XXXI

1.1K 91 121
                                        

George Harrison.

Me asusté en el momento que sentí mi cuerpo rodeado por unos brazos cuando desperté, pero todo fue diferente cuando abrí mis ojos y me encontré con el rostro relajado de Ringo frente al mío. Estaba tranquilo y su respiración calmada, su largo cabello cubría su frente y parecía un poco enredado.

Richard.

Luego de tanto tiempo lo había vuelto a ver y lo único que pude confirmar fue que él me amaba tanto como yo a él, que nos habíamos perdido, pero volvimos a encontrarnos para empezar de nuevo, bien y de una forma sana.

Me acurruqué contra su cuerpo, sintiendo lo tibio que era, él no tardó en abrazarme más fuerte aún y pasar su rostro una y otra vez por mi cabello, seguido de un pequeño beso ahí.

—Quisiera que te quedaras aquí para siempre.— Murmuró dejando una seguidilla de besos sobre mi cuello y hombros, haciéndome reír. —Pero los dos tenemos cosas importantes que hacer.

Sólo en ese momento logré recordar que en dos días sería mi graduación y su boda, no habíamos hablado sobre eso, pero tampoco quería hacerlo, sentía que llevaría a una pelea y prefería esperar antes de morir de ansias por su decisión. Prefería esperar hacia donde nos llevaría el destino, y si el destino quería que no que estuviéramos juntos, no lo estaríamos.

Pero yo esperaba que sí, porque sentía que ahora que lo había encontrado, no podría vivir sin él.

—Geo...— Susurró tocando con delicadeza mi abdomen con sus manos. —Gracias por venir, yo nunca hubiera sido tan valiente.

—Fuiste valiente en otras cosas, no tenías porque serlo en esto.— Giré sobre mi lugar para poder observarlo, sus ojos brillaban y el azul de estos se aclaraba mientras que la luz del sol se asomaba por la ventana. —John me contó todo...— Supe por la mueca en su rostro que eso no le había agradado mucho. —Me contó cómo es que tuviste que hacerte cargo de Charlotte desde que tenías mi edad, como siempre tuviste muchos trabajos para que el gobierno no te la arrebatara... Sé que tuviste que soportar abusos por darle una mejor vida a ella.— Posé mis manos sobre sus mejillas, sintiendo como mis palmas comenzaban a mojarse debido a sus lágrimas. —Sé que eso que vi en la pista de hielo no era algo que tu podías controlar... Has sido valiente toda tu vida, Richie. Alguien tenía que ser valiente por ti alguna vez.

Pasó sus manos por mi rostro para luego pasarla hacia mi cabello, con sus ojos derramando gruesas lágrimas, pero con una sonrisa que parecía no poder contener en sus labios. Todo era muy confuso y nostálgico, era como si él estuviera tan feliz que llegaba a estar triste.

—Te amo tanto, Georgie... Creo que no podrías ni imaginartelo.— Sus labios se dejaron caer sobre los míos, dejando rápidos besos ahí, logrando hacerme reír. —No quiero ni siquiera imaginar una vida sin ti si estos diez meses fueron un completo martirio... Llegué a hacer muchas cosas para intentar olvidarte, sumando a eso una propuesta de matrimonio.

Por mi cabeza no paraba de pasar una pregunta que se había creado sola desde que habíamos hablado la noche anterior en el pasillo, creía que sería correcto guardarla para mi por mi salud mental, pero también era malo si lo hacía, necesitaba saber la verdad sobre los sentimientos de Richard.

—Ringo...— Su mirada expectante me obligó a continuar. —¿Tu la quieres tanto a ella como a mi?

Una pequeña risa que escapó de sus labios me hizo fruncir el ceño de inmediato, pero él no tardó en sujetar mi rostro con sus manos para dejar un beso en cada una de mis mejillas y otro sonoro en mis labios, suponía que el color rosa ya reinaba en mi rostro.

Cold Dreams [Starrison]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora