo ya estaba caminando por el pasillo que conectaba el living y el resto de las habitaciones.
Al llegar al living fruncí el ceño al ver a uno de mis tantos jefes sentado en uno de los sofás pequeños. Él era el jefe que me daba un trato "especial" siempre se sobrepasaba conmigo y tocaba mi cuerpo sin ningún tipo de consentimiento por mi parte, sinceramente me daba asco, pero tenía que abstenerme a algún tipo de comentario o protesta contra su actitud porque necesitaba el trabajo.
Era un hombre de unos 32 años, algo gordo, pero no en exceso. Siempre tenía un cigarrillo metido entre los labios o el olor a whisky sobre su cuerpo. Siempre me pagaba un poco más que a sus otros trabajadores por no decir nada de lo que él me hacía, no podía decir nada, Charlotte depende de mí y yo no la podía dejar a la deriva por un simple capricho.
─Señor Stanley...─ Mencioné llamando su atención. Él de inmediato me dedicó esa sonrisa tan horrible que tenía.─ ¿Qué hace aquí? ¿Cómo entró a mi casa?
Mi jefe se levantó del sofá y caminó hacia mí, no tardó mucho tiempo antes de que yo estuviera acorralado contra la pared con él mirándome fijamente. Levantó uno de sus manos hasta quedar cerca de mi rostro, en ella tenía el manojo de llaves que yo solía llevar conmigo.
─No deberías dejar tus cosas tiradas por todas partes, Richard.─ Al parecer el hombre estaba muy divertido con el tema, pues su sonrisa no se había quitado en ningún momento.─ ¿No crees que merezco una recompensa por traer tus llaves a casa?
Al parecer ahora quería algo más que solo toquetearme, y eso me producía ganas de vomitar. Negué un poco con mi cabeza y solté un suspiro.
─Usted tiene esposa y una familia, y Charlotte está en casa.─ Se alejó de mí y me observó con el ceño fruncido, supuse que se había enfadado.
─Tu te salvas por la culpa de esa mocosa.─ Fruncí el ceño al oír aquello, me atrevería insultarlo por haber llamado a mi hermana de tal manera, pero el volvió a hablar.─ No creas que para la próxima te salvarás.
Salió de mi hogar sin decir más, mi cuerpo se relajó por completo y esto se vió evidente cuando solté un suspiro pesado que ni siquiera sabía que estaba reteniendo. Caminé hasta mi habitación y al entrar sonreí casi por inercia al ver a Charlotte dibujando sobre una hoja completamente en blanco. Me acerqué a ella y pude divisar que estaba dibujando uno de esos muchos dibujos que habían pegados por mi habitación.
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Cold Dreams [Starrison]
Fanfic[STARRISON] A pesar de todos esos sueños fríos dentro de mi cabeza, él era el principal.